Políticas

3/4/2024

Militares yanquis patrullando la Hidrovía

El gobierno de Milei firmó un memorándum con Estados Unidos habilitando presencia militar extranjera en la principal arteria económica del país.

Se refuerza la injerencia imperialista.

Argentina y Estados Unidos firmaron un memorándum de entendimiento que habilita la instalación de militares norteamericanos en la Hidrovía del Paraná, una arteria clave del comercio exterior. Estamos ante una política que profundizará la intromisión militar, política y económica del imperialismo yanqui en Argentina y también en América Latina.

El acuerdo, además de dar lugar a una colaboración conjunta en el intercambio de información y gestión, permite el arribo del Cuerpo de Ingenieros del Ejército estadounidense a la ruta más importante del país (por la cual sale más del 80% de los productos exportables argentinos, en su mayoría agropecuarios), que es, a su vez, una de las cuencas de agua dulce más importantes del planeta.

Estados Unidos se involucra en la Hidrovía para defender los intereses de su burguesía. En el mercado argentino del agro compiten empresas yanquis como ADM, Bunge y Cargill contra compañías chinas como Cofco. Por otro lado, los puertos son privados y están dominados por varias de estas empresas, y la concesión de la Hidrovía está en manos del grupo belga Jan de Nul. Todo esto muestra el carácter semicolonial de Argentina. El gobierno imperialista busca reforzar su injerencia en la región, en el marco de sus disputas con China tanto en el terreno comercial como en el terreno bélico (aumento de las tensiones en Taiwán).

Laura Richardson, la jefa del Comando Sur, está de visita en Argentina y advirtió sobre el “avance” de China en el país. Fustigó contra la base militar china que está emplazada en Neuquén y rechazó la inversión que el gigante asiático quiere realizar en Ushuaia en el desarrollo de un puerto de aguas profundas, el cual sería el más austral del mundo. Estados Unidos quiere usufructuar los beneficios de ese negocio.

Marc Stanley, el embajador de Estados Unidos en Argentina, que fue uno de los arquitectos del pacto, señaló que “nos invitó el gobierno de Alberto Fernández, no el de Milei”. Esto es interesante porque muestra que Milei está llevando más allá la orientación proyanqui del PJ-kirchnerismo. Es que durante el gobierno del Frente de Todos se firmó un acuerdo que le otorga el dragado de la vía troncal del Paraná al Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos (Página 12, 2/4).

Richardson ya había mantenido reuniones el año pasado con la exvicepresidenta Cristina Kirchner y con el exministro de Defensa Jorge Taiana. Estados Unidos pretende ir hacia una confiscación mayor de los recursos y las riquezas de Argentina y de otros países como Venezuela, Chile y Bolivia (litio, petróleo, oro, cobre).

El gobierno de Milei permitirá la entrada de tropas extranjeras al país. Los yanquis ya cuentan con una base militar en Neuquén, contra la cual trabajadores han realizado protestas; esto reforzaría su poderío en América Latina, a la que concibe como su patio trasero. Es que ya poseen nueve bases en Colombia y ocho en Perú. Por otro lado, sus militares vienen haciendo ejercicios conjuntos con los de países como Colombia, Chile y Brasil.

El tópico inseguridad también atravesó el acuerdo por la Hidrovía. Stanley dejó bien claro el interés de los norteamericanos en “mejorar las medidas de seguridad para combatir actividades ilícitas en las operaciones de vías navegables” (Infobae, 8/3).

La Hidrovía es un colador de droga y el Estado yanqui está metido hasta los tuétanos en el negocio narco –como lo demuestra el caso mexicano o el boom de consumo de fentanilo en EE.UU. Los capitalistas que operan allí suelen evadir el pago de retenciones, entre ellos los estadounidenses, que sobrefacturan importaciones y subfacturan exportaciones.

Los libertarios se han alineado plenamente a Estados Unidos. Hace poco recibieron al titular de la CIA, William Burns, quien mantuvo una reunión con Silvestre Sívori, jefe de la AFI, y con Nicolás Posse, jefe de Gabinete. Antes aterrizó a la Argentina Antony Blinken, el guerrerista que está al frente del Departamento de Estado, y también Gina Gopinath, la número dos del FMI. Además, vienen de darle luz verde a la compra de aviones de guerra norteamericanos.

Abajo la política de entrega del gobierno reaccionario de Milei.

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