Políticas

19/10/2022

Desfile de políticos capitalistas rindiendo cuentas al Imperio

Milei junto a Stanley.

Javier Milei se acaba de reunir con el embajador norteamericano en Argentina, Marc Stanley. El diputado libertario ¿dejó de lado? su trumpismo para reunirse con un funcionario que responde al “progresista” Biden. Como se ve, los principios pueden variar de acuerdo a los intereses inmediatos de la burguesía en general, en este caso los del imperialismo. Stanley se reunió con las máximas figuras de todos los partidos políticos tradicionales.

Milei copió a Cristina Kirchner, quien a finales de abril se reunió, no solo con Stanley, sino también con la generala del Comando Sur de los Estados Unidos, Laura Richardson. Cristina sacaba a relucir todo su proimperialismo en momentos en los que recrudecía la guerra en Europa. Uno de los primeros pasos de Massa como “superministro” fue viajar a Washington para delinear la política económica con el Fondo. Mientras tanto, dirigentes sindicales peronistas como Baradel, Yasky y Pablo Moyano, se fueron reuniendo con el embajador en Argentina.

La oposición de Juntos, naturalmente, está en la misma sintonía. Macri, Bullrich y Larreta han tenido sus propias reuniones con Stanley, al igual que el gobernador radical de Jujuy, Gerardo Morales, el cual incluso viajó a Estados Unidos junto al kirchnerista Wado De Pedro y otros mandatarios provinciales peronistas a prometerle a los funcionarios del gobierno norteamericano que entregarían hasta el último atisbo de riqueza del país en aras de satisfacer las exigencias del FMI y todos los acreedores internacionales.

Los políticos del establishment se están alineando cada vez más con Estados Unidos y la Otan, lo que expresa la voluntad de estos de llevar a fondo el ajuste que reclama el capital internacional en Argentina. Detrás del programa del FMI, o sea, de la aplicación de reformas laborales, previsionales y del recorte del gasto fiscal (salarios, prestaciones sociales, presupuestos de salud y educación), se esconde la tentativa de avanzar en una modificación de la relación de fuerza entre las clases en beneficio de las burguesías nacional e imperialista. Peronistas, macristas y libertarios quieren asestarle una derrota histórica a los trabajadores de Argentina.

Estamos ante una posición completamente reaccionaria, porque se colocan del lado de las burguesías que promueven la guerra por todo el mundo y oprimen a los países atrasados mediante la superexplotación de sus trabajadores, el robo de sus recursos estratégicos, y la expoliación y el sometimiento que suponen las deudas externas. Los políticos capitalistas son defensores de un orden social parasitario que se encuentra completamente agotado. Por esto es que han llevado a la Argentina a la decadencia y a la bancarrota.

El peronismo está aplicando un ajustazo contra los trabajadores. El fracaso de su política y el derrumbe económico y social del país son, asimismo, algunos de los factores que explican la crisis histórica en la cual está inmerso. El nacionalismo burgués busca entrampar a la clase obrera, ya no solo detrás de un apoyo a la burguesía nacional que reclama una reforma laboral negrera y que hace negocios con bonos de la deuda, sino también al imperialismo norteamericano, enemigo de los pueblos del mundo.

La clase obrera, por lo tanto, debe organizarse de forma independiente y bajo otras banderas, porque las del peronismo no representan bajo ningún punto de vista una perspectiva histórica superadora frente a la debacle en curso. Sí representan esto las banderas del socialismo. Solo un gobierno de trabajadores puede terminar con la decadencia del país.

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