Políticas

10/8/2023

editorial

Impulsemos con todo el voto a la lista de Gabriel Solano y Vilma Ripoll

Para las batallas después de las Paso se necesita una izquierda que les duela a los dueños del poder.

Gabriel Solano y Vilma Ripoll

La muerte de una niña de 11 años, Morena Domínguez, en Villa Diamante -Lanús-, como resultado de los golpes que le dieron dos asaltantes para arrebatarle el magro botín de una mochila y un celular, precipitó el cierre anticipado de la campaña electoral hacia las Paso de este domingo.

La conmoción que produjo en todo el país y sobre todo entre sus compañeritos, maestros y vecinos impulsó a la rápida movilización de un barrio del primer cordón del Conurbano golpeado por la pobreza -que sufre el 40% de quienes habitan en este país-, la inseguridad y el dominio cada vez mayor del negocio de la droga. Los manifestantes fueron a la comisaría y enfrentaron a la policía. Sus atacantes habrían vendido el celular para comprar paco, un círculo vicioso que enfrenta a pobres contra pobres para beneficio de un negociado, en el que participan desde policías, jueces y políticos hasta los bancos que blanquean las ganancias del narcotráfico.

Un régimen podrido por la cabeza

El intendente Grindetti, su secretario de Seguridad, Kravetz -ambos candidatos de Patricia Bullrich-, el gobernador de la provincia, Kicillof, su ministro de Seguridad, Berni, todos ellos estaban presentes en las denuncias, cánticos y puteadas de los vecinos.

Desgraciadamente la muerte de Morena no es un hecho aislado, su edad conmueve, pero la repetición de estos dramas en todo el país son la evidencia de adónde han llevado a la Argentina los mismos que se presentan en las elecciones postulándose como sus salvadores, los mismos que le reclaman al pueblo una nueva dosis de sacrificios en pos de un futuro lleno de “buenaventuras”, cada vez más lejanas.

La decisión del oficialismo y la oposición de levantar los actos de cierre es una manifestación de demagogia explícita, pero también porque pretendieron utilizar este crimen para su beneficio, algo que produce una verdadera repulsión. Desde el municipio, Grindetti y Kravetz hicieron correr la versión falsa de que los atacantes de Morena eran menores, para que rápidamente el discurso de bajar la edad de inimputabilidad cobrara fuerza, con el de la necesidad de modificaciones al código penal y procesal -las que sobreabundan y con ellas el delito crece exponencialmente-. Por el lado del oficialismo, Berni salió a decir que él resuelve el problema con rapidez para competir con Kravetz -que se presenta como cazador de delincuentes-, como si él no dirigiera la policía bonaerense regenteadora del delito. La población movilizada en Lanús los puteaba a los dos.

Más FMI que nunca

Como si no bastara, este drama cotidiano que vive el pueblo en Argentina no es el único. En los últimos días, entre las boletas de luz, el aumento de los precios de los alimentos, del combustible, de los servicios, los ingresos de los trabajadores están recibiendo nuevos golpes.

El peronismo y el kirchnerismo, sobre todo, han presentado a Massa como la garantía de que las pretensiones devaluatorias del FMI -que dispararían aun más la inflación- no pasarán; la “habilidad” del ministro-candidato para contener al Fondo alcanzaría para aceptar el emblocamiento con Estados Unidos, el remate los recursos naturales y convertir a la cordillera de Los Andes “en una torta”.Con este argumento salieron las burocracias de la CGT, la CTA, los movimientos sociales oficialistas (CCC, Barrios de Pie, Movimiento Evita, Utep) e incluso intelectuales de la ultrakirchnerista Carta Abierta a hacer campaña por él. En octubre sumará los votos que le acerque Grabois que maniobró para evitar una fuga por izquierda.

Mientras ellos apoyan, Massa se dedica a ir ejecutando las exigencias del imperialismo. Produjo una devaluación del 14% del dólar oficial en esta semana, se endeudó aún más para cumplir con el pago al FMI -que por ahora no tira ni un dólar a la espera de ver quién se perfila como futuro presidente-, sostiene a rajatablas el ajuste fiscal en detrimento de los jubilados, los salarios, la ayuda social, la salud y la educación. Mientras la oposición derechista le exige que haga los deberes ya, y la libere a ella del trabajo sucio si gana las elecciones, Massa exhibe los apoyos sindicales y del kirchnerismo para que lo banquen hasta diciembre para luego ir a fondo.

Cuando se preguntan por qué el peronismo se está hundiendo electoralmente, o por qué en las barriadas pobres los votantes históricos del peronismo no van a ir a votar, la explicación está a la vista: una parte importante de la población no está dispuesta a sostener lo que se viene.

La crisis del PJ tiene relevancia porque es la crisis del principal aparato de contención política y social que existe en la Argentina desde hace casi 80 años. Por eso la crisis política supera al oficialismo y golpea a la derecha, a Juntos por el Cambio fundamentalmente. El rechazo popular al oficialismo no alcanza para entronar a la oposición para imponer el ajuste en los términos que exigen los capitalistas -locales y extranjeros-: un recorte salarial, una liquidación del régimen previsional, un recorte drástico de los “gastos sociales”, una reforma laboral que aumente la productividad a costa de la superexplotación de los trabajadores. La división de la oposición expresa las divisiones dentro de la propia clase capitalista: nadie quiere pagar los costos del ajuste, y también la desconfianza que generan las bravuconadas: la “fuerza del cambio”, la “motosierra”, la feroz campaña antipiquetera no parecen alcanzar, por eso Larreta plantea “dialogar”. Lo que sucede es que la América Latina insurrecta, la Jujuy de huelgas y cortes masivos son mucho más que un fantasma que recorre Argentina.

Que la izquierda que les duele a los dueños del poder esté en octubre

La campaña electoral ha dejado claro que en la Argentina pos Paso se agravará la crisis económica, política y social. Hay una percepción generalizada en la población de que lo que viene es peor. Y esa apreciación es correcta.

La tendencia a la abstención y el voto en blanco, según todos los analistas, preocupan a los partidos del régimen porque no se trata de “apatía”, ni de “indiferencia”, es bronca, justificada por el derrumbe de las condiciones de vida, por la falta de perspectivas de salida, por la pudrición de la situación social; es por eso que los aparatos políticos dudan de operativos para llevar la gente a votar, el tiro les puede salir por la culata.

Que parte de esa bronca lleve a votar a un candidato facho como Milei no es garantía de poder dirigirla en función de los intereses capitalistas que el liberfacho defiende: la mayoría de sus votantes desconoce los alcances reales de la “motosierra”, no saben que va dirigida contra los salarios, las jubilaciones, las indemnizaciones, a pesar de que esto esté expresamente escrito en el programa que presentaron en la Justicia. Algo similar sucede con votantes de Bullrich.

Entre las incógnitas del domingo está cómo quedará el panorama electoral hacía octubre, pero no solo eso: a cuánto se irá el dólar, cuánto aumentarán los precios de los alimentos, qué nuevos tarifazos vendrán, qué nuevos dramas como el de Lanús deberemos lamentar. Es decir qué nuevas batallas debemos organizar y pelear contra los dueños del poder, que atacan nuestras condiciones de vida para llenarse los bolsillos a costa del pueblo trabajador.

https://prensaobrera.com/politicas/que-izquierda-necesitamos-en-las-elecciones-generales-de-octubre

Y esta es la diferencia sustancial con la lista que encabeza Myriam Bregman y Nicolás Del Caño, que rechazan expresamente organizar las barriadas populares, que, más aun, quieren que disolvamos al movimiento piquetero independiente, acusándonos con argumentos extraídos del arsenal de la derecha; que no defienden la lucha del sindicalismo combativo; que en la campaña electoral se han centrado en la derecha para coquetear con Cristina Kirchner y el kirchnerismo a quienes endilgan no ser consecuentes, como si el programa de ellos y el de la izquierda estuvieran en el mismo campo: el kirchnerismo es el representantes de una burguesía nacional que es socia menor del imperialismo y el FMI.

Con esos objetivos no hay preparación posible para lo que hoy sucede y mucho menos para lo que se viene. Por eso la batalla del domingo será un capítulo, un episodio, de una lucha estratégica al interior del Frente de Izquierda en la cual ya hemos logrado una considerable clarificación respecto de la adaptación del PTS al centroizquierda falsamente progresista.

Nosotros hemos intervenido en la campaña electoral como una continuidad de la lucha que damos cotidianamente junto a los trabajadores. Somos la izquierda que, a través del frente único, con independencia política, impulsamos la organización y lucha por todos los reclamos populares. Somos la izquierda que está organizada en miles de barrios a lo largo y ancho del país, que impulsa la organización independiente contra los punteros del peronismo y los otros partidos. Somos la izquierda que en los sindicatos lucha defendiendo los salarios y las conquistas obrera, que le damos pelea a la burocracia sindical, como lo prueba nuestra acción junto a los trabajadores del neumático, los docentes, etc.; somos la izquierda que organiza la unidad de ocupados y desocupados impulsando a la Unidad Piquetera y el sindicalismo combativo. Somos la izquierda que está metida en la organización de la lucha ambiental, de los jubilados, de la mujer, de la juventud. Somos la izquierda que pelea por enraizarse en el pueblo trabajador delimitándose del peronismo y de la derecha para poner en pie una alternativa obrera y socialista que saque a la Argentina del derrumbe a la que la han llevado todos los que han gobernado.

Que Solano y Ripoll estén en octubre. A votar y fiscalizar.

https://prensaobrera.com/sindicales/el-dirigente-del-sindicato-del-neumatico-alejandro-crespo-llama-a-votar-por-gabriel-solano

 

https://prensaobrera.com/partido-obrero/sumate-a-cuidar-el-voto-que-el-duele-a-los-duenos-del-poder