Políticas
9/5/2025
La industria cae un 4,5% gracias a Milei y su plan de ajuste
La bicicleta financiera y el acuerdo con el FMI solo traen recesión, desempleo y salarios de hambre.

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Actividad industrial.
La actividad industrial se contrajo un 4,5% en el mes de marzo, con una caída significativa del 4,1% en la construcción, golpeando los pronósticos excesivamente “alentadores” del gobierno nacional, y dando cuenta de una política económica recesiva, cimentada en una bicicleta financiera permanente que combina más inflación y caída del consumo.
El dato se desprende del Índice de producción industrial manufacturero correspondiente al mes de marzo, publicado por el Indec, que da cuenta de la caída más importante bajo el gobierno de Milei, con un desplome en rubros como la refinación de petróleo (7,9%), madera, papel, edición e impresión (7,1), automotores y otros equipos de transporte (6,9%), entre otros.
Algún sector interesado del gobierno aún podría señalar que en la medición interanual la industria tiene un crecimiento del 5,2%, lo que solo vale al compararla con el derrumbe estrepitoso de la industria del aquel periodo, bajo el actual gobierno, que representó una caída del 21,2% interanual con respecto a marzo del 2023: estamos ante un gobierno que destruye la actividad económica.
Entre las principales causas de esta situación tenemos que marzo fue uno de los meses más afectados por las especulaciones cambiarias y las políticas del gobierno en materia financiera, con altas tasas de intereses y una aceleración de la inflación que chocan de lleno con la actividad económica y el consumo.
El gobierno de la bicicleta financiera es incapaz de hacerse de los dólares que pretende sin montar un esquema ruinoso, el cual incluso promueve que se replique en todos os hogares, incentivando a los ahorristas a que realicen el carry trade para “sacar provecho”.
Uno de los sectores más afectados por esta política es la construcción –vital para el desarrollo de la industria- cuya caída del 4,1% refleja un panorama sombrío: sin obra pública ni política de créditos hipotecarios y con precios dolarizado que crecen gracias a las medidas oficiales. Comparado con marzo del 2023 la construcción acumula una caída del 33%, demostrando el desastre generado pro Milei.
Esta caída en la industria también es un indicador de la caída general del consumo, generada por la pérdida de poder adquisitivo de los salarios e ingresos populares, fruto de la política oficial de techo a las paritarias, ajuste sobre jubilados y trabajadores precarizados, devaluación e inflación.
En este cuadro dramático donde el ataque a la capacidad de consumo de las mayorías trabajadoras alienta la contracción de la industria, el gobierno acaba de fijar unilateralmente y por decreto el salario mínimo en escasos $308.200 para mayo, llegando un miserable $322.000 para agosto, en lo que es casi un calco de las pretensiones patronales.
El gobierno se la pasa hablando de que sus medidas económicas y políticas darían lugar a un crecimiento sin precedentes de la actividad económica, pero los datos dan cuenta de todo lo contrario: son las medidas del gobierno y su acuerdo con el FMI los que destruye los salarios, el consumo, el empleo y la actividad económica.
A pesar de que el gobierno ataca las condiciones laborales con la reforma antiobrera, golpea los salarios con su techo paritario y ofrece beneficios y garantías excepcionales como el Rigi, se sigue imponiendo un proceso de desinversión capitalista, con patronales que se vale de las medidas oficiales para sacar una mejor tajada, destruyendo a su vez el empleo y las condiciones laborales.
El único aliciente de Milei para las patronales es tratar de revertir esta caída profundizando el ataque contra los trabajadores, con una nueva reforma laboral antiobrera y el anclaje de los salarios ante una devaluación y una inflación que deteriora el poder adquisitivo de los trabajadores.
Hay que derrotar a este gobierno antiobrero para abrir paso a las reivindicaciones de los trabajadores, y poner en pie un programa económico e industrial en manos de los trabajadores, para reactivar la industria y satisfacer las necesidades populares negadas bajo el actual régimen social.

