Políticas

4/8/2022

Sergio Massa le otorgaría nuevas prebendas a los pulpos exportadores

Beneficios impositivos y desdoblamiento cambiario que vamos a pagar los trabajadores con más ajuste e inflación.

Sergio Massa

Ayer, el nuevo “superministro” de Economía, Sergio Massa, anunció un paquete de medidas con el presunto objetivo de fomentar el “orden fiscal”, contribuir al acopio de reservas y promover las exportaciones. En este sentido, se anunció un adelanto de exportaciones, con las cadenas de valor de la pesca, del agro, de la minería y otros, por el valor de 5 mil millones de dólares, que ingresarían en los próximos 60 días, y pasarían a engrosar las reservas del BCRA. Massa no aportó detalles de qué ofrecerá para que el sector liquide las divisas, pero insinuó que se trata de mayores beneficios impositivos y cambiarios para las exportadoras, que vamos a pagar los trabajadores con más ajuste e inflación.

El desdoblamiento cambiario que el gobierno buscaría ofrecerle a las patronales del agro es algo por lo que el sector pugna hace rato, y para eso extorsionan con la retención de la cosecha. El dólar soja fue el pionero en este tipo de prebendas, que tenía como objetivo incentivar a los productores de soja a que liquiden la cosecha retenida, algo que no cumplió con su objetivo. Sobre él se montaron varios sectores productivos exigiendo el mismo beneficio, porque también quieren contar con una mayor disponibilidad de divisas y liquidar a un dólar más caro.

Massa desliza entonces un desdoblamiento cambiario más amplio y para todos los grandes complejos exportadores, como el resto de la agroindustria, la minería y los hidrocarburos. Esto va prefigurando una devaluación por partes, que impactará sobre los bolsillos de la población. Un ejemplo es lo que puede suceder con el precio de los alimentos, ya que mayores incentivos a exportar trigo generarán aumentos en productos como el pan y otros derivados, que ya vienen subiendo. Lo mismo puede decirse en el caso de las naftas, porque se agrandaría la brecha en lo que facturan los petroleras por vender en el exterior y en el mercado interno.

Además, el nuevo ministro también anunció nuevo incentivos fiscales a diversos sectores empresariales, sobre todo los ligados a las exportaciones, y estaría evaluando ceder a la exigencia de una reducción de las retenciones por parte de los pulpos del agro, que ya se vieron enormemente beneficiados estos meses por los altos precios internacionales de los granos. Todo esto se utilizará para tentar a los productores a que liquiden las divisas que tienen retenidas, pero redundará en contra de achicar el déficit fiscal, lo que muestra a las claras el carácter incumplible del pacto con el FMI y que el ajuste caerá sobre las espaldas de los trabajadores.

En principio el capital agrario no recibió con demasiado entusiasmo los anuncios, lo que abre interrogantes a si efectivamente van a adelantar la liquidación de parte de la cosecha que tienen retenida. Es probable que mantengan el acopio de buena parte de los granos para resguardar su poder de pugnar por una devaluación en regla, habiendo tomado nota de la tendencia del gobierno a ceder ante sus extorsiones. Más aún si Massa tampoco prospera en trasmitir una señal de estabilidad cambiaria.

Los favorecidos son los paladines del contrabando, la fuga de divisas y evasión de impuestos, como el propio Massa reconoció en su conferencia. Incluso, son los sectores que ya obtuvieron concesiones con la corrida anterior, de septiembre-octubre de 2020, y que en muchos casos no se modificaron: el petróleo logró un esquema de retenciones móviles y mayores cupos para exportar, y a la minería les redujeron en forma permanente una tercera parte de las retenciones. Lo mismo vale para la más reciente flexibilización del cepo para los Techint o Mercado Libre. El desdoblamiento cambiario tendrá como ganadores a los grandes capitalistas nacionales y multinacionales (los Cargill, Chevron o Barrick Gold). Con todo, aún si Massa lograra que se adelanten las exportaciones ello solo engrosará las reservas si tiene como contracara más trabas a las importaciones, lo que profundizaría la tendencia recesiva y el desempleo.

También queda claro que la reducción del déficit, a la que el gobierno apunta, buscará llevarse a cabo asestando un massazo contra la clase trabajadora, avanzando en un recorte de la asistencia social, en aumentos de salarios por sumas fijas en lugar de paritarias, con el congelamiento de los pases a planta en el Estado y con más devaluación. A todas luces, los reclamos de la clase capitalista son los únicos audibles para el gobierno, mientras avanza con un ajuste recargado y le da la espalda a las reivindicaciones más sentidas del movimiento obrero ocupado y desocupado que sale a la calles.

Independientemente de que las medidas anunciadas por Massa cumplan o no con su objetivo, son los trabajadores los que continuarán pagando la crisis. Es fundamental derribar el acuerdo ruinoso con el FMI ganando las calles y peleando por un paro nacional y un plan de lucha, porque es el único camino para enfrentar el ajuste del gobierno y que la crisis la paguen los capitalistas.