Políticas

8/7/2022

Mientras atacan a los desocupados, cae la actividad industrial

Así lo refleja un informe del Indec.

Una fábrica vacía.

La producción industrial cayó un 1,1% en mayo. Así lo reflejan las estadísticas del Indec, que dan cuenta también que la construcción creció solo un 0,4% en el mes de acuerdo a su medición desestacionalizada, y cuando el gobierno anunció que vamos a un fuerte ajuste sobre la obra pública. Estos dos indicadores, utilizados como medición de la actividad económica del país, corroboran la justeza de la lucha piquetera por trabajo genuino en un cuadro donde se pierden los puestos laborales.

El saldo negativo de la actividad manufacturera se compone entonces por una caída del 8,3% en enero, un “repunte” insuficiente del 7,8% en febrero y otra caída de un 3,6% de marzo que no pudo ser compensada con el avance de un 2,9% de abril. En resumidas cuentas, decayó en lo que vamos del año un 2,3%. Por parte de la construcción, que aunque fuera de manera muy reducida viene creciendo en los últimos meses, se encuentra a su vez con una desaceleración de la inserción laboral, tal cual señaló el jefe del Departamento de Estadísticas del Indec. Así se corrobora que en los hechos, lejos de emplearse a nuevas capas de la población desocupada, se sobreexplota la fuerza de trabajo existente.

Todo esto confirma que mientras todo el arco del régimen político ataca a los desocupados, y algunos plantean incluso que hay que eliminar los planes sociales porque serían un “bloqueo” a la creación de trabajo, persiste la huelga de inversiones de los capitalistas y la política recesiva que el gobierno selló en el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. Se validan así los reclamos de la Unidad Piquetera al gobierno, desestimados una y otra vez, pero que ponen sobre la mesa la necesidad impostergable de que se cree trabajo genuino y la apertura y universalización de los programas sociales hasta entonces.

Cabe recordar que en Argentina hay, según el Indec, un 7% de desocupación, pero es una cifra que se extiende hasta el 12% si no se contempla a los beneficiarios del Potenciar Trabajo, quienes lejos de gozar trabajo genuino prestan tareas por el monto de un plan social y sin encuadrarse en convenio ni gozar de derechos laborales. Incluso el Indec considera como “subocupados” a un 10% de la población, categoría que vale para aquellas personas que hayan trabajado ¡al menos una hora en la semana!. Quien hace changas para sobrevivir sigue siendo un trabajador desocupado.

No obstante, el gobierno que se niega a satisfacer los reclamos de los desocupados y ataca y criminaliza la lucha piquetera es el mismo que implementa una política recesiva. Para intentar contener sin éxito la corrida cambiaria el Banco Central subió seis veces la tasa de interés en el año, encareciendo el acceso al crédito, mientras que por la necesidad de divisas para cumplir con los vencimientos se empezaron a limitar importaciones que afectan a los insumos necesarios para la producción manufacturera.

Todos estos elementos configuran un vaticinio adverso. Como parte de esta agenda ajustadora el gobierno se comprometió a avanzar todavía más sobre la obra pública, por lo que no solo no se generarán sino que pasarán a perderse más puestos laborales. Por parte de la industria, el predominio de la huelga de inversiones que mantienen los capitalistas encuentra su correlato en un rubro que se desacelera más y más, cuando la utilización de la capacidad instalada es de un tímido 67,5%.

Este cuadro pone sobre la mesa la inmediata necesidad del paro nacional por trabajo genuino, por la recomposición salarial y, en última instancia, por una transformación social de fondo que nacionalice aspectos cruciales de la economía tales como la banca, los recursos estratégicos y el comercio exterior, para que la riqueza generada vuelva a ser invertida potenciando el desarrollo del país. Esto no podrá llevarse adelante sino con una ruptura profunda del pacto con el FMI y con todo el pago de la deuda externa, que por el contrario profundizan cada vez más el saqueo de la Argentina. Contra él es que movilizaremos este sábado 9 de julio.