Políticas
8/7/2021
Victoria Donda y el Inadi avalan a Alberto Fernández
No “consideran discriminatorios” sus dichos que encubren el genocidio sistemático del Estado contra los pueblos originarios.
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Tras la “ofrenda” del presidente Alberto Fernández al gobierno español para buscar su apoyo en las renegociaciones con el FMI, por la cual declaró que “los mexicanos salieron de los indios, los brasileros salieron de la selva, pero los argentinos bajamos de los barcos” el pasado 9 de junio, el tinte inevitablemente racista de su postulación lo llevó a un “arrepentimiento” público necesario en plena campaña electoral. A fin de volver a amigarse con todo un sector progresista del electorado, en un acto demagógico le solicitó al Inadi que analice sus dichos. Y para la titular del organismo, Victoria Donda, al parecer, el presidente no discriminó a nadie; y considera que sus disculpas públicas lo “absolvieron”.
Ya en ese preciso momento en que Alberto Fernández posó de arrepentido por sus declaraciones se vaticinaba la pasividad con la que sería “juzgado” por el Inadi. En esa ocasión, Victoria Donda calificó como “histórico” que el presidente pidiera disculpas. Lo que es histórico es la masacre y el sometimiento del Estado nacional contra los pueblos originarios, lo que se comprobó solo unos pocos días después con el asesinato de un adolescente Qom en Chaco a manos de la policía del gobernador oficialista Capitanich. Las palabras del presidente no solo fueron discriminatorias, también niegan un genocidio estatal sistemático.
Sin embargo, la impúdica defensa de Donda al gobierno vuelve a negar esta situación. La titular del Inadi alega que “los dichos no reflejan las acciones del gobierno de Alberto Fernández, que lejos de promover la discriminación y la invisibilización de los pueblos originarios, promovió intensamente la igualdad de los grupos históricamente vulnerabilizados”. No hay palabras que describan esta canallada. El encomio fue más allá, y se refirió a las palabras del presidente como “un mito fundacional sobre el que se apoya la historia argentina en el que los argentinos somos principalmente inmigrantes europeos, blancos e ilustrados”, minimizando la gravedad de las mismas.
La resolución del organismo, que consta de seis páginas, evita cualquier tipo de resolución contra Alberto Fernández porque considera que sus disculpas públicas son una “reflexión” sobre lo que dijo. No obstante, luego de la “reflexión” del presidente, durante el acto por el Día de la Bandera de este año sostuvo que “tenemos descendientes que se convirtieron en afroamericanos”; un alegato que también invisibiliza una composición poblacional de africanos en Argentina que en realidad data de hace muchísimo tiempo. Aunque ellos tampoco llegaron precisamente de los barcos, habiendo registros arqueológicos de africanos que desembarcaron en América mucho antes que la invasión europea, sí fue un proceso que se potenció con la llegada y el tráfico de esclavos por parte de los europeos a los que Fernández quiere mimetizar. Durante el período colonial, en algunas provincias del norte llegó a ocurrir incluso que había una mayoría porcentual de africanos entre el total de la población. Lo que estas otras declaraciones de Fernández vuelven a reforzar es que los “mitos fundacionales” de los que habla Donda son el carácter racista y genocida sobre el que se edifica el Estado argentino.
Pero hay que saber leer esta defensa como lo que es en parte: una devolución de favores. Vale recordar en este sentido que la “progresista” Donda tiene una causa abierta en la justicia, ante la cual contó con la defensa de Alberto Fernández. La misma recae sobre la titular del Inadi por precarizar a una empleada doméstica que trabajaba en su casa, cuando se constató que desde 2016 a principios de 2021 le pagó $5.000 mensuales declarados, evitando registrar la totalidad de la relación laboral para “ahorrarse” aportes. El abogado de la denunciante y ella misma agregaron incluso que esta defraudación se produjo en los últimos años, ya que previamente trabajó por diez años de manera no registrada en un cien por ciento. Frente a ello, la empleada le reclamó a Donda el cumplimiento de sus derechos laborales así como el pago de su salario en los meses de cuarentena estricta de 2020. La funcionaria precarizadora le ofreció como “compensación” un “cargo” en el Inadi, o un plan social, evitando hacerse cargo de lo que le correspondía aportarle. Todo quedó registrado en un audio que desencadenó el escándalo y le recae en una causa por defraudación contra la Administración Pública en grado de tentativa, pero Alberto Fernández aseguró que “no está en la naturaleza de Donda sacarle ventaja al Estado”.
No obstante, lo que sí está en la naturaleza de Donda y de todo el arco de funcionarios y figuras de gabinete que llegaron al Estado bajando de los barcos del progresismo es la adaptación a los cometidos más rancios en defensa de la agenda gubernamental y los intereses capitalistas. Para muestra un botón, mientras se escribía este artículo el gobierno nacional desalojaba con un operativo monstruoso e ilegal de la Gendarmería a 300 familias en Lomas de Zamora, recordando el brutal desalojo de Guernica, donde algunos “progresistas” como el gobernador Kicillof o su ministro de Desarrollo de la Comunidad, el camporista Andrés Larroque, fueron cabecillas del operativo brutal a base de palos, balas, militarización e incendio de casillas para que avance en esos terrenos un megaproyecto inmobiliario. Se trata, una vez más, de la naturaleza descompuesta del Estado mismo, que reprime, desaloja o niega genocidios aunque se haga bajo la directiva de figuras con discursos progresistas.
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