El marco de la sesión que aprobó el presupuesto 2023 en la provincia de Buenos Aires fue de movilizaciones. Por un lado, el Frente de Izquierda Unidad convocó un importante acto, con organizaciones políticas, sindicales, piqueteras y representantes de distintas luchas de la Provincia. Del mismo, además, participaron los trabajadores de Madygraf, que en la sesión obtuvieron la media sanción para el proyecto de expropiación, presentado a través de la bancada de Guillermo Kane. Por el otro, también se hicieron presentes los trabajadores municipales de Fesimubo, que fueron reprimidos cuando reclamaban frente a los topes a las asignaciones familiares.

El caso de los municipales debe llamar la atención. Los topes a las asignaciones familiares para los trabajadores fueron negociados por los intendentes y el gobierno en el Presupuesto provincial de 2022. Incluso diputados del oficialismo admitieron haberse enterado meses después de la incorporación de ese artículo, que limita los ingresos de trabajadores que de por sí cobran migajas. Si bien hay un proyecto que restituye los derechos de los trabajadores, el Frente de Todos y Juntos descartaron su tratamiento por el momento.

Fuera de la aprobación del presupuesto, se trataron y se aprobaron 3 proyectos de interés para los trabajadores: La expropiación de Madygraf, el pase a carrera hospitalaria de profesiones como enfermería, y la exención de pago de la caja de médicos para residentes.

Se trata de sectores que lograron dar un paso adelante producto de la movilización. Ese es, finalmente, el camino para conquistar cada uno de los reclamos y tirar abajo la política de ajuste fijada en el presupuesto 2023.

El contraste es brutal respecto de la connivencia de las burocracias sindicales con el gobierno de Kicillof. Esta connivencia tiene quizás uno de sus puntos más altos en la parálisis total de La Bancaria cuando el proyecto de restitución de las jubilaciones del Bapro sigue postergado.

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