Políticas

12/11/2024

En el año los alquileres aumentaron casi el doble que la inflación

Los inquilinos están siendo afectados por el derrumbe de los salarios y por la creciente especulación inmobiliaria.

Un drama social.

Los alquileres en el Gran Buenos Aires aumentaron un 186,2% mientras que la inflación acumulada en 2024 fue de 104,7% y sube el número de trabajadores a los que se les complica cada vez más cubrir los gastos vinculados al sostenimiento de una vivienda. A contramano del discurso de Milei, la derogación de la Ley de Alquileres, que no resolvió los problemas de los inquilinos, no devino en una baja de los precios. Los inquilinos están siendo afectados por el derrumbe de los salarios y por la creciente especulación inmobiliaria.

La información proviene de Inquilinos Agrupados, que elaboró un informe sobre la base de datos del Indec. En otras provincias se viene registrando un fenómeno similar. En La Rioja, el precio del alquiler se disparó exponencialmente; y en Neuquén, el precio mínimo promedio de los alquileres ronda los $500.000.

Milei derogó la Ley de Alquileres prometiendo que si se eliminaba la injerencia del Estado en la reglamentación de los contratos iba a aumentar la oferta de alquileres y se iban a reducir los precios. Pero su política solo significó luz verde para que las inmobiliarias impongan a su antojo –o sea, con la mira puesta en obtener una rentabilidad alta– los precios y las condiciones bajo las cuales los inquilinos firman los contratos.

El hundimiento de los salarios es otro factor que condiciona a los trabajadores a la hora de sostener el alquiler de una vivienda. El 62% de los hogares inquilinos declaró ingresos por debajo de la línea de pobreza, el 60% se atrasó con el pago de los servicios básicos (subieron un 374% desde diciembre pasado), el 40% debió destinar más de la mitad de su salario a pagar el alquiler y aumentó la cantidad de personas que se endeudaron para hacer frente al alquiler (Ámbito, 11/11).

Un jubilado que cobra $314.320 –la mínima más el bono– no puede ni siquiera alquilar un monoambiente. Un trabajador que cobra el salario mínimo tampoco. La mayor parte de los trabajadores del Estado deben destinar un 41,46% de su salario ($964.620) para pagar el alquiler de un monoambiente en CABA ($400.000).

Los trabajadores de la industria, el comercio, el transporte, las telecomunicaciones y la educación, cuyos sueldos también han caído, también afrontan problemas de este tipo.

En este marco, el déficit habitacional alcanza a más de 3,2 millones de hogares. Del total, el 35,46% corresponde al déficit cuantitativo (falta de viviendas) y el  64,55 al cualitativo (viviendas en pésimas condiciones). Uno de cada tres hogares inquilinos vive en condiciones de hacinamiento.

Para salir de esta crisis es necesario, entre otras cosas, implementar un impuesto progresivo sobre la vivienda ociosa, suspender los desalojos, urbanizar las villas y asentamientos, y establecer un precio para los alquileres que no supere el 10% del salario. Que los especuladores inmobiliarios vayan a laburar. Solo un gobierno de trabajadores puede llevar adelante estas medidas.

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