Políticas
14/8/2025
El repunte de la inflación, en medio del ancla salarial y las tasas usurarias
El IPC de julio registró un 1,9%, continuando una tendencia ascendente a pesar del parate económico y el intervencionismo oficial.

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Los salarios siguen evolucionando por debajo de la inflación.
La inflación de julio, medida por el Indec, arrojó un aumento del 1,9% mensual, 17,3% acumulado en los primeros siete meses del año y 36,6% interanual. Los precios subieron de un mes a otro como resultado de las tensiones sobre el tipo de cambio, dejando a los salarios todavía más rezagados fruto de los techos a las paritarias.
La inflación mensual subió de 1,6% en junio a 1,9% en julio, empujada por el rubro alimentos. Resaltaron los aumentos en verduras, legumbres, carnes y derivados, pan y cereales, debido, en gran medida, a los movimientos producidos en el precio del dólar y a la rebaja de retenciones al agro. Esto augura un crecimiento inflacionario en el futuro, teniendo en cuenta que las presiones devaluatorias se acentúan.
Tal es así, que, en la última licitación de deuda, el Tesoro no pudo renovar 39% de los vencimientos pese a haber ofrecido tasas descomunales del 69,2% anual, más que duplicando el IPC. Así, el Tesoro tuvo que gatillar casi 6 billones de pesos, una emisión monetaria que supera las erogaciones del mes en jubilaciones, nada menos, y que promete recalentar la corrida al dólar y presionar mayor intervención del Banco Central.
Aún así, sabemos que la inflación actual está subregistrada. La propia Junta Interna de ATE Indec salió a afirmar que "el índice se calcula en base a una canasta que tiene más de 20 años y no refleja los patrones actuales de consumo" y que propio el gobierno ordenó que no se actualizaran los ponderadores hasta que "la situación esté totalmente estable".
Si los servicios tuvieran mayor peso en el índice general, el número de inflación hubiese sido mucho más alto. Sin ir más lejos, en los primeros siete meses del año, la inflación acumulada en bienes fue del 13,8%, mientras que la de servicios alcanzó el 25,2%, producto de los sucesivos tarifazos en la boleta de agua, electricidad y gas.
De todas formas, el guarismo actual se encuentra por encima del aumento de salarios, atados a una pauta mensual del 1% a instancias del gobierno y de las burocracias sindicales que la acatan. Así las cosas, los ingresos de los trabajadores continúan perdiendo poder adquisitivo, razón por la cual el consumo no repunta. En julio, según la consultora Focus Market, las ventas de supermercados y autoservicios cayeron 4,3% respecto al mismo mes del año anterior, donde la base de comparación es sumamente baja. En el Amba, el desplome llegó al 11,7%.
De cara a los comicios de octubre, Milei se aferrará cada vez más a los salarios a la baja y la suba de tasas como anclas inflacionarias. Eso sin dudas agravará la recesión económica que pagan los trabajadores con despidos, privaciones y deudas inabordables en la tarjeta de crédito.
En necesario salir a la lucha en defensa del bolsillo popular, siguiendo el ejemplo de los trabajadores del Hospital Garrahan y del Sutna, que defienden el salario con los métodos de la asamblea, el paro y la movilización.

