Políticas
3/12/2024
La campaña electoral de Montenegro: demagogia, violencia y mano dura contra la pobreza
Criminaliza a las personas en situación de calle.
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Guillermo Montenegro.
En los últimos días, Guillermo Montenegro estuvo en el centro de la escena de las redes sociales y algunos medios de comunicación luego de su posteo en relación a las personas en situación de calle del distrito, donde festeja el maltrato y su desalojo, una postal que es moneda corriente y va en aumento en la ciudad de Mar del Plata.
Resulta que el intendente ha reforzado su orientación violenta haciendo eje en la situación de indigencia, que tiene a más de 500 personas durmiendo en las calles de Mar del Plata. El “se terminó” según Montenegro, con las personas que duermen en la calle, consiste en operativos con personal municipal y Policía Bonaerense a partir de la madrugada donde increpan a las personas, les roban sus pertenencias y los golpean para correrlos de las veredas o las plazas. A su vez, a través de diferentes publicaciones, Montenegro acusa a las organizaciones sociales y de izquierda de ser los responsables de “traer” a esas personas para dormir en las calles y de hacer piquetes en Mar del Plata. La estrategia es ligar la situación de pobreza que azota a los trabajadores del distrito con el problema de la inseguridad, un problema sufrido pura y exclusivamente por los laburantes, sobre todo en las barriadas más pobres.
Quienes duermen en la calle ahora serían delincuentes defendidos por la izquierda y en eso consiste su campaña electoral anticipada. Por eso, esta semana se mostró probando la nueva compra de armas químicas y cinéticas no letales para las patrullas municipales en la idea de reforzar la seguridad. Montenegro se muestra del lado de quienes empuñan armas, luego del escándalo en el que se vio envuelta la cúpula de la policía hace apenas cuatro meses: fueron detenidos el jefe de la Policía Departamental José Luis Segovia, el policía Bonaerense Gastón Moraña, Nicolás Rivademar de la Federal y Javier Martin González, ex integrante de la DDI, luego de una investigación sobre “averiguación de ilícito” vinculada a robos de departamentos, secuestros extorsivos y la recaudación de dinero por ventas ilegales sobre la avenida Luro.
La compra de patrulleros y armamento no están destinadas a combatir el delito o llevar seguridad a los barrios, si no que les habilita el juego a las fuerzas represivas, socias del narcotráfico y el crimen organizado, para avanzar en la represión y todo tipo de tropelías frente todos aquellos que sean víctimas o luchen contra las políticas de miseria de este gobierno.
Lo cierto es que ninguno de los problemas de los “marplatenses”, como le gusta llamar a Montenegro, han sido resueltos en estos dos mandatos de gestión. La situación de pobreza y desempleo han crecido: según el Indec, en el primer semestre del año se encontraron 46,2% personas (306.221) bajo la línea de la pobreza y 12,9% de las personas (85.825) se encontraban bajo la línea de indigencia.
Los tuits y videos de Montenegro al mejor estilo de Patricia Bullrich o, sin irnos tan lejos, de Sergio Berni durante el gobierno de Alberto Fernández, no son hechos casuales o aislados; se tratan de una política violenta criminalizadora y persecutoria hacia los más pobres en la que plantea resolver con violencia las consecuencias de la sistemática pobreza a la que nos han empujado sucesivos gobiernos, entre los cuales se encuentra Montenegro y por supuesto Milei.
Para resolver el problema de la inseguridad vinculado directamente al delito y el narcotráfico que operan en los barrios es necesario desarticular la red de complicidades que existen dentro de los aparatos de seguridad y poderes políticos y económicos, algo que ni Montenegro ni Bullrich van a hacer sino todo lo contrario: buscan reforzar a las fuerzas de seguridad que están metidas y amparan este flagelo desde las entrañas del propio Estado.
Abajo la campaña violenta y fascistizante de Montenegro.
