Hace horas se presentó una denuncia por malversación de fondos y enriquecimiento ilícito contra el intendente de Merlo en uso de licencia, Gustavo Menéndez, quien actualmente se desempeña como director del Grupo Provincia y que fue en el pasado presidente del PJ de la provincia de Buenos Aires. Ahora es candidato nuevamente a la intendencia de Merlo.

Recordemos que sobre Menéndez pesa una condena de dos años por un caso de corrupción cuando era director de casinos. La nueva denuncia pone el foco sobre la adquisición de propiedades lujosas por parte de su entorno y viajes opulentos, en el medio del escándalo del exjefe de gabinete bonaerense Martín Insaurralde y a días de las elecciones, con un gobierno y todo un régimen crujientes por una enorme crisis política.

Es claro que el nivel de vida de muchos de los barones del conurbano está por fuera de cualquiera de las y los trabajadores que vivimos en los distritos más empobrecidos del país.

Mientras ellos viajan a Europa sin restricciones y acceden a mansiones en barrios privados, para cualquiera de nosotros es imposible acceder a la vivienda propia. Ni qué hablar de las condiciones de infraestructura de los barrios sin luminarias, sin asfaltos, sin cloacas, ni agua potable, donde son moneda corriente las zonas liberadas y los bunkers narcos. Tampoco hay salitas de primeros auxilios equipadas y funcionando en los barrios, y los hospitales son cada vez más inaccesibles por el bajo presupuesto que se invierte en salud pública.

Para sumar a este contraste, los trabajadores municipales de Merlo tienen un salario básico de indigencia de $33 mil.

Un hecho que muestra aún más la desfachatez del sector político de Menéndez es que el Concejo Deliberante de Merlo sólo ha tenido tres sesiones en lo que va del año, con la situación vergonzosa y antidemocrática de haber apagado los micrófonos a la oposición durante la rendición de cuentas. No es sorpresivo que no brinden el presupuesto ni la rendición de cuentas frente a las terribles sospechas de corrupción que rondan al PJ.

Tampoco sorprende que no haya sesiones, hemos presentado proyectos que requieren presupuesto y han sido cajoneados deliberadamente.

La oposición en el distrito solo realiza críticas vacías y son cómplices de un régimen corrupto. Por ejemplo, Eduardo Varela (candidato de Milei, otrora de Juntos por el cambio y candidato de Massa) no representa los intereses de las y los trabajadores del distrito ya que es un empresario y forma parte de la misma casta política que dice denunciar. No se le conoce la voz en las sesiones y en dos años la Comisión de Trabajo que preside se reunió solo una vez.

Por todo esto, tenemos que sacarnos de encima a estos políticos capitalistas que representan la podredumbre de todo el régimen político.

El voto al FIT-U en octubre es un pronunciamiento contra estas políticas.

La única alternativa de salida para el pueblo trabajador es organizarse y luchar en las calles por nuestras reivindicaciones.

https://prensaobrera.com/politicas/argentina-en-las-visperas-de-una-gran-crisis