El funcionario del gobierno de Javier Milei que maneja los fondos de las universidades y estuvo al frente de las negociaciones con los rectores es Alejandro Álvarez, quien funge como subsecretario de Políticas Universitarias. Exmilitante peronista en el ámbito universitario y exintegrante del gabinete de Néstor Kirchner, actualmente está a cargo de llevar adelante este ajuste feroz contra las universidades nacionales. Es un clásico exponente de la casta política y de las camarillas universitarias.

Álvarez es uno de los elementos que se han puesto a la cabeza de la campaña del gobierno contra el supuesto adoctrinamiento que se vendría practicando al interior de las universidades. Llegó al absurdo de denunciar que existe en ellas un “clima de sovietización” y que los apagones que hubo en las facultades de la UBA fueron actos de “terrorismo”. Detrás de esto subyace el intento del elenco libertario de ir hacia una mayor regimentación del Estado capitalista sobre las universidades, de liquidar la libertad de cátedra y de atacar el pensamiento crítico.

Además, impulsa las auditorías sobre las casas de estudio anunciadas por el presidente. A este saltimbanqui de los distintos gobiernos capitalistas y ocupante de cargos políticos en las universidades nada le importa lo que hagan los rectores con los fondos, solo busca justificar los recortes sobre el presupuesto universitario. De hecho, es justamente por esta política de ajuste y privatización, que se sostiene mientras se implementa la LES menemista, que han crecido los chanchullos de las camarillas universitarias; estas cuentan con cajas negras que se nutren con dinero de aranceles (posgrados, cursos de extensión) y de convenios con grandes empresas. Los únicos que han enfrentado esto son los “adoctrinados” estudiantes y trabajadores que pelean por sus reclamos y por la democratización de las universidades.

Toda esta política de ataque en regla contra las universidades y sus estudiantes y docentes fue enfrentada el martes 23 de abril por la poderosa Marcha Federal Educativa, de la que participaron más de un millón de personas en todo el país. La movilización, que adquirió características históricas, le asestó un golpe político al gobierno, que ensayó distintas maniobras para desactivar el conflicto y amenazó con reprimir a los manifestantes sacando a las fuerzas de seguridad a la calle.

Es harto conocido que Milei reclutó a buena parte del elenco que lo rodea de las filas de los partidos del establishment capitalista. Daniel Scioli, Guillermo Francos, Marco Lavagna, el camporista Camilo Baldini, Patricia Bullrich, Luis Caputo y Petri son tan solo algunas muestras de ello. Álvarez, a quien en el mundo de la política lo conocen como el “Galleguito”, es un viejo peronista devenido en libertario acérrimo.

Es hijo de Alejandro “Gallego” Álvarez, uno de los fundadores de Guardia de Hierro, la agrupación peronista-fascista que en los setenta se alineó con Juan Perón y López Rega contra Montoneros y la Juventud Peronista. Álvarez padre formó políticamente a figuras como Julio Bárbaro, Gildo Insfrán, José Manuel de la Sota, y el amigo de Sergio Massa, José Luis Manzano.

A principios del año 2000, mientras estudiaba Ciencias Políticas en la UBA, comenzó a desarrollar una militancia estudiantil en las filas del peronismo. Fundó La Vallese, una agrupación que integró la Juventud Universitaria Peronista (JUP). Asimismo, militó hasta 2018 en la Asociación de Docentes de la Universidad de Buenos Aires (Aduba).

Por otra parte, Álvarez fue parte en 2003 del staff gubernamental de Néstor Kirchner, siendo asesor del primer secretario de Ciencia y Tecnología, Tulio Del Bono. En 2008 se convirtió en asesor del legislador kirchnerista Gustavo Marconato, cumpliendo funciones en la Comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara de Diputados. En 2017, luego de romper con los K tras criticar el pacto con Irán, se encolumnó con Guillermo Snopek y ocupó un puesto en la planta del Senado.

Desde su lugar en la Cámara Alta, hizo un fuerte lobby contra la ley de aborto legal, la cual fue conquistada por el movimiento de mujeres en diciembre de 2020 después de años de lucha y organización. Como se ve, Álvarez es un hombre de la casta política y de la casta profesoral, y también un agente del oscurantismo eclesiástico. Su compañero de equipo, Carlos Torrendell, actual secretario de Educación, comparte con él esa afinidad política e ideológica con la Iglesia.

Álvarez ha tildado hace poco a los dirigentes estudiantiles de “chorros”. Habría que recordarle que su gobierno está lleno de verdaderos ladrones; Caputo es uno de ellos. Y que ejerce el poder en beneficio de los patrones argentinos e imperialistas, bandidos que se enriquecen explotando a los trabajadores, evadiendo impuestos y a menudo invirtiendo en negocios espurios como el narcotráfico.

Los estudiantes y los trabajadores tenemos el desafío de seguir impulsando la lucha y la organización con la perspectiva de derrotar la política de Milei. Este lunes 29 de abril, día en que se tratará la reaccionaria Ley Bases, salgamos masivamente a las calles contra el plan de guerra capitalista del gobierno.

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