Políticas

10/12/2021

Salta: el debut parlamentario de “Política Obrera”

Hizo un pacto con los partidos de la burguesía para llegar a la presidencia de una institución estatal de manera espúrea.

Samuel Huerga concejal de Política Obrera

Samuel Huerga, concejal de Política Obrera (el grupo de Altamira que rompió con el Partido Obrero), acaba de ser elegido por unanimidad como presidente del concejo deliberante de Orán. Su lista alcanzó solamente el 5% de los votos con lo que el grupo de Altamira conquistó 1 de los 12 concejales que fueron electos. Dos lo fueron por listas del intendente González, 2 por Juntos por el Cambio, 2 por el Partido de la Victoria y otros dos por Salta Independiente.

En un arreglo general, además de la presidencia para Huerga, las vicepresidencias fueron para Salta Independiente (alianza del partido que gobernó bajo la dictadura y del partido del presidente de la cámara inmobiliaria) y para Juntos por el Cambio, la secretaría administrativa y el apoderado legal quedaron en manos del kirchnerismo.

Huerga dijo que proponían que la presidencia fuera rotativa y que piensa renunciar en marzo, lo que supone que está dispuesto a votar las próximas autoridades y así, en “comunión” con todos los representantes de los partidos burgueses, recuperar un concejo que se haga responsable ante los reclamos del pueblo. Pero las grandes luchas del pueblo de Orán chocaron de frente con todas las instituciones, en especial con este concejo, así fue la pueblada que se levantó frente al desastre del sistema sanitario durante la pandemia al grito de “que se vayan todos” o las grandes huelgas de la docencia o de los obreros del ingenio Tabacal que enfrentaron a todo el orden existente que cerró filas con la patronal, incluido el obispado. Otro episodio brutal fue el intento del concejo de expulsar a nuestra compañera Josefa Cardozo por su denuncia del trabajo infantil en el ingenio.

Como vemos en este “pacto de caballeros” al que llegó Política Obrera con el resto de los bloques no se trata de que con el acceso a este cargo se consagre una mayoría o primera minoría conquistada en las elecciones. Otro fue el caso de las elecciones del 2013 cuando el Partido Obrero ganó la elección en Salta capital y reclamó para sí la presidencia. Un frente de toda la burguesía al que bautizaron “pacto por Salta” se estableció para impedir la presidencia del PO, que se interpretaba como una suerte de “doble poder” que la burguesía no estuvo dispuesta a tolerar. Este pacto funcionó durante dos años para bloquear las iniciativas parlamentarias y si alguna ordenanza lograba ser aprobada llegaba el veto del intendente. No logramos el desarrollo de una fuerza social movilizada que superara aquellas maniobras reaccionarias y la burguesía montó en torno de estas limitaciones de nuestra bancada una campaña, que dura hasta ahora, sobre una supuesta, ineficacia o impotencia del voto al Partido Obrero.

El episodio vulgar de “rosca” parlamentaria de Política Obrera retrata de cuerpo entero al grupo que rompió con el Partido Obrero en nombre de un supuesto desvío parlamentarista.

Los revolucionarios llegamos por el voto popular a organismos que, como decía Lenin, son una “cueva de bandidos” al servicio del orden capitalista, y levantamos allí una tribuna revolucionaria implacable que en especial tiene la obligación de desenmascarar el carácter reaccionario de las instituciones a las que ingresamos por el voto popular. Esta es la tradición de 20 años de las bancadas del PO salteño y en todo el país.