Políticas

20/12/2023

20 DE DICIEMBRE

La movilización piquetera llenó a la Plaza de Mayo y derrotó el megaoperativo represivo

Marchas y en todas las provincias contra el plan motosierra de Milei

Foto: @nv.videos.73

Superando una larga serie de provocaciones, amenazas y un descomunal cerco represivo, la movilización convocada por organizaciones piqueteras, sindicales y de derechos humanos se abrió paso para llegar hasta la Plaza de Mayo, donde se realizó un acto a 22 años del Argentinazo y se leyó un documento, contra el ajuste del gobierno y en defensa del derecho a manifestarse.

La jornada fue tomada por el gobierno como una prueba de fuerza para aplicar el protocolo antipiquetes de Patricia Bullrich, militarizando el centro de la Ciudad de Buenos Aires con un fenomenal despliegue de tropas de Gendarmería y la Policía Federal, al punto que el ministro de seguridad porteño Diego Kravetz se desligó en declaración públicas de lo realizado durante el operativo. “Lamentablemente recuerda a la dictadura militar”, sentenció Eduardo Belliboni, ante los micrófonos de decenas de medios de comunicación, mientras avanzaba la columna del Polo Obrero y del Partido Obrero por Diagonal Sur.

La Plaza de Mayo fue colmada por decenas de miles de manifestantes, derrotando la campaña de intimidación pública que incluyó retenes en las estaciones de tren y razias ilegales en los colectivos en los accesos a la Ciudad, una amplia publicidad extorsionando con la baja de programas sociales a quienes movilicen, y numerosas provocaciones en los puntos de concentración, llegando a arremeter incluso contra los periodistas que cubrían la jornada. Hasta el momento habría tres detenidos, entre ellos Héctor Adolfo Ganzo, del Polo Obrero de Esteban Echeverría, apresado cuando marchaba pacíficamente junto a sus compañeros.

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El propio gobierno otorgó una centralidad política a esta pulseada, con el mismo Javier Milei monitoreando el curso de los acontecimientos desde la central de policía, junto a Bullrich y la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello. La realización de la movilización y del acto frente a la Casa Rosada es un triunfo de las organizaciones populares, para lo cual hasta se modificó horas antes la cita de concentración para garantizar el desarrollo de la manifestación.

El documento denuncia que el gobierno de Javier Milei lanzó “una declaración de guerra contra los derechos laborales, sociales y democráticos de los trabajadores y el pueblo”, y puntualiza que “Milei reutiliza la inflación como un mecanismo de ajuste para golpear los salarios y jubilaciones, profundizando de manera brutal los niveles de inflación y pobreza que dejó el gobierno de los Fernández y Massa”. Con respecto al protocolo antipiquetes de Bullrich declara que es “ilegal, un intento de atacar un derecho democrático elemental” y que obedece a que “saben que el pueblo argentino no se quedará cruzado de brazos ante este ajuste”.

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Se consumó así la primera gran acción contra la ofensiva ajustadora del nuevo gobierno, que por la noche del mismo día anunciará la publicación de un mega DNU con eje en una reforma laboral flexibilizadora, la derogación de la Ley de Alquileres y otros ataques a la población trabajadora. Cuando consultaron a Belliboni qué esperaba de la cadena nacional citada para la noche fue contundente en afirmar que será “muy negativo” y que la CGT debe convocar un paro nacional en respuesta.

La jornada había iniciado desde temprano con marchas y protestas en el interior del país. Columnas de manifestantes en Chaco, Santa Cruz, Neuquén y Misiones dieron el puntapié inicial. La iniciativa se replicó en las 24 provincias del país, y se originó en un plenario de organizaciones piqueteras realizado en Plaza Lezama y contó con la participación de más de cien organizaciones (piqueteras, sindicales, de derechos humanos, estudiantiles). Cobró mayor centralidad aún tras las medidas de ajuste que anunció el ministro Luis Caputo la semana pasada y que se estima que generarán casi tres millones de nuevos pobres en Argentina.

Ya desde la mañana el gobierno nacional se había embarcado en su cruzada contra el derecho a la protesta, con un clima de intimidación concentrado en las estaciones de tren del AMBA, con una fuerte propaganda antiprotestas mediante carteles y avisos de voz que repetían “el que corta no cobra”.

Noticia en desarrollo.

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