Políticas
14/5/2025
Trabajar hasta el último día: la tendencia que anticipa una elevación de la edad jubilatoria
Cada vez más jubilados siguen trabajando, mientras el gobierno va por la reforma antijubilatoria que pide el FMI.

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Trabajo precario.
El gobierno nacional viene preparando hace tiempo una reforma antijubilatoria, en línea con las exigencias del FMI, preparando el terreno para una elevación de la edad de retiro que aspira a obligar a los adultos mayores a trabajar hasta quedar “obsoletos”.
Desde el Ejecutivo nacional vienen desenvolviendo un ajuste sobre los jubilados, con el congelamiento de los bonos y la consolidación de una jubilación mínima de extrema indigencia, que aspiran a extender con una reforma que eleve la edad jubilatoria, aumentando los años de aportes y disminuyendo el umbral de jubilados y pagos correspondientes.
En esta línea es que se viene desenvolviendo un discurso, reproducido desde los principales medios por operadores y periodistas ensobrados, de “reivindicación del trabajo jubilado”, que busca mostrar el mismo como una “elección libre” e incluso una “forma de vida”.
La Encuesta Permanente de Hogares (EPH) destaca que en la Argentina el 15,47% de jubilados continúa trabajando a pesar de haber superado la edad de retiro. Una situación que se explica por lo insuficiente de las jubilaciones y la necesidad impuesta de trabajar para llegar a fin de mes.
Una reciente nota del medio oficialista La Nación (13/5) hace un esfuerzo considerable por invertir los términos de la realidad, justificando el trabajo de los jubilados como una supuesta forma de realización personal, como si la vida no tuviera sentido si no es bajo el sometimiento del mercado laboral.
El argumento sería que con los avances en la medicina, formas de vida y cuidados personales, una persona se encontraría funcionalmente apta para el trabajo hasta los 80 años, con tareas “adaptadas” a sus posibilidades, lo que le permitiría a los jubilados “mantenerse activos, conectados con el mundo productivo”.
La cantidad de jubilados que continúa trabajando creció del 11,9% en 2021 al 15% actual, solo contemplando el trabajo formal, por lo que en la realidad serían muchos más. La cifra asciende al 24,3% de los jubilados menores de 70 años y baja al 13,3% para quienes se ubican entre 70 y 79 años.
El mismo artículo de La Nación reconoce que los jubilados registran “una mayor tasa de actividad en hogares de ingresos más bajos”, siendo el ajuste sobre los haberes la principal causa de esta realidad y explotación sin fin de las personas.
Cabe agregar que en un mercado laboral restrictivo y con despidos, estos jubilados ingresan mayoritariamente al sector informal, con changas de todo tipo y trabajos mal remunerados sin cobertura ni prestaciones, más allá de las que otorga el Pami y que el gobierno viene recortando.
El gobierno aspira a extender la edad jubilatoria en un cuadro donde siquiera puede garantizar un empleo formal para los trabajadores jóvenes que ingresan al mercado de trabajo: entonces ¿qué le queda a los jubilados?
La doctrina de “trabajo o muerte” que esgrime La Nación y el gobierno, como cobertura de esta política de ajuste contra los jubilados y de la reforma antijubilatoria que preparan, es otra imposición ideológica forzada: solo es válida bajo las condiciones actuales donde una jubilación mínima no es suficiente para sobrevivir, pero nunca un acto de libertad.
Los jubilados y adultos mayores pueden hacer muchas cosas más que trabajar para los capitalistas, solo que bajo el actual régimen social no cuentan con la libertad económica para realizarse como personas plenas. Mejor que vivir para trabajar y trabajar hasta la muerte es pelear por una jubilación que garantice las condiciones de vida de los jubilados, como lo hacen todos los miércoles frente al Congreso de la Nación quienes enfrentan el ajuste previsional de Milei.

