Políticas

18/12/2023

BANCARROTA SOCIAL

Se estima que habría casi 3 millones de pobres nuevos a fin de año

Milei, un empobrecedor más.

Pobreza.

El año 2023 podría terminar en Argentina con una verdadera catástrofe social. Según Clarín (17/12), se estima que habría 2,8 millones de pobres nuevos. Esto sería una de las consecuencias de la devaluación brutal que aplicó el gobierno nacional la semana pasada. Javier Milei, que prometió terminar con la “casta empobrecedora”, se mostró rápidamente como lo que realmente es: otro político burgués que hambrea a los trabajadores.

Los datos se desprenden de un análisis, en base a las últimas estadísticas del Indec, sobre el nivel real de los ingresos que tienen los hogares y su distribución (elasticidad ingresos-pobreza). Gabriel Calvi, especialista y docente de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, señaló que “la elasticidad es la sensibilidad de la incidencia (porcentaje de pobres) ante cambios marginales (del 1%) en el poder de compra de los ingresos. Si caen los ingresos, la pobreza aumenta. En la actualidad esa elasticidad es elevada, de -0,6 puntos porcentuales. Es decir, si los ingresos reales cayeran un 10%, el porcentaje de pobres aumentaría 6 puntos” (ídem).

Tras una inflación acumulada del 22,3% en los últimos dos meses, la línea de pobreza se ubicó en unos $390.456 en noviembre. Si diciembre cerrara con un incremento del 20% en el índice de precios, como pronostican diversos analistas e incluso el banco JP Morgan, la pobreza terminaría por alcanzar a más del 50% de la población (aproximadamente a 23 millones de personas). Para el primer trimestre de 2024 la pobreza podría ascender al 60%. Estaríamos ante una masacre social. Las posibilidades de que esto ocurra son altas, toda vez que la mayoría de las paritarias del movimiento obrero se encuentran congeladas y que el gobierno de Milei prepara un nuevo zarpazo contra los jubilados –avanzará en la derogación de la ley de movilidad jubilatoria para pasar a un régimen de aumentos por decreto por debajo de la inflación.

La situación es peor que la que reinaba en diciembre de 2001, cuando el 46% de la población estaba sumida en la pobreza. El Argentinazo ha sido una rebelión popular contra ese estado de cosas, el cual fue el producto del saqueo capitalista del país, que en ese momento tenía como agentes a Fernando de la Rúa y Domingo Cavallo. Milei podría romper el récord de Eduardo Duhalde, que llevó la pobreza a un 62% tras aplicar una megadevaluación. El gobierno de Sergio Massa y Cristina Kirchner aportó lo suyo (devaluación, ajuste, tarifazos, etc.) para llegar a este escenario. “En el primer semestre de 2023, la tasa de pobreza superó incluso los niveles observados en el segundo semestre de 2001” (Impulso Baires, 11/12). Por otro lado, el país tiene niveles de desigualdad (medida por el índice de Gini) similares a los de los ochenta –nos referimos a la época en la que ya había retornado la democracia–, según datos del Banco Mundial de 2022.

La devaluación que llevaron adelante Milei y Luis Caputo produjo un descalabro inflacionario. En las góndolas de los supermercados y en las carnicerías los trabajadores vieron cómo su poder adquisitivo cayó abruptamente. Productos como aceites, harinas y fideos están sufriendo subas de hasta un 180%. El naftazo del 80% que YPF y otras petroleras como Shell impulsaron este jueves avivó el fuego de la inflación. En este marco, por otro lado, han aumentado las redes de trueque, que tienen su epicentro en la provincia de Buenos Aires pero se extienden a otras regiones del país (Voz de América, 15/12). Es otro síntoma inconfundible de la agudización de la bancarrota económica y su traducción en un recrudecimiento de la descomposición social.

Este ha sido, no obstante, el primer capítulo de la ofensiva antiobrera de Milei. En enero comenzarán a regir aumentazos en el transporte público y en las tarifas de luz y gas. Y la implementación de la reforma laboral que tiene en carpeta el elenco gubernamental agravará la situación de los trabajadores, ya que implica el aumento de la tasa de explotación sobre la base de una reducción de los salarios y la quita de conquistas históricas como la indemnización. Argentina es un polvorín. Es que a todo esto se suma que el 50% de los trabajadores está en la informalidad y que el salario real ya ha perdido más de 20 puntos en promedio desde 2018. Las contradicciones económicas y sociales se profundizarán, no solo por la envergadura de la bancarrota capitalista en Argentina y por las medidas económicas del gobierno “libertario”, sino también como fruto de la crisis mundial.

La motosierra, que Milei mantiene en funcionamiento con la ayuda del resto de los partidos políticos capitalistas y de las burocracias sindicales, solo puede ser detenida con la movilización de los trabajadores. Este miércoles, las calles de la capital serán el escenario de una primera confrontación entre sectores de la clase obrera y el gobierno ajustador, el cual se ha jugado a atemorizar a los trabajadores para que no salgan a pelear por sus intereses –ese es el objetivo del protocolo antiprotestas e inconstitucional de Patricia Bullrich. Todo intento represivo y ajustador puede ser derrotado. Lo peor que pueden hacer los trabajadores es darle tiempo a su enemigo de clase y dejarlo que conspire y reúna mayores recursos para llevar adelante sus planes. El Rodrigazo de Isabel Perón fue tirado abajo con la movilización popular.

La lucha por un salario equivalente a la canasta familiar e indexado a la marcha inflacionaria y por recuperar las direcciones de los sindicatos para ponerlos al servicio de los intereses de la clase trabajadora está más vigente que nunca. Los trabajadores debemos arrebatarle la motosierra a Milei y pasarla por el régimen de los capitalistas.

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