Sindicales
26/7/2024
Arsa (ex Sancor) hace tres meses que no paga salarios
Vaciamiento patronal como extorsión sobre los trabajadores.
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En sus dos plantas emplea más de 400 trabajadores.
Los trabajadores de la empresa láctea Arsa (Alimentos Refrigerados S.A.) han sido el blanco de un severo ataque en sus ingresos por parte de la patronal. Los salarios de mayo fueron pagados solo en un 15% y se adeudan los de junio y el aguinaldo, y próximamente los correspondientes a julio.
Arsa tiene dos plantas, una ubicada en la ciudad de Córdoba sobre el camino a Monte Cristo y la otra en la localidad de Arenaza, en el distrito bonaerense de Lincoln. Entre los dos establecimientos cuentan más 400 trabajadores, que están sufriendo esta política criminal de la patronal.
Las fábricas de Arsa fueron de Sancor y luego de Vicentin. Desde hace un año y medio se encuentran dominadas por capitalistas de la venezolana Maralac. Arsa produce yogures y postres de las marcas Sancor, Yogs, Shimy y distintos productos de la marca Lechelita; todos productos de importante consumo en el mercado. La empresa aduce efectos de la crisis nacional con una fuerte retracción de la demanda, pero resulta evidente que estamos en un proceso de vaciamiento con el objetivo de despedir trabajadores y precarizar la relación laboral.
El vaciamiento viene desde hace tiempo. Durante 2023 no pagó los aportes sociales y sindicales retenidos a los trabajadores. Incluso firmó un acuerdo con las organizaciones que representan a los obreros pero luego lo desconoció presentando un pedido de apertura de concurso preventivo de quiebra en diciembre. Siendo que las fabricas se encuentran en Córdoba y Arenaza, el concurso se presentó y se abrió en CABA, a cientos de kilómetros de las fabricas.
Ante las legítimas medidas de retención de tareas de los trabajadores por la falta de pago salarial, la patronal salió a extorsionarlos acusándolos de ser los responsables de la situación y pretendiendo que regresen al trabajo sin cobrar los salarios adeudados.
La última propuesta presentada por la patronal, denominada “alternancia laboral”, consiste en suspensiones con el pago de los haberes por solo 15 días laborables y una compensación de $100.000 por la otra quincena en la que no tienen que presentarse a trabajar. La patronal presenta semejante ataque como una salida a “un conflicto” que es de su entera responsabilidad. Además, según publicó Perfil la firma “prevé el pago en cuotas del 85% de los haberes de mayo 2024 y la cancelación de la primera cuota del aguinaldo”.
La patronal afirma que el pago de lo adeudado está condicionado a la existencia o no de fondos. Asimismo, asegura que “los empleados activos recibieron sus sueldos según la pauta salarial de Atilra, mientras que aquellos que no trabajan y participan en asambleas no recibieron pagos en los últimos dos meses”, según publicó Clarín.
Tenemos una violación de derechos elementales, como no responder a la obligación de pagar el trabajo realizado. La empresa violenta la inalteralidad del salario establecido en el convenio colectivo de trabajo, con una drástica reducción del 50% -más el pago de un bono miserable y en negro. Todo esto se desarrolla en la más absoluta ilegalidad, porque la empresa Arsa ni pidió abrir un procedimiento preventivo de crisis.
Párrafo aparte merece el planteo patronal que establece una agresión al principio de igualdad y al derecho a la actividad sindical de los trabajadores. En una solicitada publicada en diferentes medios de comunicación la patronal apunta dividir a los trabajadores entre quienes protestan y quienes no, buscando que el colectivo obrero se rinda ante semejante ataque. También deja entrever que los trabajadores que hagan huelga prácticamente no cobrarán sus haberes, e incluso se insinúa que no deben trabajar. Es grave. La patronal sabe que se dirige a sus gobiernos que vienen dando sobradas muestras de criminalizar la protesta social.
La situación de los trabajadores de la ex Sancor es similar a la que se sufre en la empresa La Lácteo ubicada en la zona de Ferreyra de la ciudad de Córdoba. La patronal de La Lácteo viene imponiendo falta de pago de salarios y despidos desde hace meses, como así también una fuerte persecución contra las medidas gremiales que se realizan ante política de superexplotación laboral.
Resulta evidente que las patronales lácteas utilizan la crisis como una extorsión para avanzar con despidos y precarización laboral, y para erradicar de las empresas la organización gremial. En Arsa el desarrollo del concurso de acreedores puede terminar en una quiebra que termine perjudicando enormemente a los trabajadores, hasta incluso privando de las indemnizaciones en caso de despidos. Para ello cuentan con la política de Milei y el gobernador Llaryora, que desconocen abiertamente la legislación laboral vigente y son cómplices de todas las maniobras patronales.
Para enfrentar todo este vaciamiento y la ofensiva patronal es fundamental la movilización obrera de la planta y de todo el gremio. La asamblea de fábrica debe mantenerse unida y desplegar un plan de lucha convocando a todas las organizaciones obreras y populares en solidaridad. Atilra y la CGT deben convocar al paro por tiempo indeterminado y a las movilizaciones que sean necesarias hasta rechazar y derrotar los planes antiobreros.