Políticas

13/10/2025

La burocracia peronista transa la reforma laboral con Milei, el voto del clasismo es al Frente de Izquierda

Plenario clasista.

Milei desafió al movimiento obrero en San Nicolás. Lo hizo ofreciendo a Paolo Rocca la pieza más preciada: la reforma laboral. Allí, el empresario más poderoso de la Argentina construye una planta favorecida por el Rigi que fue ley con los votos de la oposición, incluida buena parte del peronismo. Y también con el apoyo del peronismo que votó en contra, que ofreció su propio Rigi, como Kicillof, cuando disputó con Río Negro la planta de licuefacción de gas.

Los detalles de la reforma laboral-previsional no están. Pero las cuidadas definiciones presidenciales permiten inferirlas: “Terminar con la industria del juicio (...) nuevas negociaciones colectivas que adecuen los marcos contractuales a la realidad productiva y laboral actual, dejando atrás estructuras vigentes desde hace más de 70 años. Esto fomentará la negociación y el vínculo entre la parte empleadora y la parte sindical”. El facholibertario prometió mandar al Congreso los proyectos de ley en esta dirección.

Es claro que la famosa “industria del juicio que arruina a las Pymes”, denunciada hasta por Grabois, es el santo y seña para acabar con los derechos que, violentados, llevan al trabajador al último reducto que es litigar en la Justicia, lo que le cabe, por ejemplo a los trabajadores de la ceramista Ilva, echados en masa, sin siquiera indemnización para reabrir con otros trabajadores a menor paga y flexibilizados.

La formulación de los “nuevos convenios” que fomentarían el “vínculo” con los sindicatos es un concepto muy revelador del entendimiento que Milei da por descontado con la burocracia sindical. Solo hay que apelar a los archivos de Luis Barrionuevo para terminar de entender esto. El inefable y locuaz gastronómico dijo antes del ascenso de Milei “por la reforma laboral no se preocupen, la hacemos nosotros”. Y ahora, hace días, completó “estamos tomando Alplack, firmando incluso al 1%, porque si salimos este gobierno no dura nada…y tiene que gobernar”.

Se entiende porqué las centrales obreras son el gran desaparecido en acción cuando las patronales arrasan con cierres y despidos masivos, con rebajas de salarios reales, con flexibilizaciones con o sin recursos de crisis. Incluso se entiende qué discuten para después del 26 de octubre en la Mesa del Concejo de Mayo, donde la CGT sentó a Gerardo Martínez. Se entiende porqué Andrés Rodríguez y UPCN cada vez que despiden en masa en el Estado, o someten el salario a la destrucción, propone “dialogar”. Se entiende porqué Aguiar por toda respuesta se sienta con Sergio Massa a discutir la “nueva estatalidad que se viene”, tal vez en la línea del “Estado eficiente” de Cristina en lugar del verso ya gastado del “Estado presente” que no fue. Se entiende porqué todos están en el Movimiento Derecho al Futuro.

Para el sindicalismo peronista lo primordial es la gobernabilidad de Milei, no las reivindicaciones del movimiento obrero. Su “republicanismo” abandona por completo los métodos de acción directa de los trabajadores para entregar aquellas reivindicaciones a la agenda de la burguesía que puede tener diferencias en torno al tipo de cambio, respecto de algún arancel, acerca de alguna exención impositiva desigual, algún subsidio que no les toca, obras públicas que no se hacen o al reparto con las provincias, pero que está unida en torno a la reforma laboral, previsional e impositiva, el paquete de “reformas estructurales” del FMI y de toda la burguesía. Y Milei empezó a cumplir las órdenes del imperialismo en el sentido de “hacer política”. Además de llevarle a Paolo Rocca la promesa de reforma laboral le rebajó a cero las retenciones al acero y a Madanes Quintanilla las del aluminio. Otra vez, para la discapacidad no hay plata, para Rocca y Madanes sí.

Este debate es estratégico entre los trabajadores arrasados por la recesión. No hay frente único posible con las patronales. Las contradicciones de arriba las podemos aprovechar solo con un planteo de independencia de clase.

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Las luchas obreras han golpeado al régimen

No caben dudas que a caballo del régimen de Milei los trabajadores hemos recibido enormes golpes: centenares de miles de despidos, pérdida de salarios, destrucción de las jubilaciones, represión, ataque a la salud, la educación, Discapacidad, flexibilización de los convenios, ahogo brutal de las obras sociales, ataque a los comedores y planes sociales, judicialización de los luchadores, en apretada síntesis.

Pero Milei no se la llevó de arriba. La descomunal crisis política y descomposición del régimen que llevaron al narcoescándalo de Espert o a las coimas de Karina se entrelazan con la crisis económica de un país camino a la devaluación y al default, tiene un enorme telón de fondo en las luchas obreras y populares que le hicieron frente al proyecto ultraderechista argentino. Las 40 derrotas parlamentarias a manos de los mismos parlamentarios que le votaron la Ley Bases y dejaron vivito y coleando al DNU/70, son el resultado del giro del humor popular y no al revés.

Y el giro del humor popular fue madurando al calor de las durísimas luchas de los trabajadores que transformaron los reclamos sectoriales en grandes causas populares que penetraron transversalmente en la base de todas las fuerzas políticas de la propia burguesía. Es exactamente lo que pasó con los jubilados, a partir del reclamo de los miércoles sostenido por las agrupaciones de izquierda del sector. Es lo que pasó con el Garrahan, transformando la lucha de un solo hospital en una causa nacional. Es lo que pasó con Discapacidad, que ganó la calle a partir de afectados, familiares y prestadores. Es también lo que pasó con las universidades, aunque en la primera fase de 2024 se plegaron las camarillas de rectores para terminar transando con los fondos para funcionamiento y ahora colocando todo en las leyes que Milei no cumple. Pero allí también se destacaron los sectores combativos como AGD, que copó la Plaza de Mayo con clases públicas y otras asociaciones de base en distintas universidades del interior que actuaron en conexión o impulsando la unidad docente-no docente-estudiantil.

Todos, empezando por el Polo Obrero y el movimiento piquetero independiente desde el 20/12/23, desafiaron el protocolo represivo de Bullrich sistemáticamente. Otras movilizaciones de masas como el 1F, el 8M o el 24M, donde se sumaron los movimientos de mujeres y diversidad, los de DDHH, en el gran movimiento universitario de 2024 donde se suma vigorosamente el movimiento estudiantil, sumaron y mucho. Podríamos agregar infinitas luchas, como los paros y piquetes del Sutna en decenas de oportunidades. Pero en el último período se han producido luchas obreras agudas apelando a los métodos más radicales de la lucha de clases: la huelga general, los piquetes y bloqueos. Ocurrió con la pueblada junto a Tres Arroyos en Concepción del Uruguay. Es lo que pasó con la maderera Forestadora Tapebicuá en Corrientes que bloqueó la planta ante 520 despidos, lo mismo que Ilva que no solo acampa en la planta cerrada en el Parque industrial de Pilar, sino que bloqueó durante ocho horas todo el Parque Industrial. Luego llegó el turno de Bedtime, que no solo fue a la huelga general por cinco días en la planta de Tigre, sino que bloqueó en el mismo período el depósito de Tortuguitas desafiando al fiscal, al intendente peronista y al gobierno de Kicillof que jugó enteramente con la patronal sin apelar si quiera a una conciliación obligatoria. Como se aprecia, la Ley Bases y su prohibición expresa de bloqueos ha empezado a ser desafiada por los trabajadores.

A estos ejemplos hay que agregar la ocupación de los gráficos de Morvillo, que no pudieron ser sacados de la planta por la patronal, la burocracia sindical y la Justicia que trataron de hacerlo. Y, nada menos, los paros durante conciliaciones obligatorias de Adosac de Santa Cruz, en una de las grandes luchas salariales que se han extendido en ocho provincias y que tuvieron una expresión extrema en el Misionerazo del año pasado. El Garrahan, por su parte, ha parado varias veces durante las tramposas y absurdas conciliaciones obligatorias dictadas por el gobierno, a lo cual ATE se opuso siempre para “cuidar” la personería sindical.

La cuestión de la huelga general y el voto el 26 de octubre

El Partido Obrero ha planteado la cuestión de preparar la huelga general y el “Fuera Milei” desde mediados del 2024. Dos cuestiones asociadas. En ese camino, las agrupaciones que integran la Coordinadora Sindical Clasista han ido planteando en cada gremio un curso de acción contra los despidos en el Estado, contra los preventivos de crisis a menudo aceptados por la burocracia como en Tres Arroyos, para quebrar los techos paritarios a la baja y contra los despidos en todo el sector privado.

El peronismo es un partido de Estado y se ha comportado como tal en cada provincia del lado de las patronales. No hubo tal “escudo” del ministro Walter Correa de Kicillof, integrante de la Corriente Federal kirchnerista, al contrario, sus conciliaciones con despedidos afuera como en Bridgestone, o sus “no conciliaciones” como en BedTime, han estado siempre al servicio de las patronales, lo mismo que el accionar de la Bonaerense.

Si el Frente de Izquierda está “siempre con los trabajadores, nunca con los corruptos, ajustadores y el FMI”, toda la oposición a Milei, incluido el peronismo, con diferencias, son parte de la corrupción de los políticos capitalistas, todos amparan al narcotráfico, todos ajustan en sus provincias y ninguno, absolutamente ninguno, plantea romper con el FMI. Todos han gobernado pactando con la burocracia sindical, aunque el peronismo tenga una relación especial con ella porque integra directamente sus filas.

Un sector, más o menos nucleado en el “Frente de la Soberanía”, actúa como grupo de presión interno para “renovar” la cúpula de la CGT y colocar al sindicalismo peronista en una posición más opositora, pero no de cara a luchar, a quebrar al gobierno en función de las reivindicaciones del movimiento obrero, sino para mejor posicionarse en el “hay 2027” del peronismo. Por lo pronto, Kicillof acaba de sacarse una foto de campaña con Daer, Hugo Moyano y “Huguito” que integra la lista de la Provincia junto con Yasky. Las CTAs actúan en el mismo sentido. Y el grupo opositor a los gordos no actúa luchando en sus propios gremios, sólo maniobra en función del Congreso de la CGT del 5 de noviembre, para juntar porotos.

Desde el clasismo tenemos que llamar a los activistas, a quienes luchan contra toda la ofensiva de Milei y las patronales, a quienes enfrentan a la burocracia sindical y su entreguismo, a romper la falsa polarización que garantiza la gobernabilidad de la ofensiva capitalista. A romper con una burocracia que solo pretende tender lazos con los devaluacionistas, algo que muy probablemente ejecute el propio Milei con este u otro gabinete, porque la devaluación se hará contra los trabajadores, concretando otra brutal confiscación vía licuación de los ingresos de la clase trabajadora, activa, jubilada y desocupada.

¿Qué conclusión política le ofrecemos a los docentes que acaban de parar masivamente el 8 de octubre, contra Kicillof y el propio Baradel, que no sea romper con ellos? Por eso la Coordinadora Sindical Clasista y las agrupaciones que la integran llamamos a votar al Frente de Izquierda. Por el “Fuera Milei y el ajuste de los gobernadores”. El planteo que en el marco de las elecciones pretende poner a la clase obrera al frente de una acción de masas para terminar con este régimen de hambre, entrega y represión.

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