Políticas
24/1/2025
Rebaja de retenciones: una «maniobra» costosa
El gobierno busca recaudar divisas en un cuadro de crisis en el Banco Central, pero se verá privado de una fuente importante de ingresos fiscales.
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La medida no despeja la crisis.
El gobierno de Milei anunció una baja temporal de las retenciones al campo y su eliminación para las economías regionales. El decreto, que beneficia a la burguesía agraria, regirá desde el lunes 27 de enero hasta fines de junio. El oficialismo avanza por este camino para recaudar divisas en un cuadro de crisis de reservas en el Banco Central, aunque, contradictoriamente, se verá privado de una fuente importante de ingresos fiscales.
Así, la alícuota de la soja pasará del 33% al 26%; la de la soja derivados del 31% al 24,5%; las del trigo, la cebada, el sorgo y el maíz del 12% al 9,5%; y la del girasol del 7% al 5,5%. Las retenciones a productos (azúcar, algodón, cuero, bebidas, tabaco, forestal, arroz, maní, entre otros) de las economías regionales bajarán a 0%, lo que constituye una ampliación de una medida tomada por el gobierno del Frente de Todos. Para acceder al beneficio, los exportadores deberán liquidar a los 15 días de presentada la Declaración Jurada de Ventas al Exterior.
Los terratenientes venían presionando hace tiempo por una baja de las retenciones debido al “atraso cambiario” y a la disminución de los precios internacionales de los commodities. La medida no fue mal recibida por las patronales del agro, aunque que van por más. Desde la Sociedad Rural señalaron que “ponen en valor el anuncio del gobierno”, pero volvieron a reclamar la eliminación total de las retenciones así como también más rebajas de impuestos y el otorgamiento de subsidios.
La Mesa de Enlace se reunirá con el ministro de Economía, Luis Caputo, durante los primeros días de febrero. Probablemente presione por más medidas para recomponer o aumentar la tasa de rentabilidad del capital agrario. Algunas organizaciones como Carbap, en este contexto, no descartan tomar medidas de acción para reclamar por lo suyo. El gobierno nacional aprovechó la ocasión para exigir a los gobernadores e intendentes que apliquen, allí donde ejercen el poder, rebajas en Ingresos Brutos y otros impuestos.
Los libertarios utilizarán una parte del superávit, que en 2024 alcanzó el equivalente al 0,3% del PBI, para financiar la baja temporal de las retenciones. Para eliminarlas permanentemente tendrán que conseguir un superávit de 8.000 millones de dólares. Por su parte, la medida anunciada implicará un costo fiscal de 800 millones de dólares, lo que, según Analytica, representa el 0,13% del PBI. En este marco, el gobierno tendrá que paliar esas pérdidas redoblando el ajuste sobre el gasto público (jubilaciones, salarios, presupuestos de educación y salud). A este «ajuste» para compensar la rebaja de impuestos a los capitalistas, los trabajadores deberán sumarle la repercusión sobre los precios, no solo en forma directa sobre los productos contemplados sino también en forma indirecta por la alimentación de cerdos, ganado vacuno y aves. Todavía no se sabe qué pasará a partir de julio, aunque trascendió que las retenciones se reajustarían automáticamente.
El gobierno apunta a que el campo acelere la liquidación de divisas (se estima que hay 17 millones de toneladas de soja sin vender), en momentos en los que el Banco Central está en crisis. Sus reservas netas negativas pasaron de 4.500 millones de dólares a 7.500 millones entre el 31 de diciembre de 2024 y el 21 de enero de este año (El Cronista, 24/1). En febrero, el gobierno tendrá que pagar 650 millones de dólares al FMI y en 2025 afrontar vencimientos de deuda en moneda extranjera por alrededor de 20.000 millones. Por eso está desesperado por obtener los 11.000 millones que estaría por girar el Fondo y negociando préstamos con otros organismos buitre y bancos internacionales. Además, necesita dólares para sostener el carry trade, del que se están beneficiando importantes grupos capitalistas.
Con todo, la rebaja de las retenciones no despeja la crisis. En este contexto, el FMI, al igual que un sector importante de la clase capitalista, presiona por una devaluación que abarate considerablemente el precio de la fuerza de trabajo en Argentina. El Fondo también pide la eliminación del cepo y del “dólar blend”. El gobierno de Milei está fuertemente condicionado por la crisis capitalista, que se agudizará con la política intervencionista y expansionista que llevará adelante Donald Trump en Estados Unidos. La medida, asimismo, refleja el carácter antiobrero del elenco libertario; rebaja los impuestos para los ricos y capitalistas pero los mantiene altos para los trabajadores (Ganancias, IVA, etc.)
Rechazamos el nuevo ajuste para sostener la rebaja de impuestos a los capitalistas. Los trabajadores tenemos el desafío de organizarnos para salir a luchar por lo nuestro. Hay que preparar la huelga general para derrotar al gobierno de Milei.