Las elecciones Paso dejaron como ganador al liberal-fascista Javier Milei con el 33% de los votos en el distrito. Por detrás se ubicó el gobernador Juan Schiaretti con el 27%, y más atrás quedaron las candidaturas de Juntos por el Cambio, la de Patricia Bullrich con el 19% y la de Horacio Rodríguez Larreta con el 6%. Sergio Massa, el postulante del oficialismo nacional, quedó en quinto lugar con el 6% de los votos, y sumando los votos de la lista de Juan Grabois, Unión por la Patria llega al 8,6%. El Frente de Izquierda alcanzó el 1,5% haciendo la peor la elección de su historia. Como en todo el país, el resultado electoral expresó una fuerte carrera derechista.

El ascenso de Milei fue la gran sorpresa, por la casi nula organización que tiene desplegada en la provincia y por los resultados electorales marginales que habían obtenido sus candidatos en las elecciones que tuvieron lugar en meses anteriores. En la elección del 25/6, el candidato de Milei había obtenido el 0,5%, mientras que la candidata libertaria para la capital apenas alcanzó el 1,8%. El triunfo inédito de la derecha fascistoide expresa, en primer lugar, un rechazo a las fuerzas políticas tradicionales que gobernaron el país en las últimas décadas, como así también refleja una fuerte bronca popular.

No obstante, hay que decir que Milei y sus planteos reaccionarios no salieron de un repollo. Por el contrario, son el producto de un régimen en crisis; colaboraron para su ascenso todas las fuerzas políticas burguesas. Milei explota por derecha la debacle del fracasado gobierno de los Fernández, pero es ese mismo gobierno el que apalancó en varias oportunidades al candidato fascistoiode. Asimismo, tanto el gobierno de Schiaretti como las formaciones de Juntos por el Cambio, encabezadas por Luis Juez y Rodrigo De Loredo, fueron armando de antemano la carrera derechista que ahora aprovecha Milei.

El punto más alto de ese derechismo se vio en la estigmatización y persecución contra el movimiento piquetero en general y el Polo Obrero en particular, que desembocó en las imputaciones de los dirigentes sociales, políticos y sindicales que apoyan esa lucha. Resulta tragicómico escuchar a los grandes medios de comunicación capitalistas rechazar a Milei, cuando vienen agitando desde hace años el ajuste, los despidos y la represión más cruel. Sea como fuere, el ascenso derechista no resuelve la gruesa crisis económica y social, por el contrario, la agrava; y se preanuncian grandes luchas por el salario, los puestos de trabajo y la pobreza en general.

El triunfo del clasismo en UEPC 

Contradictoriamente con las elecciones generales, la oposición antiburocrática logró un fuerte avance en las elecciones del sindicato docente UEPC, ganando las elecciones en capital, Río IV y Gral. Roca y avanzando fuertemente en la asamblea provincial de departamentales. El triunfo en capital, que constituyó una verdadera hazaña, deja lecciones esenciales para todo el movimiento obrero, porque se hizo sobre la base de tres condiciones fundamentales para las luchas que se vienen:1) independencia política de los gobiernos y la burocracia sindical, 2) un frente único que tomó a la asamblea general y la participación de las bases como método de organización, y 3) la lucha política y gremial permanente contra las maniobras y provocaciones del gobierno.

Unos días después de la elección de UEPC, se desarrollaron las elecciones en ATE donde la Comisión Directiva anterior se presentó dividida en dos listas. Una partidaria de la lucha, de la defensa de los trabajadores precarizados y solidaria con el movimiento piquetero; y la otra burocrática, entregadora de los despidos y ligada al gobierno provincial y los intendentes. Ganó la lista combativa y, aunque queda pendiente un balance de su pertenencia a la conducción burocrática de ATE nacional, resulta un importante triunfo para los trabajadores estatales.

El triunfo en UEPC y la defensa del ATE combativo, se suman a la lucha que ya vienen desarrollando otras organizaciones recuperadas como el Sutna (neumático), Sitram (municipales), Químicos, UTS (salud), entre otros. Su alianza con el movimiento piquetero combativo resulta una tarea esencial y ya se plantea avanzar en un nuevo gran plenario de trabajadores ocupados y desocupados que desarrolle un programa frente a la crisis y la necesidad de avanzar en un congreso de todos los sindicatos y organizaciones sociales con mandato de asambleas y el reclamo de paro provincial y nacional y un plan de lucha. Con esa agenda es importante sumar a todas las expresiones de lucha en la provincia, como la gran asamblea NiUnaMenos y los movimientos ambientalistas; como así también impulsar un fuerte trabajo de reagrupamiento entre la juventud.

El papel de la izquierda en la próxima etapa

Como queda dicho el Frente de Izquierda hizo la peor elección en Córdoba, desde su fundación en 2011, alcanzando 31 mil votos en toda la provincia. Se profundizó así el retroceso que ya se había marcado en las elecciones provinciales y de la capital, donde el FIT-U apenas obtuvo una banca provincial y una en la ciudad. A la hora del balance es importante destacar que hubo una polémica interna durante todo el proceso electoral. PTS e IS impusieron candidaturas “electoralistas” que no tienen ninguna influencia organizativa, ni en la lucha, ni tampoco votos. Por parte del PO propusimos un congreso del FIT-U con todo el activismo de la provincia, lo que fue rechazado por estas fuerzas, para imponer un frío cálculo electoral.

Para la etapa que se viene, es fundamental que PTS-IS reviertan su postura electoralista y de seguidismo al kirchnerismo; y que por el contrario tomen nota de que los grandes avances de la clase obrera solo pueden darse de forma revolucionaria, como se desarrolló en UEPC. Desde el Partido Obrero nos lanzamos nuevamente a una fuerte campaña política y de lucha, para estructurar una gran fuerza de la clase obrera, más necesaria que nunca en la crisis actual.

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