Políticas

5/4/2021

Coronavirus

Alberto Fernández quiere comprar a Estados Unidos vacunas producidas en Argentina

AstraZeneca incumple los contratos, mientras el grupo Sigman exporta el principio reactivo que permanece almacenado en Norteamérica.

La negociación abierta por el gobierno de Alberto Fernández con la administración de Joe Biden para comprar a Estados Unidos vacunas AstraZeneca es reveladora. Resulta que mientras el mencionado laboratorio incumple de manera flagrante sus contratos de provisión de dosis al país, el grupo Sigman exporta el principio reactivo producido en el norte del Gran Buenos Aires al país norteamericano, donde permanecen almacenadas sin aplicación unas 50 millones de vacunas.

El gobierno argentino habría tomado nota de la donación de cuatro millones de dosis de dicho laboratorio anglosueco a México y Canadá anunciada por Joe Biden. Se trata de menos del 10% de lo que se estima que se encuentran depositadas en los almacenes de AstraZeneca en ese país, a la espera de una habilitación gubernamental para su aplicación dentro de Estados Unidos. Con esa noticia, la Cancillería habría iniciado gestiones con la Casa Blanca para ofrecerse a comprar parte de esas vacunas que hoy están siendo donadas.

Sería el colmo de la subordinación colonial de la Argentina. Los contratos firmados con AstraZeneca (por más de 22 millones de vacunas, casi la mitad de todo el plan oficial) preveían que en abril habrían llegado unas seis millones desde México, tras envasar allí el principio reactivo que se produce en la planta de mAbxcience en Garín. Pero apenas arribaron hasta ahora alrededor de 800.000, provenientes de otros países, mientras que la empresa de Hugo Sigman despachó a México material para 20 millones de vacunas, donde la planta de Liomont del magnate Carlos Slim aduce problemas por la escasez de insumos para el envasado -cuando en realidad ni siquiera cumplía con las normas sanitarias. En medio de este cuello de botella, mAbxcience comenzó a enviar su producción a Estados Unidos, por el equivalente a más de 12 millones de vacunas.

Es decir que gran parte de lo que permanece almacenado en dos depósitos en Ohio y Baltimore (destinado por Biden a donaciones para cubrir la acumulación yanqui de dosis), y que ahora Alberto Fernández intenta comprar, es fabricado con el principio reactivo producido en nuestro país. El hecho expresa la entrega nacional que implica la defensa del negocio del grupo Sigman, cuando la segunda ola de la pandemia ha cobrado cuerpo con una disparada alarmante de contagios.

El episodio es además sintomático de toda la especulación capitalista que rodea la fabricación y distribución de las vacunas contra el coronavirus. La monopolización de las patentes, los contratos confidenciales de los laboratorios con los Estados y la acumulación de las dosis por un puñado de países imperialistas están en la raíz de la supuesta escasez de vacunas a nivel mundial. Como se revela ahora, el proyecto mexicoargentino de Sigman y Slim de producir hasta unas 200 millones de inmunizaciones AstraZeneca, amparado y financiado con fondos públicos por Alberto Fernández y Andrés Manuel López Obrador, no escapa a este entramado; simplemente se trata de dos empresarios latinoamericanos que han logrado colgarse del negocio.

Agreguemos que AstraZeneca se promociona como la vacuna más barata, que se vende “al costo”, pero esa es una afirmación que tiene sus bemoles. Un relevamiento de Unicef registró que el precio de venta que se ha suscrito en los contratos tiene un margen de variación de hasta un 500%, solo en América Latina. Por otro lado, el atraso en el envasado de las dosis y su distribución también puede obedecer a la especulación acerca de los precios de venta, ya que los contratos leoninos asignan la potestad de que desde julio de este año el laboratorio declare finalizada la situación de emergencia de la pandemia y aplicar por ende fuertes subas.

Es todo este esquema de negocios de los pulpos farmacéuticos multinacionales, que tiene a Sigman como socio menor, el que Alberto Fernández convalida al gestionar la compra de las vacunas acopiadas en Estados Unidos. Por el vértice se opone el planteo del Frente de Izquierda, que impulsa una campaña para que se declare de utilidad pública la producción de las vacunas y se intervenga la planta de mAbxcience, de manera de proceder a su envasado en el país y poner todo el potencial técnico-científico nacional en función de un plan para satisfacer las necesidades sanitarias del pueblo de Argentina y América Latina.