El 2023 finalizó con tres de cada diez trabajadores ocupados por debajo de la línea de pobreza. Son aproximadamente 6,5 millones de personas que tienen empleo, pero, aún así, no logran cubrir con sus ingresos el costo de la canasta básica total. Esta realidad se agravó en lo que va del año, teniendo en cuenta el shock inflacionario de los últimos meses, con un gobierno empecinado en aplicar topes salariales.

Según un informe del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA, el 32,5% de los trabajadores ocupados se encontraba en situación de pobreza hacia finales de 2023. Ese porcentaje creció 11 puntos desde 2012, mostrando el concurso de los sucesivos gobiernos capitalistas en hundir el ingreso popular.

Si hiciéramos una medición actual, sin dudas la cantidad de ocupados pobres sería mayor, dado que la megadevaluación que aplicó Milei al asumir desató una inflación irrefrenable, a la vez que se niega a homologar paritarias que contengan aumentos superiores al 14% para febrero y marzo, cuando la inflación acumulada del primer bimestre del año fue del 36,6%. Esto, en función de  engrosar el bolsillo de los capitalistas a costa de una mayor explotación obrera.

Sin ir más lejos, el salario promedio del sector privado registrado del mes de enero 2024 (Ripte) se ubicó en $555.269,16, por detrás de la línea de pobreza de ese mes, calculada en $596.823. Mientras que el salario del ámbito informal quedó aún más rezagado.

Así las cosas, más de un tercio de los trabajadores del país se desloman en jornadas laborales extenuantes, pese a lo cual reciben a cambio una remuneración que no les alcanza para llegar a fin de mes. En contraste, los siete empresarios más ricos de Argentina ostentan fortunas obscenas apropiándose del trabajo ajeno: U$S 3.900 millones Paolo Rocca de Techint, misma cifra Marcos Galperín de Mercado Libre, U$S 2.800 millones Gregorio Pérez Companc, U$S 2.400 millones Alberto Roemmers, U$S 1.900 millones Alejandro Bulgheroni, U$S 1.500 millones Eduardo Constantini y U$S 1.500 millones Eduardo Eurnekian, según la revista Forbes.

Necesitamos derrotar la ofensiva del gobierno y las patronales, que nos empobrece día a día, y para eso hace falta un plan de lucha hacia la huelga general. Construyamos esa perspectiva.

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