Sindicales

20/4/2022

Basta de salarios de pobreza para la docencia, luchemos por la reapertura de paritarias

Se conoció el dato de la inflación de marzo que marca una nueva perdida del poder adquisitivo de los salarios docentes.

Ojo Obrero Fotografía

La estampida inflacionaria alcanzó el 6,7% en marzo y lleva acumulado un 16,1% en el primer trimestre del año. De esta manera supera el magro 14,5% que otorgó el gobierno de Acuña y Larreta como aumento del salario docente hasta agosto. Si se anualizan estos indicadores, la pauta inflacionaria rondará el 75%, muy por encima del 44,2% que totalizará en octubre la paritaria docente (incluyendo los fondos aportados por el gobierno nacional). Esto situación es el resultado del ajuste acordado con el FMI que se expresó en la paritaria nacional que firmó la burocracia Celeste y la oferta del gobierno porteño que la burocracia en su conjunto dejó pasar. La dinámica inflacionaria demuestra que es una paritaria insuficiente y que a poco más de un mes de haber sido establecido el acuerdo ya está vencido.

El deterioro del bolsillo de las trabajadoras de la educación es diario: mientras que la canasta básica total está en $90.467 en según la Dirección de estadísticas y censos de la Ciudad, un maestro de grado con 10 años de antigüedad cobra escasos $64.268,76, es decir está casi un 30% debajo de la línea de pobreza. Si se compara con las cifras que ofrecen las consultoras privadas el cuadro es aún más preocupante, según el Cesyac (Centro de Educación, Servicios y Asesoramiento al Consumidor) en el mes de marzo la canasta de alimentos y servicios se ha ubicado en un total de $199.693,11.

El golpe al poder adquisitivo empuja a la docencia a extender cada vez más su jornada laboral. Pero incluso trabajando el equivalente a tres cargos el sueldo es insuficiente para afrontar la carestía. Más aún, los topes impuestos en muchos de los ítems que conforman el salario hacen que cada hora que se suma tenga una remuneración menor. Mientras Acuña y Larreta hacen campaña bajo la bandera de la calidad educativa empujan a la docencia a trabajar más y más pero cobrando cada vez menos por hora.

La próxima cuota según el acuerdo alcanzado por el gobierno porteño con la burocracia sindical se cobraría recién en agosto. Pero mientras el salario tiene por delante cuatro meses congelado, la inflación está desbocada. Debemos rechazar el ajuste y los salarios de pobreza que nos impone el gobierno nacional y de la Ciudad con la complicidad de la burocracia celeste.

A esta entrega de la burocracia tenemos que oponerle un programa que defienda el salario y las condiciones de trabajo de la docencia. Así, se impone la necesidad de la lucha por la reapertura de paritarias, el inmediato adelanto de la cuota ya pautada a cobrar en agosto, un bono de $20.000 por cargo en el camino de la recomposición y la indexación automática de los salarios por inflación, sumado a la defensa del estatuto y la lucha por la titularización masiva para conquistar la estabilidad laboral.

En este camino están los docentes de la provincia de Misiones que llevan adelante una huelga por el salario y las jubilaciones, con ocupaciones y piquetes por tiempo indeterminado que fueron protagonizados por sectores de auto convocados desde las bases y algunos sindicatos combativos. El conflicto que lleva más de un mes sobre las rutas de manera ininterrumpida en el norte provincial de la provincia cumplió un mes ininterrumpido en las rutas, tiene el contenido de este programa de lucha por la educación pública, para quebrar la miseria salarial de básicos iniciales de indigencia, contra el ajuste de una provincia que exhibe “superávit”. La burocracia de la Ctera aísla el conflicto porque es cómplice de haber firmado una vez más un acuerdo a la baja que ya fue arrollado por la marcha de la inflación.

Es fundamental la reapertura de la paritaria nacional. La Ctera debe romper con el gobierno que sostiene un pacto de ajuste con el FMI y convocar a la deliberación para votar un plan de lucha por una recomposición general de los salarios para recuperar el poder adquisitivo perdido y cubrir la canasta familiar. Pero para alcanzar este objetivo es necesario que demos una lucha a brazo partido para recuperar la Ctera y todos los sindicatos docentes de manos de la burocracia.