En conferencia de prensa, Kicillof confirmó su adhesión al DNU del gobierno nacional y dedicó buena parte de su alocución a polemizar con Larreta y a hablar de educación. En tono irónico, el gobernador kirchnerista le agradeció al jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires su aceptación del “confinamiento” y la suspensión de las clases presenciales en los tres días hábiles correspondientes. Más que una ironía , es el reconocimiento de que se trata de una medida ultralimitada y acordada con el larretismo que tiene su propia interna con Macri en Juntos por el Cambio. La pirotecnia verbal no alcanza para disimular que el “cierre” es sólo por nueve días, de los cuales seis son fines de semana o feriados.

Como destacamos en Prensa Obrera el “cierre corto” es una medida improvisada y forzada por la catástrofe sanitaria que elevó a la Argentina al primer puesto en el ranking con mayor número de muertes diarias. La provincia perforó los 14.000 contagios diarios con una fuerte expansión de la pandemia al interior provincial. En tres días, Alberto Fernández modificó tres veces su posición. Primero, y el mismo día que se conocieron los 40.000 contagios y 745 fallecimientos, Fernández negó que el gobierno pensara volver a fase 1 porque el “país no lo soportaría”. En los mismos términos se definió el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof para quien se trataba de “intensificar los controles”. El miércoles ya se hablaba de un cierre por tres días , y el jueves – después de la reunión con los gobernadores-, Alberto Fernández anunció la reinstalación del feriado puente en el marco de un “confinamiento ” desde el 22 al 30 de mayo, aclarando que el gobierno pretende limitar todo lo posible la suspensión de las clases presenciales, y la restricción a las “actividades productivas”.

Fracaso de la presencialidad administrada

Kicillof anunció que el “confinamiento” abarcará a 126 distritos de la provincia donde también se suspenderán las clases presenciales el 26, 27 y 29 de mayo. . El dato fuerte es la incorporación de Bahía Blanca y General Pueyrredón a la suspensión de clases confirmando la justeza del reclamo Multicolor y la enorme lucha llevada por el Suteba Bahía Blanca contra la presencialidad pactada entre el gobierno provincial de Kicillof – Vila y la intendencia de Juntos por el Cambio. La ampliación a 126 distritos a una virtual fase 1, más allá del Amba y cuando en el día de hoy los diarios informaban sobre sólo 63 municipios donde regirían las restricciones, confirma también el fracaso de la “presencialidad administrada” de Trotta, Kicillof y Vila que se negaban a suspender en la mayoría de los distritos del interior, y de la “presencialidad focalizada” de la burocracia de Baradel cuyo reclamo más “osado” fue sugerirle al gobierno que incluya a Bahía Blanca , General Pueyrredón y algún otro distrito en la virtualidad. Esto, claro, como consecuencia de la lucha de las seccionales Multicolor y sin haber aportado nada al paro dispuesto por el Suteba Bahía.

Los mismos que decían desde la Dirección General de Escuelas y la conducción celeste del Suteba que las “escuelas no contagian” y saludaban el “plan jurisdiccional” como un protocolo de escuelas seguras, ahora suspenden las clases en 126 distritos y aplauden a Kicillof.

Cuando Kicillof afirma que “adhiere” a las medidas del gobierno nacional, hay que tener en cuenta que éstas tienen por ahora plazo fijo de vencimiento , a partir del 31 de mayo cuando venza el DNU , se volvería al sistema de fases previas. En cuestión está entonces el retorno a las clases presenciales en más de 70 municipios que no están considerados de “alarma” Se trata de un “confinamiento” improvisado, limitado a pocos días y subordinado a las presiones capitalistas y al ajuste fondomonetarista.

Subsidiando al capital

En los considerandos del DNU el gobierno nacional establece 30 actividades esenciales que limitan fuertemente el “cierre”, entre éstas aquellas vinculadas al comercio exterior consideradas “impostergables” La necesidad de “divisas” es imperativa para un régimen sometido al control y auditoría del FMI. Los recursos que no van a los trabajadores, a salarios, al seguro al desocupado, a la salud y a la educación, son destinados al pago de la deuda externa usurera. Ratificando que el reclamo del kirchnerismo por la reinstalación del IFE era puro parloteo, Kicillof convalida que Alberto Fernández excluye al IFE nuevamente y por orden del FMI. La contracara es el recorte de las contribuciones patronales en perjuicio de los trabajadores y desfinanciando al estado, y el pago de parte de los salarios por medio de los Repro a cargo del estado. Para los trabajadores de la salud, la “medida social” es una ampliación miserable del monto del bono de salud a 22.000 pesos por tres meses.

Como parte de esta política de rescate capitalista , el gobierno kirchnerista del Frente de Todos anunció un programa millonario de “apoyo” al “campo” que fue al paro contra la prohibición de exportación de carnes. Lo mismo ocurre con la deuda externa bonaerense. Kicillof está en la picota del “Comité de Acreedores” que viene rechazando las ofertas de “canje” de los “nacionales y populares” y que presiona por mayores concesiones y un depósito inmediato de “resarcimiento” por incumplimiento en el pago de capitales e intereses para levantar la judicialización del default en los tribunales de Nueva York.

La explosión de contagios y muertes en la segunda ola golpea brutalmente a todo el territorio bonaerense. En el Gran Buenos Aires, el 73% de los niños y niñas por debajo de los 14 años integran la franja de pobres y son las víctimas tanto de la presencialidad sin condiciones que enferma y contagia, como de una virtualidad puramente formal y sin recursos, que se traduce en una enorme deserción escolar. No hay aumento del presupuesto educativo para un plan de obras en las escuelas, para reforzar en cantidad y calidad el servicio alimentario escolar, o para proveer de conectividad y equipos gratuitos a estudiantes y docentes.

La lucha por la vacunación masiva

Kicillof festeja la “ley de compra de vacunas” pero nada dice de las casi 500.000 dosis que fueron provistas a la provincia y no se inocularon, en lo que es una radiografía de la crisis sanitaria. Los informes que hablan de casi 4 millones de bonaerenses vacunados disimulan que de los 3. 800.000 informados, son 3.100.000 los bonaerenses que recibieron una sola dosis. Una cuarentena total choca con las disposiciones del “albertista” Claudio Moroni, ministro de trabajo nacional para el retorno al trabajo presencial de quienes hayan recibido al menos una dosis de la vacuna contra el coronavirus. La presión de la clase capitalista es enorme mientras crecen los reclamos de los trabajadores, choferes, portuarios para que sean vacunados de inmediato. Entre los “esenciales” están quienes atiendan comedores populares, pero el gobierno no vacuna masivamente a las organizaciones piqueteras, por el contrario amenaza con reprimirlas con las fuerzas represivas que comandan Sabrina Frederic y Sergio Berni, jefe de la Bonaerense y ministro de “seguridad” de Kicillof. Organizaciones como el Polo Obrero luchan por el trabajo y la comida para miles de compañeras y compañeros de las barriadas más explotadas de la provincia.

Programa y salida de los trabajadores

El Partido Obrero de la provincia de Buenos Aires lucha por la vacunación masiva de toda la población y por la intervención estatal de todos los laboratorios privados que producen vacunas o componentes contra el Covid-19, junto a la pelea por la centralización del sistema de salud. Denunciamos el ajuste del gobierno y el pago de la deuda usurera y fraudulenta, y a las burocracias sindicales que sostienen esta política fondomonetarista, como incompatibles con las demandas populares para enfrentar la catástrofe capitalista. Por un programa y salida de los trabajadores.

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