Salud

22/4/2021

coronavirus

Hospital Garrahan: hay 39 niños internados por Covid 19 y el 100% de ocupación

El informe publicado por las autoridades del hospital habla de un incremento notorio de los pacientes menores internados por coronavirus. En este caso, el reporte muestra que son 39 los que se encuentran distribuidos en dos salas Covid. Son 27 más que en el reporte del 6/4. Hay un aumento de más del 300% en 2 semanas, lo que advierte que el hospital se encuentra camino a la saturación total.

Rosa Bologna, jefa de Epidemiología del hospital, declaró que “las salas Covid están al 100%” y que incluso hay “lactantes pequeños infectados”. Además que el 47% de los niños atendidos tienen una enfermedad de base, aunque hoy ese porcentaje aumenta al 80% de los casos. Por el aumento de casos se tuvo que habilitar nuevamente una sala exclusiva para Covid que no se utilizaba para esos fines desde el año pasado. “El crecimiento es notorio”, informan puertas adentro.

Dicho informe también da cuenta de los contagios en el personal, producto del aumento en los pacientes con Covid, la falta de elementos de protección y de aplicación de protocolos, sumado a las visitas de los familiares no vacunados que muchas veces se contagian en sus lugares de trabajo. Desde la junta interna de ATE denuncian la “normalización del personal”, ya que se ha suprimido el teletrabajo desde el 5/4, que consecuentemente genera una suba en la circulación y aglomeración del personal.

Lo grave también es que hace solo 3 días le quitaron la licencia al personal de riesgo bajo la excusa de que ya se han vacunado, aunque esté ampliamente comprobado que la inoculación evita principalmente las formas graves de la enfermedad y no el contagio.

Hablamos con Ale Lipco, delegado en la Junta Interna de ATE: “Rechazamos ambas medidas. La suspensión de los grupos alternados aumenta la aglomeración de personas en el Hospital, favorece la expansión del virus en nombre de una normalidad que es imposible bajo las actuales condiciones”. Sobre el retorno del personal de riesgo declaró que “es temerario”. “Si bien argumentan que no vas a enfermar gravemente y morir, en momentos en que hay que bajar la circulación, convocar de vuelta a la gente con comorbilidades severas expone a los trabajadores en forma innecesaria.” El día de hoy está convocada una asamblea para discutir principalmente estos puntos y el problema salarial, por la recomposición del 50% y salario mínimo igual a la Canasta Familiar.

El Garrahan es un espejo de lo que se ve en el resto de los hospitales del AMBA y en los números de contagio: hay un incremento particular visto en niños. En un informe publicado en Prensa Obrera el 17/4 advertimos acerca de esto, donde marcamos que solo en la Ciudad de Buenos Aires se vio en el primer mes de clases presenciales 1.215 casos en las escuelas sobre un total de 20.439. En el segundo mes esta tendencia se acrecentó, con 5.006 casos sobre 45.675. La correlación entre el inicio de clases y el aumento de casos en general y en particular en niños es innegable, considerando que la presencialidad fue el cambio más importante de la vida social de los últimos meses y la enorme cantidad de gente que suma a la circulación, aportando el 11% de los casos.

El gobierno de la Ciudad y Nación se encuentran en una disputa por el inicio de clases judicialización mediante, pero que finalmente demuestra las coincidencias en las medidas que se han tomado durante la pandemia. Quienes hoy se muestran defensores de la salud de la población por suspender la presencialidad son los mismos que mandaron a las escuelas a niños y docentes sin las mínimas condiciones de cuidado, sin aumento en la frecuencia de los transportes y sin vacunación. Son también quienes hoy se encargan de descargar la crisis sanitaria sobre las espaldas de los trabajadores de la salud entregándoles paritarias de miseria; quienes continúan sin centralizar el sistema de salud, aunque esté claro que es necesario poner el conjunto de los recursos al servicio de la población; quienes han fracaso en el manejo de la pandemia y expuesto a la clase obrera al virus, que debe asistir diariamente a sus puestos laborales “esenciales” sin protocolos de bioseguridad. Son también quienes le hacen el juego a los privados y permiten el negocio de las farmacéuticas sobre las vacunas, a la vez que desfinancian la ciencia, técnica y salud públicas, como se ve en el presupuesto 2021.

La intervención de la clase obrera no puede venir de la mano de las variantes patronales que nos han arrastrado hasta este punto, sino de la de los trabajadores de Neuquén, del Garrahan y de los docentes, para luchar por la centralización del sistema de salud; la liberación de las patentes y la producción nacional de la vacuna; la triplicación del presupuesto en salud y la garantía de todos los recursos necesarios sanitarios para afrontar la pandemia (camas UTI, respiradores); la contratación de más personal de salud con salarios iguales a la Canasta Familiar; la suspensión de las clases presenciales en todo el país y la garantía de recursos para la virtualidad; seguro al parado de $40 mil y la protección de todos los salarios y puestos laborales.

 

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