Políticas

10/8/2022

La “decadencia” de Juntos por el Cambio

Carrió agita la crisis en la oposición derechista.

Collage Prensa Obrera

Las disputas que se desarrollan en el seno de Juntos por el Cambio (JxC) pegaron un salto luego de que, en una entrevista en el canal La Nación+, Elisa Carrió criticara duramente a exfuncionarios, legisladores y referentes ligados al otrora presidente Mauricio Macri, a los que acusó de realizar negociados y establecer acuerdos con el ministro de Economía Sergio Massa.

Un grupo de dirigentes de JxC salió a desmarcarse rápidamente. La presidenta del PRO, Patricia Bullrich, ha calificado las declaraciones de “Lilita” como un “espectáculo degradante”; mientras que desde el Comité Nacional de la Unión Cívica Radical (UCR) se dijo que “es una irresponsabilidad hacer denuncias falaces”.

Carrió salió con los tapones de punta contra personajes como Rogelio Frigerio, Emilio Monzó, Gerardo Morales y Cristian Ritondo, por mantener vínculos con un sector del peronismo. Incluso no se privó de “denunciar” que, bajo el gobierno Macri, el exministro Frigerio utilizó la caja de Aysa para hacer negocios, una actividad que según Carrió ha sido desenvuelta, asimismo, por otras “personas clave” de JxC (Página 12, 10/8).

El show que montó la lideresa de la Coalición Cívica (CC) es un reflejo contradictorio de los choques que existen en JxC entre el sector que coquetea con una porción del FDT, representado por Larreta y Vidal, y el que rechaza esa alianza, encarnado por Macri y Bullrich; y del impasse en el que se encuentra la coalición derechista.

Detrás de estas disputas se esconde el problema de cuál es la salida a la crisis que reina en Argentina; ¿Es posible llevar adelante el ajuste contra la clase obrera que reclaman las patronales sin un acuerdo con el peronismo? Para ello algunos son partidarios de ir hacia un gobierno de coalición con el PJ, como la fracción que representa Larreta, y otros de ir hacia una línea más dura (sin el peronismo), a lo Milei, como el ala Bullrich. Lo que está en juego, de fondo, es qué rol va a jugar el Estado en el rescate de los grupos capitalistas afectados por la crisis.

Esos choques adquirieron hace poco una envergadura mayor, lo cual fue el producto del nuevo acercamiento al peronismo que se procesó en la peña organizada hace una semana por el larretismo en el barrio porteño de San Telmo, en la que dijeron presente Florencia Casamiquela (exmano derecha de Florencio Randazzo) y Juan Manuel Urtubey. Allí, supuestamente, se lanzaron diatribas contra Macri, pero también contra Vidal.

Las declaraciones que hiciera recientemente Bullrich sobre la posibilidad de incorporar al diputado libertario Javier Milei a las listas de JxC en las provincias y los municipios han añadido más condimentos a la crisis del frente derechista.

En medio de esto, se filtró que desde el entorno de Macri se está barajando proponer, en la próxima mesa del PRO, que se designe a Miguel Ángel Pichetto y al exministro de Vidal, Joaquín de la Torre, la tarea de evaluar qué personero del peronismo entra o no a JxC. Resta ver si Larreta o Bullrich aceptan la propuesta, algo poco probable.

Macri busca erigirse como un árbitro en el PRO y tomar un mayor protagonismo. En esa línea puede leerse su reciente participación en un almuerzo con los embajadores del G7. JxC está en una encerrona, porque, como le ocurre al gobierno nacional, las crisis económica y política impactan duramente en sus relaciones internas, a lo que se suma que su programa de gobierno es un conjunto de medidas que ya han fracasado y que han contribuido a llevar a la Argentina al desastre, lo que no les permite exhibir músculo como oposición.

Los trabajadores no debemos quedar atrapados en las riñas que tienen los partidos patronales. Sus disputas internas no tienen nada que ver con los intereses de la clase obrera, sino que están relacionadas a cómo descargar la crisis sobre ella.