“Combatir a la derecha y a la resignación” fue la conclusión de las asambleas que convocó el PTS el pasado fin de semana con el propósito de reagrupar a los votantes del FIT-U, como habían resuelto en su congreso de junio, en el mismo que adelantaron la proclamación de Bregman y Vilca como candidatos presidenciales. La frase parece surgida de las usinas de La Cámpora.

Ante alrededor de 500 personas en CABA, en lo que fue la actividad principal en Art Media, en Villa Crespo, Bregman explicitó el significado de esta conclusión que los dirigentes del PTS, y ella misma, se dedicaron a propagandizar en las redes. Su intervención se concentró en la denuncia de la oposición derechista; la crítica al gobierno peronista fue superficial y timorata, fundamentalmente cuando hizo referencia al kirchnerismo; no existió una denuncia clara de su carácter antiobrero, proimperialista y reaccionario. Bregman solo se limitó a decir que “Cristina se quiere desentender (del ajuste), pero que no puede hacerlo porque ella eligió a Alberto Fernández”. En medio del ajuste (y frente a las elecciones por venir), el PTS advierte que Cristina está buscando, en nombre del mal mayor que significaría la derecha, la manera de justificar que hay que seguir apoyando al Frente de Todos. Bregman dijo que el “envalentonamiento” de la derecha es producto de que el gobierno nacional “adoptó los dogmas neoliberales”.

Dicho así, los “dogmas neoliberales” aparecen enfrentados por el PTS a las políticas “nac&pop” del kirchnerismo. El peronismo en el gobierno (con CFK y con Alberto) es el que avanzó con los acuerdos de explotación de las mineras; ahora con el litio; es el que impulsa el “extractivismo” a full, enfrentando la resistencia popular como sucede con la exploración petrolera offshore; es el que acordó con los fondos buitre primero y con el FMI después, para terminar sosteniendo a Massa, un hombre de la embajada yanqui y ejecutor del programa fondomonetarista (Presupuesto 2023, con la derecha como socia). El kirchnerismo, en la “década ganada”, dejó a un tercio de los trabajadores del país sumidos en la informalidad y una deuda externa mayor que terminó por reforzar la dominación que ejercen las principales potencias imperialistas sobre Argentina. No se trata de una adaptación de los “nac&pop”; el peronismo es un partido de los capitalistas (y el kirchnerismo es parte de él) y defiende esos intereses. No denunciar ese aspecto fundamental, separarlo de los intereses de clase que también defiende la derecha, esconde una adaptación y significa una concesión enorme.

El lema de los miniactos (llamados asambleas) del PTS corre el peligro de convertir a la izquierda (y al Frente de Izquierda) en un grupo de presión fundamentalmente sobre el kirchnerismo; ubica a la izquierda en el campo de los “resignados”, de los políticos que cada vez son más rechazados, de los que provocaron el hartazgo que los Milei explotan; es decir que también debilita la lucha contra la derecha. Lo que está planteado es romper con el peronismo, por los intereses capitalistas que defiende, por la clase social a la cual responde. La superación del peronismo representa una necesidad para los trabajadores, primero en defensa de sus condiciones de vida; para enfrentar los ataques del gobierno, impulsar la lucha por sus reivindicaciones, pero sobre todo para proceder a organizarse con independencia política de los capitalistas, a sacarse de encima el peso del nacionalismo burgués, responsable de la pobreza, la entrega y la decadencia del país.

Es por ello que el Partido Obrero, con su campaña de actos, puso el acento en organizar un nuevo “que se vayan todos”, en echar a los políticos capitalistas, en superar al peronismo poniendo en pie un movimiento popular con banderas socialistas. La izquierda no debe ser furgón de cola del nacionalismo burgués, sino que, por el contrario, debe colaborar, a través de la participación en las luchas obreras y con la agitación socialista, a que las masas superen al peronismo y adopten las banderas del socialismo, de la independencia de clase.

Nuestra propuesta de realizar un congreso, que le hemos hecho a los partidos integrantes del Frente de Izquierda Unidad, serviría para impulsar la luchas contra el gobierno fondomonetarista de los Fernández y Massa y contra la derecha, pero sobre todo para establecer una alternativa política propia de los trabajadores.

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