Políticas
5/12/2025
Mondelez frena la producción y suma otra foto al derrumbe del consumo
La caída salarial deprime el mercado interno, y las empresas descargan la crisis sobre los trabajadores.
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Mondelez.
La planta de Mondelez en Pacheco —ubicada en Tigre y con una dotación de 2.300 trabajadores— anunció que detendrá su producción durante veintiún días en un contexto marcado por la recesión y la fuerte caída del consumo, profundizados por el programa económico del gobierno de Milei. La medida, inédita en la historia reciente de la multinacional, es la respuesta patronal al sobrestock generado por el derrumbe de las ventas, un impacto que las empresas descargan sobre los trabajadores.
Aunque la empresa intenta presentar la paralización como una “planificación operativa”, los propios delegados señalan que es la consecuencia directa de un consumo desplomado. Según Scentia, tras la caída del 13% en 2024, el consumo de la canasta básica apenas creció 2,4% este año, y rubros como galletitas y productos de desayuno apenas 1,6%. La empresa pactó con el STIA vacaciones adelantadas y licencias pagas para más de 1.300 trabajadores, aunque la incertidumbre sobre lo que ocurrirá después de enero es total.
La caída del consumo es aún más profunda si se observa el conjunto del mercado interno. Con salarios por debajo de la canasta básica, inflación persistente y un costo de vida que sube mes a mes, el consumo masivo sigue por debajo incluso de 2024. En los autoservicios de todo el país, Scanntech registró en octubre una baja interanual del 2,3%, luego de un derrumbe del 7,8% en septiembre. La suba del 12,5% intermensual en octubre no compensa la pérdida previa y refleja apenas un rebote estadístico. En paralelo, cadenas de supermercados recortan personal, mayoristas lanzan ofertas desesperadas y alimenticias como Molinos y Arcor informan caídas de ventas del 10% y desplomes de facturación superiores al 22%. El deterioro del consumo no es un dato aislado: es la consecuencia directa del hundimiento salarial y del encarecimiento del costo de vida.
Esta situación forma parte de una tendencia más general. En diversos sectores se multiplica una oleada de despidos, suspensiones y cierres de plantas, mientras la recesión —profundizada por la caída del consumo y la apertura de importaciones— se utiliza como argumento para avanzar sobre los puestos de trabajo. Esta dinámica ya deja a miles de hogares en situación crítica y anticipa un escenario aún más grave.
La patronal asegura que no habrá suspensiones individuales, pero los trabajadores advierten que el verdadero test será marzo, cuando el plantel vuelva completo y el mercado siga paralizado. La experiencia de Georgalos, donde la patronal ya avanzó con 600 suspensiones, o Tía Maruca y otras alimenticias que iniciaron sus crisis con paradas “temporales” alimenta el temor de que esta maniobra derive en suspensiones o despidos. Lo que hoy se presenta como un reordenamiento interno es, en realidad, la señal de una crisis más profunda que se intenta descargar sobre la fuerza laboral.
Para los trabajadores, la situación no es sorpresiva: ya en mayo y septiembre los delegados advertían que seis de las siete categorías salariales estaban por debajo de la canasta básica y que la pérdida del poder adquisitivo estaba hundiendo tanto el consumo como al sector. Pero la burocracia sindical se dedica a firmar paritarias a la baja y rechaza cualquier deliberación para discutir cómo actuar. La situación actual refuta el argumento de las conducciones sindicales que justifican esa complicidad con el deterioro salarial avanzara como forma de evitar la pérdida de puestos de trabajo.
La paralización en Mondelez es otra expresión del rumbo económico del gobierno por el cual los salarios, el consumo, la producción y el empleo se hunden y los capitalistas descargan la crisis sobre los laburantes. La organización obrera independiente es una necesidad urgente para dar una respuesta.
