Políticas
20/8/2024
En pleno invierno, el gobierno da luz verde al aumento del gas en garrafa
Una medida que impacta sobre un 43% de la población argentina.
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La utilización de garrafas es la vía que tienen sectores del pueblo para acceder a la energía.
El gobierno nacional desreguló el precio del Gas Licuado de Petróleo (GLP) para supuestamente alentar inversiones. En este sentido, eliminó los precios máximos de referencia para la comercialización de garrafas, reemplazándolos por precios de referencia sin tope. En el marco de una profundización de la crisis social, siguen los agravios del elenco libertario contra el pueblo trabajador.
La medida llega en un contexto de aumento de precios en general. Los incrementos en energía eléctrica, que tiene al gas como uno de sus componentes de producción claves, aparecen en el horizonte aún cuando el gobierno viene posponiendo su implementación para que el índice de inflación no se desmadre. La liberalización de los precios de la garrafa de gas impacta sobre un 43% de la población argentina que la utiliza para cocinar o calefaccionarse.
La utilización de garrafas es la vía que tienen los sectores empobrecidos de la clase trabajadora para acceder a la energía. Justamente por esto existía un esquema de precios máximos. El gobierno nacional no tiene en carpeta desarrollar una política para garantizar una conexión de gas en los hogares que carecen de ella. Solo busca que los pulpos capitalistas del petróleo se enriquezcan mucho más.
Los capitalistas que actualmente operan en la explotación de gas o tienen pensando invertir en Argentina en un futuro más o menos próximo podrán establecer despóticamente el precio de venta del gas. Lo del gobierno es otro paso más en el camino de emparentar los precios del mercado interno con los del mercado mundial. Esto, naturalmente, perjudicará a los trabajadores porque vendrá con aumentos de tarifas y con su consecuente recrudecimiento de la inflación.
Como se ve, los incentivos que se les ofrece a los capitalistas para invertir son ataques contra los trabajadores. De más está decir que esta política no garantizará un gas barato y mucho menos la satisfacción de las necesidades de consumo del grueso de la población. El acuerdo secreto que CFK y Kicillof sellaron con Chevron en 2013 –prebendas económicas e impositivas para la petrolera yanqui– lo demuestra.
La implementación del Rigi, contenido en la aprobada Ley Bases, profundizará este rumbo entreguista; las petroleras obtendrán aún más beneficios a través de la exportación. Además, los regímenes especiales en el sector vinieron acompañados de regímenes de trabajo flexibles que supusieron pérdidas de derechos y que son un factor de presión para atacar los convenios colectivos de trabajo del conjunto de la clase obrera.
Mientras el gobierno le otorga todo tipo de prebendas a las petroleras, a los trabajadores los sacude con tarifazos, recortes en las prestaciones sociales, rebajas de los salarios y las jubilaciones, y con una contrarreforma laboral.
Para terminar con este régimen de saqueo y tarifazos los trabajadores tenemos que tomar el control de la industria petrolera y de la economía toda.