Este 28 de febrero se efectuó por parte de Apla (pilotos), APA (personal de tierra) y Upsa (jerárquicos) un paro de 24 horas en las empresas Aerolíneas Argentinas e Intercargo.

El paro en Intercargo, encargada del servicio de rampa, hizo que la medida afecte no sólo la programación de Aerolíneas Argentinas sino también la de Fly Bondy, Jet Smart y vuelos internacionales de compañías de otros países.

La medida de fuerza fue en respuesta a la miserable oferta del gobierno de Milei de un aumento del 12% para marzo. Recordemos que por el periodo paritario octubre 2023 – septiembre 2024 solo se ha otorgado un 8,3% en octubre y un 16% en febrero, frente a una inflación estimada del 121% de octubre a febrero.

Algunas de las conducciones sindicales que vienen dejando pasar la licuación del salario desde hace años han tenido que convocar a una medida frente al descontento generalizado que se percibe en la base.

Al paro no se sumaron las conducciones ni de Apta (técnicos), ni de AAA (tripulantes de cabina), que decidieron carnerear una medida imprescindible frente a la situación que vienen padeciendo los trabajadores de la empresa.

Desde Apta los delegados salieron a decir que el sindicato rechazó la oferta, pero que no era momento de hacer paros porque la opinión pública está en contra, porque sería un pretexto para cerrar la empresa y porque el gobierno no llamaría a la conciliación obligatoria. Agregaron que van a hacer paro… cuando lo disponga la CGT.

Vale la pena detenerse en los argumentos. En primer lugar, porque para ellos nunca es momento de hacer un paro sectorial: no lo hicieron con Alberto Fernández, no lo hicieron con Macri y no lo hacen con Milei. En relación a la conciliación obligatoria, también se ve que su voluntad es no parar, ya que sólo convocarían a un paro si el gobierno los obliga a levantarlo. Destacamos que la única posición funcional al cierre o privatización de la empresa es quedarse quietos mientras se profundiza el vaciamiento y el ahogo salarial, generándose un malestar entre trabajadores y usuarios que facilita el camino para que la empresa pase a manos privadas.

Aquí se puede trazar un paralelismo con lo ocurrido en el sector ferroviario la semana pasada, con un paro garantizado por La Fraternidad, frente al carnereaje por parte de la Unión Ferroviaria, Señaleros, etc.

Los controladores aéreos de Atepsa no pudieron formar parte de la medida porque son esenciales y tienen una mecánica obligatoria para ir al paro.

El agudo cambio del régimen político y económico que busca imponer el gobierno va generando fracturas entre distintos sectores de la burocracia sobre cómo encarar la nueva etapa. Es necesario convocar a asambleas en todos los sectores que discutan mandatos por la adhesión en los sindicatos que no han adherido y por la continuidad de las medidas mediante un plan de lucha progresivo hasta quebrarle el brazo al gobierno.

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