Gabriel Solano, dirigente del Partido Obrero y precandidato a presidente por la lista “Unidad de Luchadores y la Izquierda” del FIT-U, estuvo en Desiguales, el programa que transmite TV Pública y es conducido por Lucila Trujillo y Pablo Caruso. Solano aprovechó la oportunidad para explicar qué izquierda necesitan los trabajadores para la etapa que se viene. “Nuestra lista es la única con una gran inserción popular, la de Bregman-Del Caño no tiene como estrategia política construir un gran movimiento popular, sino estructurar figuras electorales”, señaló Gabriel.

Solano dijo que la clase obrera argentina necesita una izquierda muy comprometida en construir un gran movimiento popular. “Lo que se viene para los trabajadores, gane Massa, Bullrich, Larreta o Milei, es un gran desafío porque se van a poner en juego sus condiciones de vida y de trabajo, y sus conquistas históricas”.

“La izquierda debe tener fuerza en los sindicatos, en las barriadas populares, en sindicatos como la UOM o el Smata; si no la tiene no está disputando el poder”, señaló Gabriel. Es clave que la izquierda milite a fondo por conquistar el apoyo de la mayoría de la clase trabajadora y construir un movimiento de masas para derrotar la agenda del capital.

Es que los principales candidatos de los partidos capitalistas proponen avanzar en un plan de ajuste antiobrero de características brutales. Esto es lo que han discutido con los popes de la burguesía nacional e internacional en los foros empresariales (Llao Llao, Amcham). Todos buscan avanzar contra los regímenes de trabajo y jubilatorios, y en un reforzamiento de la represión estatal como la que están ensayando Gerardo Morales en Jujuy, Alicia Kirchner en Santa Cruz y Gustavo Sáenz en Salta.

La etapa que se viene en Argentina se va a caracterizar por el desarrollo de fuertes choques sociales. La izquierda debe prepararse para más jujeñazos. El país podría ir hacia una situación de rebelión popular como la que tuvo lugar en Chile, Ecuador o Colombia.

Solano marcó la diferencia entre la izquierda que está representada en la fórmula que lo lleva como precandidato a presidente (y a Vilma Ripoll como precandidata a vice) y la que está representada en la fórmula Bregman-Del Caño. “Nuestra lista es la única con una gran inserción popular, la otra no tiene como estrategia política construir un gran movimiento popular, sino estructurar figuras electorales”, señaló.

Es que el PTS rechaza organizar a las masas empobrecidas de los barrios, a menudo con argumentos que componen el arsenal ideológico de la reacción derechista (“los piqueteros van arreados a las marchas”).

También ha venido desarrollando una política de adaptación al kirchnerismo (sus diputados se retiraron de la Cámara de Diputados para que pase una ley K que benefició a la Policía Aeroportuaria, a principios de año votó en Suteba Bahía Blanca en contra de pararle a Kicillof, niega que CFK haya alimentado un esquema antiobrero de corruptela al igual que Macri, etc).

Esto conspira contra la necesidad de que los trabajadores superen al peronismo, contra la perspectiva de organizar a los trabajadores en la lucha contra el ajuste del gobierno nacional, y contra la necesidad de preparar a la clase obrera para lo que se viene.

Para afrontar lo que se viene, los trabajadores necesitamos a la izquierda que se planta y construye una nueva alternativa política basada en la organización popular en los barrios, sindicatos y lugares de estudio, y la que encarna eso es la lista encabezada por Gabriel Solano.

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