Se cumplen cinco años de aquella sanción de la reforma previsional impulsada por el entonces gobierno de Macri, a pura represión contra esa multitudinaria y combativa movilización obrera y popular que resistió durante horas frente al Congreso. Dos años después esa fórmula sería congelada por un Frente de Todos recién asumido y al siguiente diciembre se aprobaría una nueva… perjudicando aún más a los jubilados. Gracias a esto, el Estado nacional se ahorró en este tiempo nada menos que 6,4 billones de pesos, que fueron confiscados a los trabajadores retirados.

Las cifras son de un estudio del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), que releva cómo le fue a los adultos mayores que perciben un haber mínimo, desde diciembre de 2017.

Hoy la jubilación mínima es de $60.124, con el bono de $10.000 (que no se incorpora al básico sobre el que se calculan las actualizaciones), cuando la Defensoría de la Tercera Edad estimó que la canasta básica de los adultos mayores en octubre costaba $151.378.

Respecto a diciembre de 2017, la jubilación mínima (contando el bono) registra una pérdida del 11% en su poder de compra. Acumulado, lo perdido equivale a no haber cobrado durante medio año de los cinco transcurridos. El informe detalla que, calculado en pesos de diciembre de 2022, en este lustro lo que le robaron a cada jubilado que cobra la mínima suma $452.000.

A fuerza de hundir a los jubilados en la indigencia, el Estado nacional se ahorró 6,4 billones de pesos, que representa más de la tercera parte de todo el gasto público de 2022. Esta confiscación equivale a 106 millones de jubilaciones mínimas. Esta clarísimo por qué el FMI y la burguesía promueven estas reformas previsionales, le facturan el ajuste a los trabajadores.

Es una política compartida por todo el arco de políticos capitalistas. No solo porque estas reformas empezaron con aquella salvaje represión de Macri y Bullrich y fueron agravadas bajo el mandato de Alberto Fernández, sino porque la encargada de monitorear este robo es la camporista Fernanda Raverta desde la Anses. Como hicieron otra vez las organizaciones de trabajadores jubilados, enfrentemos este asalto a los adultos mayores y a todos los trabajadores.