El ultraderechista Javier Milei envió al Congreso un proyecto de ley que supone la concentración de la suma del poder público en manos del Ejecutivo. Una de las facultades que tendría el presidente, si llegara a concretarse la implementación de la Ley Ómnibus, es la potestad de permitir, por un lado, la entrada al país de tropas extranjeras para participar de ejercicios militares, y, por el otro, la salida de fuerzas nacionales para realizar actividades similares. Se trata de un intento por reforzar el aparato represivo del Estado y también la injerencia del imperialismo en la política interna.

Los ejercicios conjuntos que las Fuerzas Armadas de distintos países realizan entre sí tienen como propósito perfeccionar las capacidades guerreras de los soldados y reforzar de ese modo el poderío militar de los Estados. El capítulo de la ley que trata sobre este tópico no aclara cuáles serían los países a los que Milei solicitaría el envío de soldados. Sin embargo, por las características de su política exterior, podría deducirse que buscaría un apoyo más pronunciado de los ejércitos del imperialismo y sus aliados. Una pista en este sentido la da el propio proyecto, que cita una serie de ejercicios combinados de tipo internacional en los que podrían participar las FF.AA. argentinas.

Uno de ellos se llama “Siforex”. En el marco de este ejercicio, buques de la Marina de Guerra del Perú y la Armada de Estados Unidos desenvolvieron actividades formativas en materia de guerra antisubmarina y antisuperficie. El imperialismo norteamericano transmite su experiencia en el terreno militar, construida en base al exterminio y el sometimiento de diversos pueblos del mundo, a varios de los países que componen el concierto internacional de naciones. Lo hace para aumentar su influencia opresiva-explotadora sobre los países y defender los intereses de las empresas yanquis en el mercado mundial. Uno de esos países es Ucrania, cuyo Ejército, que se encuentra guerreando contra la Rusia de Putin, ha sido entrenado y pertrechado por EE.UU.

Milei busca arrogarse la capacidad de poder tomar estas medidas por su cuenta, ya que su fuerza política es una minoría en el Congreso. No obstante, el hecho de permitir la entrada de tropas imperialistas en el país forma parte de una política que también se ha buscado hacer pasar por el Congreso; el Frente de Todos, de la mano de Juntos por el Cambio, votó hace dos años en Diputados el ingreso de soldados estadounidenses y de la Otan. La Libertad Avanza continuaría en la sintonía política del PJ-kirchnerismo y el macrismo. Lo de Milei está en línea con su política de emblocamiento con Estados Unidos en el marco de la crisis mundial y de la guerra comercial que mantiene contra China –que viene aumentando su influencia en Latinoamérica. El presidente apoya al bando Ucrania-Otan en la guerra que está teniendo lugar en Europa y es un ferviente defensor del genocidio que el Estado sionista de Israel está perpetrando contra el pueblo palestino de Gaza.

Argentina viene realizando ejercicios militares conjuntos con otros países, en su mayoría pertenecientes a América Latina. Pero, además, ha estado llevando adelante este tipo de actividades con Estados Unidos. Bajo el gobierno de CFK y Massa, el año pasado, la Armada Argentina participó del ejercicio combinado multinacional “Panamax” junto a otros 19 países. Fue organizado por el Comando Sur norteamericano y tuvo como objetivo desarrollar operaciones de seguridad para garantizar el libro flujo del comercio a través del Canal de Panamá.

EE.UU. ha ido conquistado posiciones militares en distintos puntos del continente. Así, y navegando en medio de las contradicciones explosivas de la economía mundial y del intento de China por superarla, busca defender su lugar como potencia hegemónica. Los yanquis cuentan con 800 bases alrededor del mundo; el 11% de ellas se encuentra ubicada en América Latina y el Caribe. En Panamá tiene doce bases, en Colombia nueve y en Perú ocho. En Argentina, en la provincia de Neuquén, está emplazada una base financiada por el gobierno estadounidense. En El Salvador funciona la Academia Internacional para el Cumplimiento de la Ley, mediante la cual los norteamericanos forman policías, fiscales y jueces.

Asimismo, las tropas estadounidenses vienen haciendo ejercicios mancomunadamente con varios países del continente. Según el diario La Jornada, en octubre de 2022, militares mexicanos se embarcaron en maniobras de ese tipo; Andrés Manuel López Obrador, el presidente del país azteca, viene de pedir permiso al Senado para que los milicos yanquis adiestren a las tropas mexicanas. Este año, el gobierno del chileno Gabriel Boric dio luz verde a la realización de al menos dos ejercicios militares conjuntos con el Comando Sur. Lo mismo hizo el presidente colombiano Gustavo Petro. El brasileño Lula autorizó, a través de un decreto, la entrada de tropas de Estados Unidos a la Amazonia brasileña para el desenvolvimiento de ejercicios militares. En Perú, por su parte, hay tropas estadounidenses operando (Rebelión.org, 23/11).

Todo esto muestra el profundo sometimiento de Argentina y de los países latinoamericanos al orden imperialista. Y también la hipocresía de quienes se hacen llamar “nacionales y populares”, cuyos gobiernos han sido y son correas de transmisión de la expoliación de los países por parte de las potencias capitalistas y cuyo fracaso en el poder ha generado las condiciones sociales propicias para la emergencia de personajes como Milei y sus pares regionales (Bolsonaro, Kast, etc.)

La Ley Ómnibus es un engendro reaccionario que los trabajadores debemos tirar abajo con la movilización popular. Rechazamos el ingreso de tropas a la Argentina.

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