Políticas
13/11/2025
La inflación siguió subiendo en octubre y se agrava la pérdida salarial
El IPC dio 2,3%, subiendo en plena recesión y caída del consumo.

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El aceite de girasol subió por encima del promedio.
Ni la caída del consumo, ni la recesión, ni las tasas de interés siderales, ni las intervenciones cambiarias de Bessent impidieron que la inflación se recalentara en octubre, ubicándose en el 2,3% según el último informe del Indec. El IPC acumulado de los primeros diez meses del año se ubicó en 24,8%, y, en términos interanuales, alcanzó 31,3%. De este modo, se profundiza la pérdida salarial y el endeudamiento de las familias trabajadoras para llegar a fin de mes.
La inflación del mes estuvo liderada por los rubros Transporte (3,5%) y Vivienda, gas, agua, electricidad y otros combustibles (2,8%), debido a los aumentos en el boleto, en las tarifas de los servicios públicos y en el alquiler. Son los precios de la economía que más se dispararon bajo la gestión de Milei; tal es así, que, mientras el incremento interanual de los bienes llegó al 24,9%, el de los servicios casi duplicó ese porcentaje, alcanzando el 46,7% durante el mismo período. Sin embargo, el peso de estos últimos está subregistrado en la fórmula de cálculo del Indec.
Como fuere, las subas han sido exorbitantes. Por mencionar algunos ejemplos, según un informe de la Asociación Argentina de Empresarios del Transporte Automotor (AAETA), las tarifas urbanas de colectivos tuvieron un aumento del 2.926% entre octubre 2022 y octubre 2025, superando ampliamente la inflación experimentada ese período (870,1%). Ni qué decir de la tarifa de la electricidad, que, en la Ciudad de Buenos Aires, según un informe del Instituto de Economía de la Universidad Argentina de la Empresa (Uade), promedió los $38.587 en noviembre de este año, superando en un 40% el promedio -a precios corrientes- de las últimas tres décadas.
No obstante, la escalada del dólar en la antesala electoral, sumado a la quita de las retenciones al agro, impactó en el precio de los alimentos de primera necesidad. Así las cosas, en octubre, el pan de mesa aumentó por encima de la inflación general (4,7%), al igual que el aceite de girasol (6,7%), el kilo de asado (5,2%) y el kilo de nalga (4,1%). En el caso de la carne también contribuyeron las desregulaciones del gobierno, que permitieron la exportación de los cortes populares y del ganado vacuno de a pie, restringiendo la oferta en el mercado local y acoplando el precio interno a los internacionales.
Con aumentos salariales anclados en el 1% mensual, gracias al tope paritario fijado por el gobierno con la anuencia de la burocracia sindical, los ingresos de los trabajadores siguen retrocediendo. Según los datos publicados por el Mirador de la Actualidad del Trabajo y la Economía (Mate), en el sector privado formal la caída, entre noviembre 2023 y octubre 2025, ha sido de 4 puntos, que equivalen a $1,7 millones por cada trabajador. En el sector público, la pérdida llegó a 18 puntos en el mismo período; un nivel de confiscación equivalente a $8,1 millones sobre el bolsillo de cada empleado estatal.
Hundiendo el poder adquisitivo del salario, Milei consagró una enorme transferencia de ingresos del trabajo al capital, calculada en $57 billones. Lo anterior desmiente el argumento de los defensores de la reforma antiobrera, cuando sostienen que el costo laboral sería demasiado alto en Argentina. Como vemos, el mismo se ha desplomado, sin embargo, las inversiones no despuntan como resultado del parasitismo capitalista.
De este modo, cada vez más la población trabajadora debe recurrir al endeudamiento o quemar ahorros para cubrir los gastos básicos. Según los datos del Indec, en base a los resultados de la Encuesta Permanente de Hogares, el 22,5% de los hogares pertenecientes a los cuatro deciles de menores ingresos solicitó un préstamo con familiares o amigos durante el primer semestre de 2025. Además, el 40,8% del total de los hogares desarmó ahorros o vendió pertenencias para afrontar el consumo cotidiano.
El triunfo de los trabajadores del Garrahan nos demostró que, con el método de la asamblea, el paro y la movilización, se puede conquistar una recomposición de los salarios. Tomemos su ejemplo de lucha para derrotar la ofensiva antiobrera del gobierno y las patronales.




