Políticas

26/7/2022

El desabastecimiento y la remarcación de precios, al compás de la corrida cambiaria

Los salarios continúan siendo golpeados.

Imágen: Infobae.

Si algo está caracterizando al mes de julio es el imparable aumento de precios en casi todas las mercancías que circulan por el país. Lo único que no sube es el salario, el cual por el contrario se encuentra en caída libre. Los incrementos que tienen lugar en productos de consumo básico se han colocado por encima de los números que hasta ahora han venido marcando el ritmo de la inflación promedio, lo que puede intensificarse como producto del desabastecimiento en las góndolas y la crisis económica, así como de la política fondomonetarista del gobierno.

Solo en la primera quincena de este mes, el aumento en los bienes que se comercializan en supermercados y almacenes ha alcanzado un 9,5%. Según la consultora Focus Market, las categorías más afectadas fueron higiene (+9,5%); canasta básica (+6,5%); cuidado capilar (+6,5%); bebidas con alcohol (+5,7%); cuidado hogar y auto (+5,5%), y lacteos (+5,3%). En agosto, el panorama continuará igual de sombrío, con el precio del kilo de pan trepando probablemente hasta los $400.

Los productos que conforman la categoría “electrodomésticos” sufrieron, en las últimas cuatro semanas, un aumento del 12,8%; mientras que aquellos que integran las filas de la categoría “hogar” tuvieron una suba del 8%. Con ahorros o utilizando el dinero proveniente del aguinaldo, señalan algunos analistas, los consumidores han comprado artículos que constituyen este terreno como una forma de cubrirse ante futuros aumentos de precios, a menudo endeudándose.

La táctica del “stockeo” fue desenvuelta, asimismo, por las familias trabajadoras pero con las mercancías que forman parte de su alimentación diaria. En los almacenes, que son el principal punto de compra de las familias, los clientes llenan sus carritos con productos básicos como azúcar, harina, yerba o aceite. Allí también ha crecido la “compra por billete”, en la cual los clientes ingresan a las almacenes y preguntan qué pueden comprar, por ejemplo, con $1000.

Ese acrecentamiento de las compras por unidad, sin embargo, vino acompañado por una caída general de las ventas; “en el primer semestre de 2022 creció la frecuencia de visita a los comercios en torno al 5%, pero con una transacción promedio menor en cantidad de unidades, que cayó un 10%” (TN, 26/7). Toda una radiografía de la enorme crisis social que reina en Argentina.

El recrudecimiento de la inflación es en buena medida un fruto de las maniobras especulativas que llevan adelante los grupos capitalistas que operan en el sector. Las patronales no quieren perder en medio de la corrida cambiaria y cuando la volatilidad del dólar ha adquirido características explosivas. En ese marco, además, ven la posibilidad de hacerse con importantes réditos. Por otro lado, el cepo a la divisa norteamericana impuesto por el gobierno para cumplir con las obligaciones financieras que posee con los acreedores internacionales es otro factor de agravamiento de la situación, toda vez que alimenta las tendencias recesivas e inflacionarias, ya que las patronales trasladan los mayores costos de importación a los precios finales.

En esas operaciones especulativas se anotan la remarcación de precios y el desabastecimiento. La consultora LCG detectó que en las primeras tres semanas de julio “el porcentaje de productos que cambiaron sus precios semanalmente superó el 30%” (TN, ídem). A su vez, numerosos supermercados o almacenes han indicado que tienen complicaciones en relación al abastecimiento, puesto que los proveedores racionan las entregas y actualizan constantemente la lista de precios. Según Nielsen, otra consultora, hay problemas de ese tipo en “azúcar, harinas, aceites y todo lo que es papelería, pero no es algo general” (Clarín, 25/7).

Entretanto, el nivel de cumplimiento del programa Precios Cuidados cayó por debajo del 50%, el peor desde que se implementara en 2014. La canasta de este programa, que ha estado siendo recortada sistemáticamente por el gobierno, contiene 949 productos cuyos precios aumentarán alrededor de un 9,3% el próximo trimestre. Las patronales disponen de varios mecanismos para desabastecer las góndolas que están reservadas para Precios Cuidados, algo que realizan bajo la mirada cómplice del gobierno.

Con estas contradicciones como telón de fondo, la inflación de julio, que posiblemente alcance un 8%, marcará un nuevo récord. El gobierno del Frente de Todos, el principal formador de precios, ha contribuido enormemente a llegar a esta situación, la cual promete agravarse. Los tarifazos que habilitó en la luz y el gas y el aumento que ha dispuesto recientemente para el transporte público, echarán más leña al fuego de la inflación, que podría llegar a los tres dígitos al finalizar el año. Mientras tanto, la ministra de Economía, Silvina Batakis, aterrizó en Washington para refrendar y profundizar esta orientación ajustadora con el objetivo de cumplir con las exigencias del FMI, en un cuadro de bancarrota económica.

Hay que ir hacia un paro activo nacional para defender el salario y derrotar el ajuste del gobierno y las patronales. A diferencia de la conducción de la CGT, que ni se imagina la posibilidad de luchar en defensa de los trabajadores, la Unidad Piquetera movilizará este jueves 28 contra el ajuste. Este sector de los trabajadores y otros como el Sutna marcan el camino.

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