Políticas

27/7/2020

La responsabilidad es del que flexibiliza la cuarentena

Con un anuncio publicitario el gobierno le echa la culpa a los trabajadores.

A través de la cuenta de la Casa Rosada el gobierno nacional difundió un spot publicitario en el que en pocos segundos traslada la responsabilidad del crecimiento de la curva de contagios al conjunto de la población trabajadora. Las imágenes de una persona internada sirven de trasfondo para una sucesión de audios en los que se pueden escuchar simulaciones de conversaciones que incitan a vulnerar la cuarentena sobre la base de distintas justificaciones. De esta forma, el gobierno intenta trasmitir el mensaje de que el crecimiento de los contagios se debe a una distención respecto al aislamiento social. Con esta actitud evita hacer mención alguna al principal problema: el aumento de la circulación de la población producto de la habilitación de un sinfín de actividades económicas.

Para colmo, el video culmina con un primer plano de un médico colocando una mascarilla de respiración al paciente convaleciente: el profesional no lleva puesto barbijo. Una demostración de que el inconsciente puede jugarles una mala pasada, ya que la falta de elementos sanitarios para los trabajadores de la salud ha sido una denuncia constante desde el día uno de la cuarentena.

https://twitter.com/CasaRosada/status/1287512024063377408

Como alertamos desde Prensa Obrera, en la conferencia de prensa de Alberto Fernández y los gobernadores de las provincias y ciudades más complicadas, el gobierno profundizaba el camino de desentenderse de toda responsabilidad. Primero el gobernador jujeño, Gerardo Morales, destacando que el Covid-19 había ingresado a su provincia de la mano de la imprudencia de unos pocos trabajadores y luego el propio Fernández, quien advertía sobre eventuales reuniones sociales para el día del amigo (20 de julio). El ministro de Salud Ginés González García volvería sobre esta especie ordenando un reforzamiento de los operativos policiales en el Amba para frustrar cualquier tipo de reunión. Pasados 10 días del anunció de la flexibilización de la cuarentena y con los contagios en ascenso, el gobierno vuelve a apuntar contra los trabajadores.

La “nueva normalidad” y el aumento de la circulación

Lo que la publicidad oficial omite es que la actividad económica se viene habilitando aceleradamente. Ya la cuarentena “restrictiva” del primero de julio venía con el paquete de excepciones, habilitaciones y permisos consagrados por las patronales durante los meses anteriores. La nueva flexibilización del 17 de julio fue una invitación al “vale todo” para los empresarios, lo que redundó  en una mayor circulación de la población y, por ende, del virus y los contagios.

Provincias que presentaban un cuadro de estabilidad volvieron a detectar brotes de Covid, tal es el caso de Córdoba, Entre Ríos, Santa Cruz, Mendoza y Tierra del Fuego. En Jujuy debieron dar marcha atrás y volver a una cuarentena estricta hasta el domingo. Sin embargo, en CABA y en la provincia de Buenos Aires continúa el itinerario de habilitación de actividades, entre las que se encuentran peluquerías, personal doméstico, mudanzas y algunas actividades profesionales. El 20 de julio, la provincia de Buenos Aires ya había habilitado todas las industrias manufactureras.

 

Para sumar más elementos, el Informe de Movilidad de las Comunicaciones (IMC), que elabora Google sobre la base de los dispositivos conectados a sus cuentas y el seguimiento de patrones de comportamiento, arroja que al 21 de julio la movilidad a lugares de trabajo se redujo solamente un 28% en todo el país, respecto a la media del periodo previo a la cuarentena. La disminución es del 37% si se cuenta solo la provincia de Buenos Aires. La información cuenta con un delay de tres días, por lo que la actividad laboral se estaría aproximando aún más al periodo previo al aislamiento social.

Por otra parte, la falta de políticas públicas dirigidas a sostener el poder adquisitivo de la población que trabaja en la informalidad o que vive de changas es otro factor que expone a la población a una mayor circulación para poder ganarse la vida. En casi cinco meses de cuarentena, estos sectores han cobrado la módica suma de $20.000 por el IFE, cuando terminen de cobrar la tercer cuota no habrán llegado ni a una canasta de pobreza.

Según informó el Ministerio de Salud de la Nación “Desde el 11 de julio hasta el 25 de julio, los casos fuera del Amba aumentaron un 51,2%, mientras que en el Amba lo hicieron un 33,8%”.

Crisis sanitaria

Mientras las cifras siguen en ascenso la situación sanitaria se encuentra al borde del colapso.

Según informa Clarín (27/7), el Gran Buenos Aires cuenta con 2.866 camas UTI (Unidad de Terapia Intensiva) -públicas y privadas- de las cuales 1.695 se encuentran ocupadas, un 51,6% de estos por casos de Covid-19. Si se proyecta un promedio de 3.100 casos por día, con una tasa de 2,6% de casos críticos, se trata de unos 80 pacientes por día para ocupar las 1.100 camas restantes. Siempre y cuando los casos no aumenten y descartando el impacto de otras patologías en la ocupación de camas. Otro dato que arroja el medio es que con la flexibilización de la cuarentena también crecieron los casos de accidentes laborales y de tránsito, impactando en la ocupación de camas UTI. La cuestión de las “juntadas familiares y sociales” es utilizada para intentar tapar el sol con las manos.

La provincia de Buenos Aires, en los últimos días, pegó un salto en la competencia con CABA por la crisis sanitaria, debido a contar con la mayoría de los nuevos casos. Sin embargo, en CABA las estadísticas tampoco son alentadoras. Desde la Asamblea de Residentes y Concurrentes de CABA indican que las camas UTI son menos que las informadas oficialmente y que se estaría al borde del colapso.

En toda la zona del Amba, los trabajadores de la salud continúan denunciando el faltante de Equipos de Protección Personal: al parecer no solo escasean en los spot publicitarios.

El spot difundido por el gobierno sirve para reforzar un relato alrededor de la crisis en puerta. Es que de otra manera deberían reconocer que se actuó imprudentemente cuando se liberalizó la cuarentena, ya de por sí bastante flexibilizada. Obligar a los y las trabajadoras a volver a su actividad normal para luego responsabilizarlos de las consecuencias es un acto con un alto contenido de cinismo. Por eso reclamamos desde el primer momento que la cuarentena debe estar bajo control obrero y popular, junto a los especialistas sanitarios. Necesitamos la centralización del todo el sistema de salud y la inversión urgente en todos los insumos y equipos sanitarios necesarios para evitar el colapso del sistema y la propagación de los contagios.