Políticas

13/10/2022

Massa en un nuevo tour de entrega y endeudamiento

Busca refinanciar la deuda con el Club de París y recibirá nuevos lineamientos por parte del capital financiero internacional.

Sergio Massa se reúne con el Club de París.

Sergio Massa inició este martes su nuevo viaje a Estados Unidos donde se reunirá con organismos multilaterales como el Banco Mundial y el FMI, en el marco de la asamblea anual conjunta, con el Club de París y con representantes del gobierno yanqui. También lo hará con ejecutivos de empresas multinacionales y con autoridades económicas de países de Europa, América del Sur y México en el marco del G20. El objetivo del viaje es promover el ingreso de divisas al país, vía inversiones extranjeras y nueva deuda externa, cuando las reservas del Central siguen en rojo y es evidente que sigue empantanada la improvisada agenda para captar divisas. Esto estará atado a los condicionamientos que imponga el imperialismo, el capital financiero internacional y las multinacionales, lo que reforzará el coloniaje y el saqueo del país.

Ayer, el Banco Interamericano de Desarrollo activó un crédito por 700 millones de dólares para la Argentina, algo que el gobierno festeja pero que no es más que un acrecentamiento de una deuda que ya es impagable por donde se la mire. Estos fondos vienen con nuevos condicionamientos políticos y están atados al cumplimiento del acuerdo con el FMI, lo que se traducirá en un ajuste mayor y, con él, más penurias para el pueblo argentino.

El ministro de Economía se reunirá también con Emmanuel Moulin, secretario del Tesoro francés a cargo del Club de París con el que Argentina mantiene una deuda de cerca de U$S 2.000 millones. Allí, Massa buscará extender el vencimiento de deuda estipulado para el 30 de septiembre de 2024, para lo que ya corre el tiempo de descuento, y reducir las tasa de interés que actualmente es del 9%. Esta refinanciación es una condición para la aprobación de las revisiones por parte del Fondo y Argentina deberá ofrecerle garantías a los países acreedores para terminar de cerrar la negociación, lo que habilita una injerencia aún mayor por parte del capital financiero en la política interna.

Massa también se reunirá con Gita Gopinath, segunda cabeza del FMI, y luego seguirá la sesión con Ilan Goldfajn y Luis Cubeddu, jefes de la misión para Argentina. El organismo aprobó el viernes la segunda revisión de su entendimiento con el país y habilitó un desembolso por US$ 3.800 millones que, como ya se ha visto, no irán a nutrir las arcas del Central ni se destinarán a inversiones, sino que se utilizarán para pagar los propios vencimientos de deuda. La usura no puede ser mayor.

Ahora el ministro de Economía recibirá nuevos lineamientos, sobre todo para el problema inflacionario y el ajuste del gasto público. En ese sentido, Georgieva, en la reunión anual, sostuvo que “somos plenamente conscientes de que, no solo en Argentina, en muchos países hay una presión popular que va en contra de lo que es mejor para la gente, presión para aumentar el gasto cuando no se puede pagar y cuando alimenta la inflación” (La Nación, 13/10). Estas declaraciones se reforzaron cuando le preguntaron por el panorama mundial, el cual tiene a la inflación como protagonista.

Los dichos responden a la gran cantidad de luchas populares en curso por salario, como fue el caso del Sutna y contra las políticas hambreadoras del gobierno, como es el caso del movimiento piquetero. Además van en línea con la “implementación más decisiva del programa” que el Fondo Monetario le exigió al país, mediante un documento emitido luego de haber aprobado la segunda revisión y previendo un aumento del gasto público producto de las campañas electorales futuras. Allí se desnuda que el plan del organismo para los meses subsiguientes es un combo letal para el pueblo trabajador, puesto que exige redoblar el ajuste fiscal, una devaluación y augura un escenario lúgubre para toda la economía mundial donde el propio programa del Fondo deja a nuestro país a la intemperie.

También se reunirá con empresas multinacionales para ofrecerle mayores prebendas cambiarias y fiscales con la expectativa de que esos capitales vengan a invertir en la argentina, sobre todo porque Wado de Pedro y los gobernadores del Norte Grande ya le ofrecieron los recursos naturales del país a precio de remate. Todo esto revela que las condiciones que exige el gran capital implican profundizar un régimen de saqueo, coloniaje y de subordinación al imperialismo yanqui que va a reventar al pueblo trabajador.

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