Políticas

4/3/2024

La modificación del financiamiento de los partidos: un ataque contra la democracia política

Milei busca poscribir a los partidos políticos que luchan por los intereses de la clase obrera.

Milei en la apertura de sesiones ordinarias.

En el marco de la apertura de sesiones ordinarias en el Congreso, Javier Milei anunció el viernes pasado la eliminación del financiamiento estatal a los partidos políticos. El presidente ha presentado la iniciativa como un instrumento para golpear a la “casta”. Pero, detrás de esto, asoma un ataque contra la democracia política y también un intento por reforzar la supremacía política de la clase capitalista.

De acuerdo a la ley vigente, los partidos políticos pueden obtener recursos a través de financiamiento público y privado para el desarrollo de sus actividades y campañas electorales. Para estas últimas, por ejemplo, existe financiamiento para la impresión de boletas. El financiamiento estatal, sin embargo, es desparejo. Los que detentan el poder político, por ejemplo, pueden acceder a mayores recursos. Si se implementara lo que quiere Milei, los partidos de los trabajadores y de izquierda que se oponen a la clase capitalista posiblemente desaparezcan de la compulsa electoral.

Para los partidos del capital esto no supondría ningún problema, ya que son financiados por los empresarios para los cuales gobiernan. A Milei le han bancado la campaña importantes exponentes de la burguesía nacional como Eduardo Eurnekián y Eduardo Elsztain. El primero fue premiado con la colocación de Nicolás Posse, antes funcionario ejecutivo de Aeropuertos Argentina 2000 (perteneciente al grupo Eurnekián), al frente de la Jefatura de Gabinete, y el segundo con la derogación de la Ley de Alquileres.

Lo mismo puede decirse de fuerzas como el peronismo y el macrismo-radicalismo. Aunque prima cierto hermetismo, se sabe que son apoyados por banqueros, capos de la industria, sojeros y oligarcas de todo tipo. Al kirchnerismo lo han financiado elementos como Eskenazi, Cristóbal López e incluso el propio Eurnekián. Y a los Macri explotadores capitalistas de la misma calaña.

En las últimas elecciones, Massa recibió el apoyo político de un sector de la Unión Industrial y de banqueros nacionales. Y el apoyo político suele devenir en económico rápidamente. Asimismo, los partidos capitalistas reciben dinero proveniente de cualquier tipo de porquería; en marzo del año pasado, la Cámara Nacional Federal alertó sobre el financiamiento narco en las campañas provinciales.

La burguesía financia a los partidos con millonadas para sostener su primacía política. En tiempos de campaña electoral, esto les permite producir campañas de alto nivel y divulgarlas por todos los rincones del país, sostener un aparato “militante”, etc. Los capitalistas tienen la ventaja, además, de controlar la mayoría de los medios de comunicación y los resortes del Estado en general. Es el poder que les otorga su dominio sobre los medios de producción.

Una vez que llegan al poder, los partidos burgueses se encargan de sostener el régimen de explotación, otorgar todo tipo de prebendas económicas e impositivas a las patronales y de hacer pasar la agenda capitalista por el Congreso. Forman parte de una casta burocrática y parasitaria cuyos miembros tienen los privilegios propios de la clase social a la que representan. A Milei no se le pasa por la cabeza alterar este estado de cosas. Solo la izquierda revolucionaria propone terminar con todos los privilegios de los parlamentarios, los ministros y de todo el funcionariado.

Los partidos capitalistas siempre han cajoneado los proyectos que presentó el FIT para que los congresistas cobren como un obrero promedio. De todas formas, los parlamentarios de la izquierda aplican esa política de hecho: cobran el equivalente a la canasta básica familiar.

Bien vista, entonces, la medida propuesta por Milei apunta a que la clase capitalista cope la vida política toda y por lo tanto a proscribir de hecho a los partidos que luchan por los intereses de la clase obrera. Es un nuevo capítulo de los atropellos a la democracia política; antes, bajo el gobierno de Cristina Kirchner, en 2009, fueron creadas las Paso, estableciéndose en Argentina un régimen electoral más proscriptivo y regimentado.

El Pacto de Mayo, el cual Milei quiere llevar adelante con la aprobación del resto de los partidos patronales, es un programa de guerra contra la clase obrera que contiene una reforma laboral reaccionaria, la privatización de las jubilaciones, la entrega de los recursos naturales al capital imperialista, etcétera. Se trata de una tentativa por convertir a la Argentina, por un lado, en una gran plataforma de mano de obra superbarata y pasible de ser superexplotada, y, por el otro, en una mera colonia del capital financiero internacional.

Rechazamos la afrenta de Milei contra la democracia política y todo su programa antiobrero. Y reclamamos el financiamiento exclusivo e igualitario (para que todos tengan el mismo acceso a la divulgación de ideas y a la publicidad) del Estado de los partidos y sus campañas electorales. Con todo, para garantizar una verdadera democracia, tenemos que gobernar los trabajadores.

https://prensaobrera.com/politicas/el-discurso-de-milei

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