Políticas

5/12/2025

Lamelas, el virrey de Trump, confirma que viene a ayudar a Milei porque gobierna para los capitalistas yanquis

Asume el embajador norteamericano y reafirma el chantaje del imperialismo.

Lamelas habló frente a la AmCham y se reunió con Adorni.

El nuevo embajador de Estados Unidos en Argentina, Peter Lamelas, pronunció un discurso frente a la Cámara de Comercio de Estados Unidos en Argentina (AmCham), donde remarcó que fue enviado por Donald Trump para "ayudar a su amigo, Javier Milei" y velar por los intereses de las empresas norteamericanas en el país. Cabe destacar que la "ayuda" al presidente libertario no redundará en beneficios para los trabajadores argentinos, sino en el respaldo del imperialismo para que el mandatario progrese en su cruzada antiobrera y consolidar sus intereses estratégicos en la región, lo cual incluye una mayor primarización de la economía nacional.

El emisario de la Casa Blanca fue claro al momento de señalar que "el presidente Trump no me dijo que venga aquí a ayudar a cualquier gobierno, a ayudar a cualquier partido. Él me dijo directamente y francamente que venga aquí, a este país, a ayudar a su amigo, Javier Milei". Evidentemente, para el mandatario norteamericano reviste mucha importancia sostener a un alfil suyo gobernando en la región, en momentos donde se juega a reafirmar su dominio sobre América Latina, como lo muestra la amenaza militar contra Venezuela, y a restringir la injerencia de China en el continente.

Ese alineamiento directo detrás del imperialismo estadounidense fue remarcado a través de un comunicado emitido por la jefatura de Gabinete, luego de que Lamelas se reuniera con Manuel Adorni en la Casa Rosada. El mismo subraya "la importancia de reforzar la alianza geopolítica para defender al mundo libre, occidental y capitalista". Esa afirmación omite un "detalle": que el principal receptor de las exportaciones argentinas se encuentra en el oriente, y es precisamente China.

Así las cosas, Lamelas admite que su tarea en Argentina excede el rol de embajador. Le fue encomendado, lisa y llanamente, ejercer una tutela sobre el rumbo político y económico del país. De ese modo, extiende el chantaje que primó en las vísperas de las elecciones, ya que Estados Unidos sigue condicionando cualquier tipo de asistencia a la continuidad de Milei en el poder, de lo contrario, hace implícita la amenaza de empujar a Argentina hacia un estallido financiero.

De todas maneras, vale decir que incluso el rescate de Trump a la gestión libertaria es una asunto incierto. Por un lado, todavía no se anunció oficialmente el acuerdo de libre comercio entre Estados Unidos y Argentina. Por su parte, Caputo aún no logra cerrar el préstamo proveniente de los bancos de Wall Street para poder afrontar los próximos vencimientos de deuda externa. Sucede que desde el Norte buscan torcer la política económica de Milei para que se disponga a acumular reservas que garanticen el repago a los acreedores, a riesgo de liberar el tipo de cambio.

Por otra parte, el embajador devenido en Virrey mencionó en su alocución que "tenemos que apoyar verdaderamente las compañías que están aquí en el cuarto con nosotros", refiriéndose a las multinacionales estadounidenses radicadas en Argentina. Lo cierto es que el trato preferencial que reclama para la inversión extranjera directa de origen norteamericano no redundará en un mayor desarrollo de la industria manufacturera, dado que la tendencia de Estados Unidos en ese rubro es a la repatriación de capitales, como lo muestra la salida del país de empresas como Whirlpool, Clorox, Xerox, Procter & Gamble (P&G), entre otras. El interés de Trump reside en obtener un acceso prioritario a la explotación de los minerales críticos que yacen en nuestro suelo, como el uranio, el cobre y el litio, para abastecer la industria de la inteligencia artificial, de fabricación de vehículos eléctricos y armamentística de la metrópoli. Lo anterior implica desplazar a China de esos negocios estratégicos.

Como vemos, el arribo de inversiones, que insinuó Bessent en su momento y ahora Lamelas, si es que se concreta, consistirá en el ingreso de proyectos extractivistas que profundizarán el saqueo de las riquezas nacionales a manos del capital estadounidense y el atraso económico de nuestro país. Mientras tanto, las compañías yanquis instaladas aquí vienen dejando en la calle a cientos de trabajadores argentinos por medio de cierres y despidos; a la vez que reclaman la aprobación de la reforma laboral para explotar aún más la fuerza de trabajo local.

Con todo, si algo faltaba para perder completamente la soberanía en manos de Estados Unidos era la llegada de los aviones de guerra Stryker, cuya compra por parte del gobierno argentino fue calificada por Lamelas como "un salto importante en las capacidades tácticas del país y un nuevo capítulo en la creciente cooperación en defensa entre nuestras naciones". Recordemos que en el pasado, bajo el eufemismo de la cooperación en materia de defensa, Argentina siguió los lineamientos del Plan Cóndor y la Doctrina de Seguridad Nacional orquestados desde el Norte, que se tradujo en el secuestro, la tortura y la desaparición de 30 mil luchadores. Hoy, al igual que ayer, el imperialismo yanqui está detrás del reforzamiento represivo en nuestro territorio, destinado a aplastar a sangre y fuego futuros levantamientos populares contra este gobierno cipayo y ajustador.

Fuera Trump y fuera Lamelas de Argentina y América Latina. Fuera Milei, que nos somete a esta entrega ignominiosa.

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