Políticas

30/3/2022|1641

EDITORIAL

Convoquemos un gran 1° de Mayo del FIT-U y las luchas

El próximo 1° de Mayo cobra enorme relieve

El día internacional de los Trabajadores, punto de reagrupamiento de la izquierda internacionalista revolucionaria y el clasismo, tendrá motivaciones excepcionales este 1° de Mayo. Por la lucha planteada contra el pacto con el FMI, por la escalada inflacionaria que tensiona a todas las clases sociales, por la crisis política en curso, por la crisis mundial que se agravó con la guerra en Ucrania.

Que Cristina haya buscado retomar la iniciativa política -tras su voto minoritario en contra del crédito con el FMI- mediante una reunión con el embajador norteamericano es, ciertamente, muy significativo. Es que el publicitado encuentro con el muy activo Marc Stanley tuvo por objeto presentar en sociedad su proyecto de formación de un “fondo para la cancelación de la deuda con el FMI”. Música para los oídos del imperialismo. Si el emprendimiento, de dudosa ejecutividad y viabilidad parlamentaria, tuviera éxito, sería exclusivamente para pagar la fraudulenta deuda con el FMI, por ende, una garantía para los alicaídos bonos de la deuda en dólares -es decir, delicias para el capital financiero internacional.

Según renombrados tributaristas, “la Afip ya posee intercambio de información fiscal con todos los países de la OCDE, salvo Estados Unidos” (César Litvin). Lo que falta es voluntad política para evitar la fuga de capitales que se ha incrementado en 24.705 millones de dólares (Infobae, 24/3) delante de las narices de los Fernández en sus dos primeros años en el poder. La única novedad sería que mediante una segunda ley se amplía la posibilidad judicial de levantar el secreto bancario, pero eso no podría tener aplicación en el exterior, lo único que importa. Se trata, a fin de cuentas, de un blanqueo un poco más caro que el de Macri, premiando una vez más a evasores y delincuentes varios, quienes difícilmente regresen plata alguna en las actuales condiciones.

Como están planteadas las cosas, de la pomposa iniciativa de la cual la mayoría de los senadores peronistas se enteraron por los diarios, quedaría al final del camino solo la legitimación de la deuda con el Fondo. Y su programa de ajuste aunque no alcance para pagarla. A propósito, en su texto de 175 páginas, los “directores” del Fondo -que ahora lo son del país, aunque festejan el adelantamiento de la primera revisión a mayo- advierten que habrá que recalibrar las políticas para asegurar los objetivos fiscales. En criollo, reforzar los tarifazos, la devaluación y el achique de gastos, no revisar las metas del ajuste. Que este sea el punto de “reencuentro” de la fractura expuesta del Frente de Todos habla de los límites insalvables de unos y de otros, preanuncia nuevos choques y acentúa la debilidad del gobierno, rehén del FMI.

Semejante “unidad nacional” fondomonetarista, sin embargo, no ha servido para calmar las aguas de los precios. Al contrario, marzo con un 6% aproximado llevaría el trimestre a un 15%, lo que ha hundido el poder adquisitivo de salarios, jubilaciones y planes sociales después que el Presidente dijera que con el 12,28% los jubilados le ganarían “otra vez” (sic) a la inflación. La marcha inflacionaria del trimestre, proyectada en forma anual, arroja un ¡78%! Esto pone al rojo vivo todo y desnuda el nivel de entrega de la burocracia sindical en torno al salario mínimo, a los salarios docentes de todos los niveles, la UOM y otras ajustados para el año entero en 41/45%, al igual que otras paritarias. Es la pauta de Guzmán y el FMI. La reacción de algunas burocracias de firmar por tres o cuatro meses atiende a la explosividad que presenta la situación en las bases.

La desorganización económica crece todavía más rápido que los precios. El racionamiento de gasoil es el arma de las petroleras que presionan para imponer todo el aumento de los precios internacionales. Mientras otros jugadores, amigos dilectos del poder peronista y kirchnerista, en particular como Galuccio, se forran exportando crudo. Lo mismo que las aceiteras, que no proveen biodiesel porque les rinde más quedarse con la renta de exportación del aceite. La impotencia de un gobierno incapaz de tocarles un pelo a los exportadores, a los grupos petroleros y a la oligarquía se hace patente y debe ser puesta de relieve antes las masas.

Solo por el impacto de bronca y confusión en la población se explica que Milei haya podido introducir en el debate nacional la dolarización de la economía. Un planteo delirante con un Banco Central sin reservas, cuando habría que dolarizar los depósitos en pesos, la deuda en pesos, las Leliqs del propio Central y proveer el circulante para todo el movimiento económico. Solo una hiperinflación o una supermegadevaluación podrían aproximar algo así, que necesitaría más financiamiento externo y autorización de la Reserva Federal norteamericana emisora de esa moneda. Un bolazo extremo cuando Ecuador tuvo que recurrir media docena de veces al FMI desde que lo hizo y a pesar de los ajustazos en cadena que aplicó, está discutiendo salir de semejante experiencia colonial. Tal fue el alboroto que un diputado de Lousteau presentó un improvisado proyecto en coincidencia con el facholibertario, rápidamente atacado por Gerardo Morales.

La burguesía en su conjunto no tiene una salida, por eso solo suscribe deuda en pesos indexada, lo que equivale a una bomba de tiempo. Mientras hablan de guerra contra la inflación apelan a ella cada día más como mecanismo de descarga de la crisis sobre las masas. El rebote económico 2021 pegó un planchazo en enero y el aumento de las tasas de interés, de las restricciones a la importación por falta de dólares y la caída abrupta del poder adquisitivo de la población prometen recesión junto a la inflación.

La guerra de Ucrania, que ha potenciado la inflación internacional, la fuga de los emergentes y el aumento sideral del gas licuado no compensa las ventajas externas del aumento de los cereales. El capitalismo internacional se engripa y la Argentina capitalista de macristas y peronistas contrae neumonía. Nuestra tarea es poner en pie a los trabajadores para intervenir en la crisis. Por sus reivindicaciones y con un plan económico y social de salida desde el campo de los trabajadores. Con un claro programa de clase y socialista ante la inflación. Brindando un camino como el que ya abre la Unidad Piquetera con sus reclamos y propuestas por trabajo genuino, por aumento y contra el hambre.

Por eso, el próximo 1° de Mayo cobra enorme relieve. Tenemos que levantar una tribuna internacionalista contra la Otan imperialista y contra la invasión criminal de Putin, por una Ucrania unida y socialista. Una tribuna de las luchas obreras, sea de los docentes riojanos o misioneros en huelga, de los desocupados, de las fábricas en lucha como Cladd o RA. Una Plaza de Mayo masiva conquistada por el FIT Unidad hace años, que presente su alternativa política en este momento crucial que pone a los explotados ante el desafío de sumarnos al torrente rebelde de América Latina.