¿Cómo se explica que el gobernador Sobisch, que hace apenas un mes estaba quebrado por la movilización popular, hoy resurja y se plantee continuar con su proyecto presidencial después de las elecciones provinciales? Seguramente los partidos patronales opositores (y quizá hasta el propio Sapag) saldrán a contestarle, se rasgarán las vestiduras y llamarán a dar una “vuelta de hoja’ el 3 de junio…

 

El Partido Obrero dice las cosas por su nombre: Sobisch, el responsable político del asesinato de Fuentealba, ¡se recompuso gradas al expreso apoyo que recibió de esos mismos partidos para poder continuar en el gobierno!

 

Veamos:

 

El kirchnerismo ofreció sitiar Neuquén con la Gendarmería como lo ha hecho en Santa Cruz. Sapag expresamente se pronunció por la continuidad de Sobisch.

 

El ‘pollo' presidencial, el lopezmurphista Quiroga, atacó a los docentes por "intolerantes" (¿para el intendente de los negociados, con Benito Roggio sobrevivir con salarios de menos de mil pesos es una cuestión de tolerancia?).

 

Es que los kirchneristas, sean de Quiroga o Podestá, no tienen ninguna autoridad frente al pueblo rebelada: las fechorías de su gobierno contra los trabajadores santacruceños no tienen nada que envidiar a las cometidas por Sobisch contra los neuquinos.

 

Por su parte, el UNE siguió una línea de compromiso con el gobierno, no movió un dedo cuando había que estar en las calles, y sus dirigentes cargan con la responsabilidad de no haber impulsado una ludia de conjunto que unificara a los docentes con los estatales y con los trabajadores de la salud. Concretamente, fueron un lastre para el movimiento.

 

Llamamos a los trabajadores a llevar la rebelión popular a la Legislatura, votando por la Lista 157 del Partido Obrero.

 

(Declaraciones de los candidatos del Partido Obrero, Patricia Jure y Marcos Munguía, frente a  las declaraciones de Jorge Sobisch, reproducidas por La Mañana de Neuquén.)