Políticas

5/8/2021

Editorial

Los desafíos del Frente de Izquierda en las Paso

Willy Morea, Ojo Obrero Fotografía

A cinco semanas de las Paso, la campaña del Frente de Izquierda avanza en todo el país. Con mesas masivas, desde Usuahia hasta la Quiaca denunciamos a los responsables de la crisis social en curso y llamamos a votar contra el ajuste y en defensa de todos los reclamos populares. En el marco de esta campaña común, el Partido Obrero desarrolla una enorme iniciativa con actos en los barrios y en puertas de fábrica, buscando atraer a todos los sectores descontentos con el ajuste en curso. En las recorridas y en la agitación se percibe una enorme decepción con el gobierno de Fernandez, que afirmó que venía a terminar con el ajuste de Macri pero lo está profundizando, mientras destina los recursos del país al pago de intereses al Fondo Monetario y a la banca.

El Frente de Todos va a la derecha

Nuestra campaña confronta con las promesas del gobierno, que sostiene que la economía va a empezar a crecer dejando atrás la pandemia. Ni una ni otra. Se ve en el país la variante Delta cuando faltan millones de segundas dosis, amenazando con poner en crisis todo el esquema de apertura que encabezan el gobierno nacional y el macrismo. En cuanto al prometido repunte económico, es una nueva versión del “segundo semestre” de Macri, que nunca llegó. En realidad se acumulan los desequilibrios financieros, mientras crece la cuenta de intereses al capital financiero, que exige suba de tasas para seguir financiando al Tesoro. Esto conduce a una devaluación tarde o temprano, que se manifiesta ya en la suba del dólar paralelo. Las paritarias reabiertas, en el mejor de los casos, apenas le empatan a la inflación, sin recuperar el salario perdido durante todos estos años; de recuperación de puestos de trabajo, ni hablar.

Lejos de estar planteando un giro hacia una variante nacionalista, como sostiene Juntos por el Cambio, el gobierno aborda el escenario electoral sobre la base de una política de pactos y garantías con el capital financiero, el PJ tradicional y las patronales. A eso apunta la definición de Cristina de utilizar los giros que recibirá el país del Fondo Monetario para los pagos de capital al organismo, archivando el proyecto de utilizar esos recursos para abordar la emergencia económica. Cristina desmintió luego cualquier idea de intervenir el sistema privado de salud, reafirmando la política privatista en el sector. El nuevo plan de estímulo al trabajo parte de eliminar las contribuciones patronales a la seguridad social, desfinanciando la Anses.

En el mismo sentido apuntan las decisiones sobre listas y los cambios de gabinete. Avanza la designación de Juan Zabaleta, intendente de Hurlingham, en Desarrollo Social, que apunta a devolver al aparato podrido de los intendentes del conurbano el control de la asistencia social y alimentaria. El PJ bajó las listas de La Matanza vinculadas a las organizaciones sociales oficialistas, las cuales no sacan los pies del plato y “se pondrán la campaña al hombro”, como reconoció la UTEP,  a la que el Ministerio de Trabajo le acaba de otorgar la representación oficial de los trabajadores de la llamada economía popular, es decir de la precarizacion laboral. En Santa Fe el acuerdo del gobierno nacional con Omar Perotti dejó pagando a Agustín Rossi, en un alineamiento claro con los sectores de más peso del capital agrario e industrial de la provincia. En Salta bajaron todas las listas de la centroizquierda kirchnerista para llamar a apoyar al gobernador Gustavo Sáenz. El Frente de Izquierda deberá explotar este escenario de crisis políticas para potenciar un desarrollo de la izquierda.

La derecha intenta levantarse del fracaso de Macri

Todo este escenario desmiente que el Frente de Todos vaya a esta elección a enfrentar a la derecha en nombre de un proyecto popular. Esta, a su turno, se presenta fragmentada, reflejando la crisis del macrismo. El expresidente terminó desplazado del armado de listas y de la propia campaña. El propio radicalismo quiere encabezar un recambio en Juntos (por el Cambio) de la mano de Facundo Manes en la provincia de Buenos Aires. Pero los que esconden a Macri representan una versión agravada de su política, porque plantean una profundización del ajuste y de los compromisos con el capital financiero en una etapa de crisis social aguda. El macrismo no tiene una vía alternativa de salida a la crisis respecto de la del Frente de Todos, todos van al acuerdo con el Fondo, que ratificarán en el Congreso después de octubre.

Juntos por el Cambio también debe contener a los liberales que van por fuera, como el caso de Javier Milei en la capital. Ese es el sentido del intenso refuerzo mediático de la candidatura de Ricardo López Murphy, el exministro de la Alianza recordado por su recorte nominal a los salarios y jubilaciones. Los liberales explotan la denuncia del peso de los impuestos, pero quieren pagar puntualmente la deuda. No se puede una cosa sin la otra. Defienden la “libertad” pero se oponen al derecho al aborto y reclaman represión. Reclaman como punto central que la economía argentina funcione en las condiciones del esclavismo, derogando todo tipo de derecho laboral. Elogian a los gobiernos represores de Latinoamérica, que la movilización popular puso contra las cuerdas, como Iván Duque en Colombia o Sebastián Piñera en Chile. Son fachos con una fachada renovada.

El Frente de Izquierda

Frente a este troupe, la defensa de los reclamos populares mas básicos corre por cuenta del Frente de Izquierda. No solamente del salario, las fuentes de trabajo o los derechos laborales, atacados por todos los flancos por el gobierno y la oposición; o la organización independiente y democrática de los trabajadores contra las listas de la burocracia sindical y de los movimientos sociales punteriles del oficialismo. Sino además de la defensa de las libertades democráticas contra la represión de los que cobijan a Berni o Bullrich; de los derechos de la mujer frente a todos los bloques que levantan pactos con la Iglesia en forma abierta; de la defensa del ambiente frente a ambos bloques jugados a reventar el agua y la cordillera mediante la megaminería para favorecer a la Barrick. El lugar ganado del Frente de Izquierda, con su programa, está muy claro a la luz del escenario político.

Este programa se expresa en el reagrupamiento que hemos puesto en pie en la lista “Unidad de la Izquierda”, y que abarca a los partidos fundadores del Frente de Izquierda. Se trata del único frente que se presenta a estas elecciones y de la única fuerza de izquierda capaz de poner en pie una alternativa que quiebre la polarización trucha entre el gobierno y Juntos por el Cambio. Con Romina Del Plá, Néstor Pitrola y Nicolás del Caño en la provincia, con Myriam Bregman y Gabriel Solano en la Capital, y con los compañeros y compañeras de todo el país, la campaña va creciendo en movilización. De la mano de las luchas obreras y populares, vamos por un voto que refuerce la oposición al ajuste y fortalezca todos los reclamos de las y los trabajadores, las mujeres y la juventud.