Políticas

22/4/2025

La anticomunista Lilia Lemoine reivindica a Perón contra la izquierda

Lemoine.

Lilia Lemoine de La Libertad Avanza (LLA) afirmó en una entrevista reciente en Neura que si Perón no hubiese sido presidente, la Argentina hubiese sido “comunistada" (sic). No es la primera vez que Lemoine alaba a Perón como dique de contención de la izquierda. En el 2024, la legisladora antivacunas, terraplanista, antifeminista y partidaria del senicidio -para los “libertarios” el Estado no debería pagar los costos de atención de los ancianos por improductivos- sentenció en un reportaje a Clarín que "el peronismo fue Perón, Menem y ahora es Milei", agregando que el primero “siempre fue anticomunista”.

La escudera de Milei usó al amigable canal de streaming de Fantino para reivindicar a Perón por haber echado a “La Cámpora" de la Plaza el 1 de Mayo de 1974. Una burrada histórica que confunde a los Montoneros y a la JP de entonces con La Cámpora de Máximo Kirchner que aparecería 30 años después con el kirchnerismo en el gobierno. Burrada o provocación deliberada, Lilia Lemoine asume la defensa del curso reaccionario del gobierno peronista que desembocó en la matanza de 2.000 militantes y activistas obreros, juveniles y de izquierda a manos de las infame 3A. La Alianza Anticomunista Argentina (AAA) fue armada por orden de Perón para exterminar a la vanguardia obrera que luchaba contra el Pacto Social y por la recuperación de los sindicatos, las comisiones internas y cuerpos de delegados.

La descomposición derechista del senil bonapartismo peronista llevó al poder a la camarilla criminal de Isabel y López Rega, pavimentando el golpe genocida de Videla con el Operativo Independencia en Tucumán y el control territorial y represivo a las Fuerzas Armadas para "aniquilar la subversión”. La "verdad histórica completa” que invocan Lemoine y su archirrival y vice de Milei, Victoria Villarruel, es una patraña reaccionaria para absolver a los genocidas de la dictadura. No solo los “libertarios” sino todos los partidos burgueses coinciden en justificar la “represión constitucional legítima" de Isabel a la guerrilla. Cínicamente se refieren al Acta de Exterminio de octubre de 1975 firmada por Luder y el ahora mileísta Ruckauf, que invocarían tiempo después los golpistas del 76 para secuestrar y asesinar a 30.000 luchadores, la enorme mayoría activistas obreros y de fábricas. El acta habilitó los Consejos de Seguridad con la presencia de miembros de las FFAA para "exterminar la subversión en todo el territorio del país".

Antes que el peronismo, fue Ricardo Balbín, dirigente máximo del radicalismo, quien había acuñado el término canallesco de “guerrilla fabril” para atacar la extraordinaria huelga de Villa Constitución (1975). La huelga terminó con una represión brutal, ocupación de la ciudad por las fuerzas represivas y bandas de la derecha peronista, y con decenas de activistas presos y a disposición del Poder Ejecutivo. Muchos de estos serían después secuestrados y asesinados por los grupos de tareas de la dictadura como nuestro compañero Fernando Sánchez. El Villazo fue una de las grandes luchas obreras contra la burocracia sindical y el Pacto Social -firmado en el brevísimo gobierno de Héctor Cámpora- para suspender las paritarias por dos años y congelar los salarios incrementando la explotación de los trabajadores.

Esta reivindicación del gobierno de Perón “que evitó el comunismo” contra el ascenso obrero que inauguró el Cordobazo coincide con el homenaje a Isabel Perón que organizó Villarruel en el Senado, donde atacó al kirchnerismo por haber "proscripto injustamente a la primera presidenta mujer”. Villarruel mandó a colocar un busto de la jefa de las tres A en la Casa Rosada y nombró a Claudia Rucci al frente del Observatorio de Derechos Humanos de la Cámara Alta, en un claro centro político a la podrida y corrupta burocracia sindical que Perón defendió en vida a capa y espada.

Aunque no está claro cuánto sabe y cuánto toca de oído, Lilia Lemoine –cuyo acervo principal es la provocación permanente-, la diputada de la Libertad Avanza (LLA), valora al Perón que volvió a la Argentina en el 73 para desviar, contener y cerrar el ciclo histórico revolucionario abierto por el Cordobazo. El fin de la proscripción de Perón fue una maniobra tolerada y negociada por la burguesía y el imperialismo para integrar al peronismo como partido del orden capitalista, evitando que el Onganiato (1966-1973) cayera a manos de las puebladas de masas que se extendieron a muchas provincias en 1972. Este cambio de frente y de política de la clase capitalista intentó cortar de cuajo -apelando a la autoridad de Perón- el desplazamiento hacia el clasismo y la izquierda de miles de activistas que nacieron con el Cordobazo del 69, y más tarde serían protagonistas de las Coordinadoras Interfabriles y de la primera huelga general contra el peronismo en junio y julio de 1975.

Esta nueva vanguardia obrera fue el resultado de una gran lección política y balance del peronismo. Consumado el golpe contra el radical Arturo Illia (electo presidente en comicios fraudulentos y proscriptivos), Juan Domingo Perón llamó desde el exilio a “desensillar hasta que aclare”. Para la historia quedó la foto de la CGT de Vandor posando junto a la Sociedad Rural, la Confederación General Económica, y las cámaras patronales de la industria y el campo en abierto apoyo al Onganiato. Política Obrera -antecesora del Partido Obrero- se forjó en esos combates y en la delimitación implacable con Perón que había desertado en 1955 de la lucha contra el golpe gorila apoyado por el Partido Socialista del "norteamérico" Ghioldi y el PC de Codovilla. Más tarde, la militancia del PO sería uno de blancos de la Alianza Anticomunista Argentina (AAA), que asesinó brutalmente a Jorge Fischer y a Miguel Bufano en 1974, ambos dirigentes obreros de Política Obrera (PO) y de la fábrica de la pintura Miluz. 

La peronóloga Lemoine debería saber que “Néstor y Cristina" no estuvieron entre los echados por Perón el 1 de Mayo de 1974. Por el contrario permanecieron en la Plaza mientras las columnas montoneras y de la JP se retiraban en medio de las diatribas del General que pedía hacer sonar el escarmiento. Los Kirchner se quedaron con la derecha peronista mientras la JP cantaba que el “gobierno popular” estaba lleno de gorilas. El relato que identifica al kirchnerismo con la “juventud maravillosa” es un fraude tan grande como la pretendida militancia de los Kirchner en derechos humanos. Los “padres de La Cámpora” militaban en los 70 en la Juventud Peronista Lealtad, una escisión por derecha de la JP que acompañó el veloz escalamiento reaccionario del bonapartismo peronista. Néstor y Cristina se quedaron en la Plaza de Mayo a pesar de la Masacre de Ezeiza pergeñada por la Comisión Pro Retorno de Perón, capitaneada por el siniestro Osinde y donde actuaron las bandas fascistas de la CNU y CDO junto a los culatas de la UOM y burócratas de la CGT.

La JP Lealtad, donde revestían los Kirchner y también Chacho Álvarez, luego vicepresidente en el gobierno de La Alianza, se comió todos los ultimátums del " Viejo" justificando la Ley de Asociaciones Profesionales que le daba más poder a la burocracia contra el clasismo, la Reforma del Código Penal y la Ley de Seguridad Interior que endureció las políticas represivas. Néstor Kirchner y Cristina Fernández convalidaron los golpes derechistas instruidos directamente por Perón para echar al gobernador bonaerense Bidegain y el Navarrazo policial que expulsó por la fuerza a Obregón Cano de la gobernación en Córdoba. De igual forma, la JP Lealtad calló la boca cuando Perón nombró a los sanguinarios y prontuariados Villar y Margaride al frente de la Policía Federal.

Esta reivindicación de Perón por parte de Lemoine, de Isabel Perón por Villarruel y de Menem por Javier Milei va más allá del oportunismo electoral. El gobierno de LLA quiere exprimir al máximo el colaboracionismo del PJ y de la burocracia sindical peronista, que dan gobernabilidad a Milei y le permiten sacar todas las leyes que quiere siendo La Libertad Avanza una minoría en el Congreso. La cruzada anticomunista de las Lemoine y cía tiene también un carácter preventivo frente a un peronismo dividido y desprestigiado. El odio de clase está dirigido contra la izquierda que lucha mientras todo el peronismo insiste en que Milei debe gobernar hasta el 2027. Este nacionalismo burgués degradado de Cristina, Kicillof y Grabois vende el pescado podrido que equipara la rebelión popular (Fuera Milei) con el golpismo.

El Partido Obrero está en la primera línea de la resistencia al régimen antiobrero y fondomonetarista. Por eso son procesados sus dirigentes, y la dirección del Polo Obrero, intransigente en la lucha contra el hambre bajo Milei y todos los gobiernos capitalistas. A la derecha se la enfrenta con los trabajadores y la izquierda, razón de más para que el Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT-U) haga un acto unitario, de independencia política e internacionalista este 1 de Mayo.

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