Políticas
15/12/2024
Coimas, defraudación y lavado de dinero en el Ministerio de Transporte bonaerense
Imputan penalmente al ministro de Kicillof, Jorge D' Onofrio.
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Crisis y división en el peronismo.
La imputación al ministro de Transporte de Kicillof, Jorge D’ Onofrio, trasciende las acusaciones de corrupción y lavado de dinero: es otro capítulo de la crisis y división del peronismo, y de la interna de Unión por la Patria.
La Libertad Avanza, los radicales y el macrismo están haciendo de la renuncia, separación o despido del ministro un eje de campaña, que apunta sin disimulo contra Kicillof y el gobierno “que apaña la corrupción”.
De massista a kicillofista
El imputado llegó al gabinete de la mano del Frente Renovador, vía el acuerdo de Cristina con el massismo y Martín Insaurralde tras la derrota electoral del peronismo en las legislativas de 2021. El “volúmen politico” que pregonaba la alianza camporista-massista-insaurraldista tuvo como propósito condicionar a Kicillof y preparar el terreno para que Máximo Kirchner llegara más adelante a la presidencia del PJ de la provincia de Buenos Aires. A pesar del escándalo del “yate gate” en plena campaña electoral del año pasado, Martín Insaurralde sigue tallando fuerte adentro del aparato peronista y en la Legislatura.
La acusación que pesa sobre D’ Onofrio es la de defraudación y lavado de dinero. Se le imputa haberse servido del Ministerio de Transporte para beneficiarse con concesiones ilegales de la Verificación Técnica Vehicular (VTV), eliminar multas fotográficas a cambio de coimas, y lavado del dinero recaudado ilegalmente (la imputación incluye el levantamiento del secreto bancario). El juez Adrián Gónzalez Charvay dio curso al pedido del fiscal imputando al ministro y a su esposa, que fue funcionaria del Concejo Deliberante de Pilar.
La embestida contra el ministro de Transporte cuenta con el visto bueno y aliento de Sergio Massa, quien ratificó su alianza con Cristina y Máximo en la convocatoria de “unidad” de Moreno; un evento montado al solo efecto de apretar al gobernador bonaerense cortando de cuajo la pretensiones de un desdoblamiento electoral en la provincia de Buenos Aires. CFK y Massa ven en la jugada de Kicillof de separar los comicios para cargos nacionales de los provinciales un vaciamiento de la candidatura de Cristina a diputada nacional en 2025, y una maniobra del kicillofismo para fortalecerse territorialmente de la mano de los intendentes con vistas a las presidenciales de 2027.
Cuenta regresiva
Massa le habría bajado el pugar a D’ Onofrio por su distanciamiento del Frente Renovador y su acercamiento al proyecto político de “Kici”. Sobre Jorge D’ Onofrio llueven los pedidos de renuncia y desplazamiento del gabinete por parte de la oposición de derecha. Kirchneristas y massistas están dejando hacer, y desde el Frente Renovador se anuncia incluso un reemplazante en la persona de Ariel “Cholo” Ciano, dirigente del FR de Mar del Plata y presidente del bloque massista en el Concejo Deliberante de General Pueyrredón. Sergio Massa quiere una espada propia en el gabinete.
Los tiempos de esta crisis tienen su importancia, cuando el gobierno provincial se las está viendo en figurillas para lograr la aprobación del Presupuesto 2025 y la autorización para un nuevo endeudamiento por 2.000 millones de dólares. Tortuosamente logró dictamen de aprobación en la Comisión de Presupuesto y está obligado a negociar incluso con los “libertarios disidentes” que vienen votando con el peronismo. La UCR y el PRO declararon que, así como están los proyectos, no van a votar ni el Presupuesto ni el pedido de nueva deuda.
“Escudo”… para la Bonaerense
El Partido Obrero y el Frente de Izquierda denuncian las leyes de Kicillof como leyes de ajuste contra los trabajadores para pagar la deuda externa usurera. La reciente represión a los municipales de Moreno, la oposición combativa de ATE y los concejales del FIT Unidad que acompañaban el reclamo, traslada el protocolo de Bullrich a la provincia de Buenos Aires. El “escudo” de Kicillof no es contra el ajuste de Milei sino un instrumento de la Bonaerense para gasear y garrotear a los trabajadores.
Mientras se le daba leña a los municipales que reclamaban un bono de fin de año en el municipio que gobierna Mariel Fernández del Evita, Kicillof y su ministro de seguridad asistían a un acto de la Bonaerense en la Vucetich para reivindicar la política de seguridad en la provincia. El gobernador no sólo reivindicó la compra de 6.500 patrulleros en pleno ajuste provincial, sino que presentó a la maldita policía como un cuerpo “reorganizado para servir al pueblo”. El desalojo brutal de Guernica en plena pandemia echó raices.
D’ Onofrio confirma la pudrición del peronismo. Axel Kicillof, por su cuenta, compra la agenda de derecha que exigen los capitalistas y la mano dura contra los reclamos y trabajadores. El 20 de diciembre copemos la Plaza de Mayo.
