El pasado miércoles 31 de enero, las calles céntricas de La Rioja volvieron a ser ocupadas por una importante movilización en rechazo al DNU, la Ley Ómnibus y al ajuste en los ingresos populares. De la iniciativa participaron organizaciones sindicales, piqueteras y políticas, entre ellas ATE, el Polo Obrero, el Partido Obrero y la 17 de noviembre.

Además del rechazo a la ley que Milei y sus socios quieren imponer, la movilización en un documento reclamó por una recomposición salarial y de las jubilaciones. Es decir que también destacó la responsabilidad del gobernador Ricardo Quintela en el ajuste al pueblo trabajador riojano.

Por eso, con la movilización se reclamó por paritarias para el conjunto de las y los estatales y un salario mínimo igual a la canasta familiar, a la vez que se pidió por una atención del conjunto de los reclamos de los movimientos sociales. Con la movilización también se repudió el accionar del gobierno provincial en la represión que sufrieron trabajadores de distintos distritos.

La marcha fue una continuidad del paro con movilización nacional del 24 de enero, que contó con la participación de 30 mil trabajadores formales e informales que salieron a las calles a reclamar contra las medidas dispuestas por el gobierno del presidente Javier Milei.

La Rioja está atravesando un momento crítico de sus finanzas. Sucede que la provincia es una de las que dependen de trasferencias del gobierno nacional. Quintela demandó al gobierno nacional por una deuda de $9.300 millones, que corresponderían al Presupuesto 2023. Cabe recordar que también realizó una presentación en la Corte Suprema contra el DNU. Se trata de medidas con las que aspira a desligarse de su responsabilidad en la miseria salarial, jubilatoria y la falta de trabajo. Por eso, el pueblo se moviliza.

Quintela lanzó una cuasimoneda para licuar los salarios estatales y las jubilaciones de miseria. Sin embargo, con esta medida lxs estatales no salen de la miseria; el promedio salarial es de $175.000 de bolsillo y los 70.000 empleados estatales están bajo la línea de pobreza.

Al día de hoy, una gran cantidad de trabajadores llega a fin de mes endeudándose, sea porque no pagan un servicio, impuestos o porque directamente acuden a financieras que cobran tasas usurarias. En este escenario, la “moneda de circulación provincial” tardará, al menos, dos meses en comenzar a circular y es probable que no se le conozca de manera integral su valor.

Desde que los efectivos policiales se movilizaron a la Plaza 25 de Mayo hay una carpa de autoconvocados de la salud. También hubo una marcha de estatales reclamando suba de sueldos y rechazando el bono, y hay asambleas de los trabajadores de educación, que amenazan con no comenzar las clases para reclamar contra la crisis educativa y por salario.

Además, hubo un bocinazo por agua para San Blas de los Sauces, una localidad que está a 160 kilómetros de la capital. Se reclamó contra el impacto de una plantación de pistachos que, dicen, afecta la salud y altera la disponibilidad de agua dulce.

El pueblo riojano viene realizando importantes acciones de lucha, de lo que se trata es de unificarlas en un canal de intervención popular. La burocracia sindical ya dio sobradas muestras de que no impulsará la deliberación e intervención para frenar el DNU y la Ley Ómnibus; mucho menos tomará medidas contra el ajuste salarial.

En este marco, es necesario que las organizaciones de lucha avancen en la convocatoria de un plenario de ocupados, precarizados y desocupados, en la perspectiva de una asamblea nacional de trabajadores. Construyamos una intervención independiente desde el campo de las y los trabajadores.

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