Políticas

22/9/2021

¿poner plata en el bolsillo de la gente?

Mantienen el salario mínimo en niveles de indigencia

Será de $32.000 en octubre y luego un 3% más en marzo. La línea de indigencia fue de $29.213 ¡en agosto! mientras la inflación oscila el 3% todos los meses.

En el día de ayer se reunió, empujado por el golpazo electoral, el Consejo del Salario. Como parte de las medidas tardías y “de parche” buscando revertir el resultado de las Paso, el gobierno y los cabecillas de la burocracia sindical se dieron cita para discutir un aumento del salario mínimo. Afuera, miles de trabajadores ocupados y desocupados copaban la Plaza de Mayo exigiendo su aumento a $70.000, una cifra que ya araña la línea de pobreza. La propuesta final fue una tomada de pelo: se elevaría a $32.000 en octubre y a $33.000 en marzo. Migas para hoy y hambre para mañana en un país cuyas cifras de derrumbe social no se alcanzaban hace décadas.

Hace solo algunos días ya veníamos señalando que los salarios y las jubilaciones mínimas de septiembre estaban por debajo de la línea de indigencia de agosto. Las últimas cifras publicadas por el Indec a poco de las elecciones primarias constituyeron una respuesta inequívoca del rechazo al gobierno que se expresó en las urnas. En la Rosada fingieron tomar nota, pero su profundo compromiso con el ajuste fondomonetarista se constató en las ofertas desvergonzadas que hicieron.

A los jubilados, con quienes hicieron campaña y luego fueron a los primeros que confiscaron, les ofrecerían un bono ¡único! de… entre $6.000 y $10.000. Hoy las jubilaciones mínimas están en $25.922. Si atendemos a que la línea de indigencia se calcula en $29.213 en agosto, se cae de maduro que le están ofreciendo migajas a trabajadores activos y jubilados por igual. Porque, como se ve, el salario mínimo de octubre superaría por muy poco a la indigencia de hace dos meses atrás. Pero el panorama es peor, porque el siguiente aumento es recién en cinco meses, ¡y del 3%!. Así, de mantenerse el aumento generalizado de precios a este ritmo, los salarios llegarían a febrero nuevamente devorados por una inflación que en estos últimos cinco meses creció, sin saber aún el monto de septiembre, un 12%.

Mientras tanto, en este mismo miércoles se está ejecutando un pago de 1.900 millones de dólares al Fondo Monetario Internacional. Esta ¿dulce ironía? viene a corroborar en dónde está poniendo la plata el gobierno, por mucho que hablen del “bolsillo de la gente”. El aumento del salario mínimo es una burla en la cara de millones de trabajadores ocupados, desocupados y jubilados que cuentan moneditas para llegar a fin de mes, aunque Alberto Fernández haya dicho hoy que eso es “escuchar el resultado de las Paso”.

En los próximos meses el ajuste pegará un salto en calidad, y desde el gobierno, pasando por el macrismo que ataca a las indemnizaciones, por Randazzo que hace campaña con la reforma laboral y llegando hasta los Milei y Espert, todos esperan a noviembre con la reforma laboral y jubilatoria bajo el brazo. Se hace el momento de organizar la respuesta popular. La gigantesca jornada del día de ayer ofrece un rumbo para los trabajadores ocupados y desocupados. Mientras el gobierno y la oposición patronal (y derechista) se trenzan por dentro y hacia fuera por administrar el ajuste que reclaman el FMI y los acreedores sobre el país, la irrupción de los trabajadores como un factor independiente en la situación política se vuelve cada vez más una necesidad urgente.

Redoblemos el camino de la movilización popular y conquistemos el voto al Frente de Izquierda – Unidad en noviembre, que constituye todo un planteo programático de salida de los trabajadores a la crisis en una elección signada por el descontento popular.