Sindicales
1/8/2024
Arsat: el gremio de las telecomunicaciones debe enfrentar la ofensiva del gobierno
Paro y movilización por el salario y contra el vaciamiento.
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CD Foetra BsAs cargo rotativo y congresal Fattel.
Arsat.
Hace nueve meses que el gobierno nacional y la empresa Arsat dejaron de pagar la paritaria de Foetra a las y los trabajadores/as, mientras han puesto en marcha una política de vaciamiento y privatización. En el último periodo, la inflación (IPC) acumulada de julio 2023 a junio 2024 fue de 272,4%. Pero desde octubre 2023 dejaron de cumplir con los acuerdos, desconociendo a los/as compañeros/as de Arsat como trabajadorxs de las telecomunicaciones, asignando los aumentos de la administración pública (UPCN), imponiendo una licuación brutal de sus ingresos y su poder adquisitivo. Hoy les deben un 170% de actualización para igualar el aumento del 267,9% de las telecomunicaciones (Telecom, Telefónica y Claro).
El vaciamiento no da respiro, empieza por la desinversión, la paralización de todos los desarrollos y cualquier tipo de obra. Hay faltante de materiales para el mantenimiento, para sostener en funcionamiento las unidades. No hay siquiera provisión de elementos de protección personal como los botines de seguridad para los grupos operativos (GO) del interior.
El nuevo gerente de operaciones, Gerardo Renzetti, viene a garantizar el desguace. Se presentó en sociedad anunciando que no hay plata, que no va a haber inversiones, ni aumentos. Que están abiertos los retiros (in)“voluntarios” para aquellos que “lo quieran”. Se trata de un funcionario vinculado a la gestión del gobierno anterior, un peronista que viene a ejecutar el trabajo sucio de Milei.
El Estado dejó de pagar todos los servicios que Arsat garantiza en términos de conectividad de instituciones, como Anses, educación, salud, TDA y reparticiones públicas de todo tipo. Acá están desde los servicios satelitales hasta los del Data Center, para que pueda funcionar toda la administración pública y la seguridad nacional. Desde la conexión de la escuela o el hospital más remoto del país, hasta la posibilidad de que la población de las comunidades más pequeñas tenga acceso a las redes o las telecomunicaciones. Sosteniendo el ahogo salarial y el vaciamiento de los sectores, buscando instalar la desmoralización entre los trabajadores para que acepten los retiros. Es la misma política que desarrollan en todas las empresas del Estado. El objetivo es privatizar un recurso estratégico para el país.
Un gran botín para las grandes operadoras de telecomunicaciones
Hace un par de semanas el gobierno extendió la intervención del Enacom por seis meses con varios objetivos confesos. Uno es manotear los 160 millones de dólares del Fondo de Servicios Universal, del cual han salido los fondos para las inversiones originarias y estratégicas, como los 36 mil km de la red federal de fibra óptica (ReFeFo), o la construcción de los satélites Arsat 1 y 2; o la construcción del Data Center más grande de Latinoamérica. Esas inversiones y desarrollos le dan sustentabilidad y rentabilidad a la empresa.
Es en este contexto, vemos una fuerte disputa no solo entre Telecom, Telefónica y Claro, sino también Starlink, empresa amiga del gobierno.
La batalla tiene varios puntos de choque. Uno es el espectro radioeléctrico para las frecuencias del 5G, ya que Arsat tiene asignados 100Mhz por el Estado. Mientras que los privados, por lo mismo, pagaron 170 millones de dólares. Todos, incluido Elon Musk, pretenden apropiarse de ese espectro. Quien lo logre se instalará en el país en una posición dominante frente al resto.
Asistimos a una ofensiva gubernamental contra una empresa y uno de los desarrollos estatales más relevantes de las últimas décadas, por su potencial y por la calidad profesional que contiene, que además es autosustentable.
El 6 de agosto una nueva audiencia de conciliación
La respuesta de nuestra organización gremial debe estar a la altura del ataque del gobierno. Como resultado del paro y la movilización a la jefatura de gabinete del 13 de junio logramos una audiencia con una funcionaria de segunda línea. Pero la decisión de la directiva azul y blanca fue asistir a la misma con el cuerpo flojo y sin medidas de fuerza, como había comprometido en el acto del 13/6. El resultado fue nulo. Volvió de ahí con las manos vacías. Está claro que con esta orientación nos llevan a la derrota. Hay que cambiar el rumbo.
Ahora, la novedad es que el juzgado n° 48 puso fecha a una audiencia de conciliación para el 6 de agosto. No podemos sentarnos a esperar. La empresa puede presentarse o no. Puede ir y simplemente repetir los argumentos que ya dejó claros. Es decir, que la resolución legal se va a seguir demorando, porque quedaría en manos de la Justicia y sus tiempos.
Reclamamos paro nacional de 36 horas y movilización
Este 6 de agosto tenemos la oportunidad de presionar, pero también para comenzar un plan de lucha en regla. Se impone la necesidad de convocar a un paro nacional de Consitel de 36 horas y movilización a la Jefatura de Gabinete y al juzgado con toda la fuerza del gremio. Debe ser una medida nacional porque es fundamental que los grupos operativos del interior de la empresa puedan parar, para garantizar que la medida pegue fuerte, de lo contrario todo seguirá funcionando.
Exigimos que se convoque al plenario de delegados para discutir la situación salarial de todo el gremio y de Arsat, para votar un plan de lucha de conjunto y nacional, por todos nuestros reclamos.
