Políticas

12/7/2022

CABA: una familia necesitó $161.000 para no ser pobre en junio

Imagen Diario RN.

La Dirección General de Estadísticas y Censos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires publicó los datos de Costo de vida, Líneas de pobreza y Canastas de Consumo para la Ciudad de Buenos Aires de junio de 2022. Según el informe, una familia tipo que vive en CABA requirió ingresos de al menos $160.849,88 en junio para ser considerada de clase media. Cabe aclarar que la familia tipo en cuestión es propietaria del inmueble en el que vive, en la simulación del ente estadístico, por lo cual las necesidades de ingreso mensual no incluyen el alquiler. De esta manera, una familia de cuatro integrantes necesitó disponer de entre $160.849,88 y $514.719,59 durante el mes pasado para entrar en “sector medio”. Esta realidad agrava las condiciones de vida de millones de trabajadores que no llegan a fin de mes: la inflación golpea sobre las familias trabajadoras, con ingresos y salarios actualizados por detrás de los precios.

Ese umbral, de unos $5.361 por día, subió 4,57% respecto de mayo, por debajo de la inflación estimada para el mes en torno al 5,5%. En términos interanuales, los ingresos necesarios para alcanzar ese nivel socioeconómico aumentaron 61,35% en comparación con mismo mes del año pasado (Infobae, 12/7).

De estos datos se desprenden varias conclusiones. El salario mínimo, por ejemplo, depende del Consejo del Salario, el cual ya se reunió este año y resolvió un escaso 45%, en cuatro cuotas, las que debieron ser adelantadas por el gobierno ante la abrumadora confiscación frente a la inflación, sin que esto implique evitar la pérdida contra la inflación. Del salario mínimo dependen los programas sociales (el 50% del ingreso de referencia), los trabajadores precarizados y no registrados. Al problema del salario mínimo por debajo del piso, y con 1.200.000 de beneficiarios de los programas sociales cobrando la mitad de ese monto, se agregan los jubilados que cobran la mínima.

A su vez, menos de la mitad de la población activa (un 42% ) accede a un trabajo genuino, mientras que el 58% consigue un empleo precario, un trabajo de indigencia o está desocupado. A la vez, existe en nuestro país un récord histórico de trabajadores ocupados bajo la línea de la pobreza. Los trabajadores más inmersos en esta condición trabajan en la informalidad, al ritmo del avance de la precarización laboral. Según el último informe del Indec, el trabajo no registrado tuvo al cierre del año pasado el salario promedio de $27.301, bajo la línea de indigencia. Vale decir entonces que en un hogar con dos remuneraciones de este monto tampoco alcanza para superar la línea de pobreza. La inflación se come a los salarios, y un indicador fundamental es la baja en el consumo popular.

Con respecto al acceso a la vivienda, ésta está cada vez mas vedada a las familias trabajadoras. Según el sitio ZonaProp, que domina la oferta mercantil de alquileres de viviendas, los valores de los alquileres de CABA -como zona de referencia- aumentaron un 57% en el último año, contra una inflación menor del 55,1%. De esta forma, el alquiler de un monoambiente en CABA se ubica, en promedio, en un valor de $47.785 mensuales, casi $10.000 más que un salario mínimo; mientras que un dos ambientes de 50 m2 se ubica alrededor de los $58.825.

Ante este escenario se inscribe el plan de lucha  de las organizaciones piqueteras contra el hambre y la pobreza y por una inmediata duplicación del salario mínimo se encuentra más que justificado. Un sector del movimiento obrero, con el sindicato del Neumático a la cabeza, se encuentra en pie de lucha en defensa de los salarios; colocando la importancia de impulsar una campaña por un paro nacional y un plan de lucha, levantando un programa integral de reorganización, con un salario igual a la canasta familiar, el 82% móvil para las jubilaciones, la creación masiva de puestos de trabajo y un seguro al desocupado igual al salario mínimo vital y móvil.