Políticas

9/10/2023

Para los candidatos capitalistas, el problema de la crisis de empleo son los trabajadores

Buscan avanzar en una reforma laboral que barra con los convenios colectivos y reviente los derechos laborales.

Segundo debate presidencial.

Uno de los ejes temáticos del segundo debate presidencial fue “Trabajo y Producción”, donde los candidatos se explayaron acerca de cómo resolverían el problema de los salarios y el desempleo. Tanto Bullrich, como Massa, Schiaretti y Milei le atribuyeron este problema a los propios trabajadores, alegando que la única manera de promover el empleo era mediante una reforma laboral que flexibilice los convenios y le arrebate derechos a los laburantes, como la indemnización. En contrapartida, Myriam Bregman, candidata por el Frente de Izquierda, denunció los intereses capitalistas que atraviesan a todos los candidatos patronales y que se esconden por detrás de esta propuesta, desnudando que solo buscan abaratar la mano de obra para engordar los bolsillos de los empresarios, los mismos que están ganando mientras los trabajadores ven caer su poder adquisitivo en picada producto de la inflación y la devaluación.

Sergio Massa, quien tiene hoy a cargo el ministerio de Economía y aplica las políticas que destruyen los ingresos de la población día a día, propuso paritarias libres, una hipocresía rotunda si se tiene en cuenta que viene de intervenir en conflictos paritarios en detrimento de los reclamos obreros, como fue el caso del Sutna, donde Massa habilitó las importaciones para inclinar la balanza en favor de la patronal. En paralelo se jactó de haber aplicado una exención de aportes y contribuciones patronales a las pyme, lo que demuestra que para Massa también el problema es el ‘costo laboral’, y de haberle eliminado una parte de las retenciones a economías regionales, que son las mismas que se benefician con la devaluación y que han sido premiadas con beneficios cambiarios inflacionarios que pagan los laburantes. Asimismo, afirmó que seguirá impulsándolo para petroleras y mineras, las mismas que se llevan los recursos nacionales a un costo mínimo y dejando un pasivo ambiental enorme, mientras la mayor parte de la carga tributaria y el ajuste fiscal que exige el FMI recae sobre quienes viven de su salario.

Schiaretti dijo que, para que haya trabajo y producción, hay que eliminar gran parte de la carga impositiva que recae sobre las patronales, entre las que incluyó las retenciones al campo, los impuestos a la importación y las cargas sociales a las pymes. En paralelo propuso terminar con la “industria del juicio” cuando está claro que lo que existe es una “industria de incumplir con los derechos laborales” por parte de los empresarios, lo que explica en gran parte que hoy en el país más de la mitad del empleo se de en condiciones de informalidad. En ese sentido, agregó que pondría en marcha el fondo de garantía por tiempo de trabajo que rige en la industria de la construcción, un sistema que favorece los despidos y la inestabilidad laboral y termina, entre otras cosas, con el ítem antigüedad. Es lisa y llanamente un avasallamiento de los derechos laborales.

Patricia Bullrich intervino en el mismo sentido arremetiendo contra los paros, en un contexto donde los salarios no llegan a cubrir la canasta básica pero donde aún así las centrales sindicales no convocan ningún paro, ofician de contención de un movimiento obrero que no da más, es lo que Milei negocia con Barrionuevo, el sindicalista gastronómico, para hacer pasar el ajustazo que pretende. También prometió exenciones impositivas a las patronales y una modificación del régimen indemnizatorio en detrimento del trabajador despedido: “Vamos a bajar impuestos al trabajo. Las indemnizaciones tienen que ser justas para las dos partes. La Argentina del paro permanente se termina”. Javier Milei redobló la apuesta y, además de prometer rebajas de impuestos a los empresarios les ofrendó una “modernización” del sistema laboral y reducción de las penalidades, cuando lo que prima es el incumplimiento de las condiciones laborales mínimas.

A su turno, Myriam Bregman afirmó: “Acá nos quieren hacer creer que los problemas laborales que tenemos son culpa de que hay trabajadores con muchos derechos y que si les sacamos a ellos todos los demás vamos a ser más felices. De eso te hablan cuando te hablan de modelo Uocra o de la mochila austríaca. Hoy los trabajadores estamos totalmente fragmentados: bajo convenio, bajo un plan social, monotributistas, informales y tercerizados. Esa división la generan para explotarnos cada día más, algo que garantiza la dirigencia sindical traidora”.

La candidata del FIT-U lo cruzó a Milei y denunció que su verdadero plan es eliminar conquistas obreras como el aguinaldo, las licencias y las indemnizaciones: “La única libertad que defiende Milei es la libertad de que te exploten sin límite”. El “libertario” le respondió que si lleváramos el salario al equivalente a la canasta básica estaríamos peor, culpando nuevamente a los trabajadores del desempleo y de quiebre de empresas por querer llegar a fin de mes. Queda claro que todos los candidatos del régimen quieren avanzar en una reforma laboral que barra con los derechos adquiridos y flexibilice las condiciones de trabajo y contratación en beneficio de un puñado de capitalistas. La única lista que acompaña las luchas salariales, defiende los convenios colectivos y lleva los reclamos obreros como bandera es el Frente de Izquierda, por eso es la única opción para salir de esta espiral de miseria a la que nos han traído todos los que gobernaron durante los últimos 40 años.

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